Cultura
El Festival de Cans sigue con vida para no dejar morir al sector audiovisual
El certamen gallego celebra su decimoséptima edición bajo las condiciones más anómalas de su historia
Qué mal parado quedó el sector audiovisual tras el confinamiento. Se detuvieron las producciones y las grandes pantallas dejaron de estrenar películas hasta hace relativamente poco, aunque han sido muy pocos los títulos que han visto la luz desde el confinaiento.
Pero no todo está perdido: los más pequeños siguen trabajando duro para que la rueda del audiovisual nacional siga rodando sin parar. Uno de ellos es el Festival de Cans , la versión gallega y humilde del importantísimo certamen francés de cine de Cannes. Ni el coronavirus ha podido tumbar esta decimoséptima del festival de O Porriño que se celebrará a partir de este miércoles.
Quizá desde el 2003 no ha habido un año en el que tantas cosas se pusieran en contra de este evento. De hecho, « la cancelación siempre ha estado sobre la mesa », dice Isaac Campos, uno de los «padres de la criatura» que lleva estos 17 años trabajando para que esto sea posible. A pesar de las dificultades y la poca financiación, seguir adelante con la edición era casi «una obligación», porque para la Asociación Cultural Arel, organizadora del evento, la «cultura es trabajo», y como «parte del sector económico del país hay que mantenerla con vida tal y como se hace con el resto de sectores», señala Campos.
Claro que, además, no solo se sigue adelante por los cineastas que presentan sus cortos en esta edición -que son un total de 25 piezas presentadas a concurso-, sino también por todo lo que hay detrás: grupos de música, técnicos de sonido, iluminación, escenarios y un largo etcétera que vive de una cultura que, si es cierto que en este país nunca ha estado muy sana, ha quedado muy herida tras el confinamiento.
Esta edición, como era de esperar, no será como siempre: aforos de sólo 50 personas, espacios más abiertos y triple de seguridad . En resumen, «mucho más trabajo para mucho menos público», pero la situación no permite otra cosa. Además, la aldea de Cans tiene una población muy envejecida , por lo que, desde la organización, para proteger a los más mayores, se prescindieron de varias salas de proyección, que en realidad no son más que bajos de las casas de los vecinos.
Pero de cada crisis también nace una oportunidad. El Festival de Cans estrenará también un sistema de streaming para compensar esa limitación de público, abriéndoles «más puertas y haciéndonos más internacionales», añade Campos. Además, por primera vez, los cortos se proyectarán en salas de toda Galicia gracias a una colaboración con la Federación Galega e Cineclubes. En definitiva, «el covid nos obligó a reinventarnos», añade Campos.
Edición 2020
Aunque este año no será como los anteriores, el Festival de Cans tiene mucho trayecto como para decir que es una vuelta a los inicios, « no es retroceder ». Atrás quedaron aquellas ediciones en las que sólo «había una sala de proyección y una actuación musical».
A partir del miércoles, aparte de todas las proyecciones programadas, serán muchos los talleres que tendrán lugar en Cans, así como conciertos de Hendrik Rover, Amaro Ferreiro y Babykatze. También habrá conferencias y charlas, siendo una de ellas la del cineasta de moda, Oliver Laxe , y los protagonistas de cración más famosa, «O que arde», Benedicta Sánchez y Amador Arias .
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