Industria

Fracasa la venta de Alcoa San Cibrao a Liberty House

La Xunta y el Gobierno central acusan a la estadounidense de actuar de mala fe y desvelan que la SEPI intentó comprar la planta

Manifestación de los trabajadores de Alcoa en Xove, este domingo EFE

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A Mariña lucense despertó esta mañana con su última esperanza frustrada. De madrugada se conocía que Alcoa no estaba dispuesta a vender la factoría de aluminio al grupo inglés Liberty House , con el que llevaba negociando desde agosto. La decisión deja en vilo el futuro de unos mil trabajadores, entre la plantilla directa y la indirecta. El comité ya ha sido citado esta mañana para reactivar la negociación el ERE anunciado en mayo por el que la empresa pensaba despedir a 534 trabajadores, el 85% de la plantilla.

Tanto el Gobierno central como la Xunta de Galicia mostraron este lunes su malestar por la actitud de Alcoa en las negociaciones y acusaron a la multinacional estadounidense de «intransigencia» y «mala fe» . La ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, y el vicepresidente segundo de la Xunta y consejero de Economía, Empresa e Innovación, Francisco Conde López, se reunieron telemáticamente al filo de la pasada medianoche con los representantes sindicales, a los que han trasladado la decepción de ambos Gobiernos. Alcoa «decidió romper las negociaciones para vender a la británica Liberty House apenas una hora antes de que finalizara el plazo establecido para llegar a un acuerdo», según informó esta madrugada el ministerio en un comunicado.

Gobierno y Xunta reprochan a Alcoa que ha rechazado «sistemáticamente» todas las ofertas que se han puesto sobre la mesa en las últimas semanas. En el comunicado, el Gobierno desvela que estaba dispuesto a comprar temporalmente la planta de San Cibrao a través de la SEPI , para venderla inmediatamente a continuación a los británicos de Liberty. Esta última posibilidad surgió a raíz de que Alcoa rompiera las negociaciones directas con Liberty el pasado martes, pese, a que según los Ejecutivos central y gallego, se trataba de una operación novedosa e impecable, que cumplía todos los requisitos legales tanto españoles como a nivel comunitario.

Sin embargo, Alcoa insiste en que negoció de buena fe, «pero no puede acordar la venta en condiciones que no sean razonables», informa la multinacional en un comunicado. Alcoa explica que no ha aceptado la oferta de la SEPI, entre otros motivos, por «la solicitud de derechos preferenciales sobre la refinería». El complejo de San Cibrao, además de la planta que Alcoa quiere cerrar cuentan con una refinería de alúmina, que es la materia prima que se utiliza para fabricar el aluminio y sí da beneficios. Desde el principio de las negocaciones este ha sido el principal punto de desencuentro. Liberty quería comprar todo el complejo, pero después exigió , según Alcoa un contrato a 20 años para el suministro. Los estadounidenses solo se prestaban a firmar por cinco años.

Tanto Maroto como Conde han emplazado a Alcoa a que «reflexione sobre las consecuencias que su decisión tendrá para sus trabajadores, sus familias y la comarca de A Mariña en su conjunto», y aceptar alguna de las soluciones que el Gobierno le ha ofrecido para salvar los puestos de trabajo de la factoría de Lugo.

El comité de empresa de Alcoa San Cibrao ha sido citado por la multinacional a dos reuniones en la mañana de este lunes . La primera es una de la mesa multilateral para informar sobre el fracaso de las negociaciones con Liberty House, que se desarrolla de forma telemática. La segunda, que empieza a las 12.00 horas en Nigrán tiene como objetivo reanudar la negociación del ERE o del ERTE que podría dejar en la calle a más de medio millar de trabajadores de la planta de aluminio primario.

Intervención pública

En declaraciones a Efe, antes de participar en la primera de las reuniones, el presidente del comité de empresa, José Antonio Zan consideró que el ERE o ERTE que pretende aplicar Alcoa es a todas luces «ilegal», porque la compañía se negó a vender la fábrica incluso al propio Gobierno de España. Zan indicó que la postura de la empresa en relación con la posibilidad de que fuese el propio Gobierno el que adquiriese la fábrica a través de la SEPI es «la gota que colma el vaso». «No es que exista mala fe, es que existe una premeditación absoluta por parte de Alcoa para cerrar la planta», defendió Zan, porque «el Gobierno dice que intentó comprar la fábrica pero la multinacional no se la quiso vender». “Ahora resulta que no se la quiere vender ni al propio Gobierno. El comité insta a la vicepresidenta Teresa Ribera y al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a «tomar la decisión» de intervenir ya la planta.

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