Guerra en Ucrania
Fútbol para hacer piña con los niños ucranianos
Ya hay 504 menores del país eslavo escolarizados en centros educativos gallegos. Los colegios se enfrentan a un reto para ofrecer las mejores oportunidades de integración
No ha de ser nada fácil abandonar tu país de origen con solo 10 años por una guerra. Tampoco, una vez en un lugar seguro, comenzar una vida desde cero: tener que hacer nuevos amigos, ir a un nuevo colegio, conocer las calles de un nuevo pueblo... Y todo con un obstáculo mayúsculo como lo es un idioma diferente. Esta es la situación que están viviendo más de medio millar de niños ucranianos en Galicia , ya escolarizados en 186 centros educativos de la comunidad. Ante ellos, una clase de niños de su edad con la que tienen que interactuar, jugar y hacer amigos. Todo un reto, pero « pensábamos que iba a ser mucho más difícil de lo que al final fue », declara la directora del CEIP de Maceda, una pequeña localidad orensana, Isabel Blanco.
¿Y cuál es una de las formas más fáciles de crear comunidad y lazos con la mínima comunicación lingüística posible? El fútbol. No hay país del mundo en el que no se practique este deporte , y muchos niños y niñas sueñas con ser, alguna vez, futbolistas profesionales. Algunas, de hecho, ya lo han conseguido. En el IES Monte Castelo de Burela (Lugo), hay escolarizadas cuatro niñas ucranianas que ya juegan para el mejor equipo de fútbol sala de Europa : el Burela F. S. Cuenta su directora, Carmen Castelao, que estas niñas eran jugadoras de élite en Ucrania, y que en noviembre habían acudido ya a a la localidad costera a jugar un torneo. En ese sentido, el pueblo que ahora las acoge no es nuevo para ellas. Su club ucraniano fue el encargado de repartir a las jugadoras en otros equipos contra los que se habían enfrentado en los meses previos, brindándoles una salida de la guerra. Estas jóvenes (dos cursan 2º de la ESO y otras dos Bachillerato) tienen ahora ficha con el primer equipo de Burela. « Son deportistas profesionales, entonces priorizamos la educación física » en sus currículos, explica Castelao.
Pero no hace falta ser profesional para usar el fútbol como unión: el deporte juega un papel fundamental en la integración de estos niños, es una forma muy sencilla de que hagan amigos, tanto en los recreos como en horas extraescolares. Rosario Astray, directora del CEIP Plurilingüe de Sigüeiro, La Coruña, cuenta a ABC que la niña ucraniana de 5 años matriculada en el colegio, después de clase acude a su entrenamiento de fútbol . «Fue decisión de la familia que la acoge. La comunicación entre la profesora, su madre y la casa de acogida es fundamental», relata.
En el colegio orensano, los seis pequeños (tienen edades desde los 3 a los 10 años) también usan los juegos como medio de interacción con los compañeros. «Pasan todo el día con el resto de la clase», y en los recreos descubren que algunos juegos que hacían en su país, como el piedra, papel o tijeras, existe también aquí pero con otro nombre, asegura Castelao. Claro, «existe una barrera lingüística, pero los niños están ya muy familiarizados con el traductor» , dice la directora de Maceda, aunque lo mismo sucede en el resto de centros educativos.
Hermanos en el frente
Estos niños y niñas comienzan una nueva etapa en Galicia, pero eso no quiere decir que hayan dejado atrás su país natal, ni mucho menos. De las menores que ahora residen en Burela, su directora cuenta que una de ellas tiene un hermano en el frente:«Una vez subimos una foto al Instagram del instituto, y su hermano le dio ‘me gusta’. Fue como decir, ‘uf, sigue vivo’ , porque ni ella ni su madre sabían nada de él desde hacía días». El padre de las gemelas futbolistas también se quedó en Ucrania anotado como voluntario de guerra. Estas familias en concreto son rusoparlantes, y al principio los diccionarios de la Xunta no incluían este idioma, solo ucraniano. Por suerte, en Burela una chica que conocía la lengua se ofreció a hacer de traductora:entre ella, Cruz Roja y el IES integraron totalmente a estas jóvenes.
El resto de compañeros de clase, por pequeños que sean, saben por qué están ahí. Castelao intenta explicar en sus clases lo que está sucediendo en Ucrania, y a pesar de que son solo niños de Primaria, « ya se enteran por las noticias ». «Sus padres también se lo cuentan en sus casas, y ellos muestran mucho interés», y saben por qué tienen nuevos compañeros, los ayudan e integran. «En ese sentido, muy bien», declara la directora.
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