Feijóo da por «zanjada» la 'guerra civil' del PP y no entra en el futuro de Casado y García Egea
El presidente gallego y precandidato a presidir el PP asegura que ahora toca «cicatrizar las heridas» y que están «metidos en el futuro»
A Alberto Núñez Feijóo le ha tocado sortear este jueves las múltiples preguntas que le han formulado los medios de comunicación acerca de su futuro y del PP, tanto a nivel nacional como autonómico, en el día después de oficializar su intención de ser candidato a presidir a los populares si sale elegido en el congreso del 1 y 2 de abril en Sevilla. Feijóo, en el difícil equilibrio entre atender las numerosas demandas y no anticiparse a su previsible elección -ha insistido en que sigue siendo solo un precandidato; «no soy el presidente del PP y, por tanto, no puedo actuar como si lo fuera»-, ha asegurado que el reciente terremoto en el PP « quedó cerrado y zanjado », y ha dejado en manos de Pablo Casado, actual presidente, y Teodoro García Egea, ya exsecretario general, los pasos que vayan a dar; después de que Esteban González Pons indicara que cuentan con ellos.
«Nuestro partido», ha reflexionado desde Orense, donde ha reunido en esta ocasión al Consello de la Xunta, «lleva bastante tiempo perdido en hablar de problemas internos. No voy a seguir colaborando en ello. Después de la junta directiva (...) este asunto quedó cerrado y zanjado», ha remarcado. En ese cónclave, ha incidido, acordaron « cicatrizar las posibles heridas que hubo durante las últimas semanas» y «presentar un proyecto de futuro». No quiere, por tanto, seguir dando vueltas a la 'guerra civil' que detonó el partido y le coloca a las puertas de dar el relevo a Casado, a pesar de que la presidente madrileña, Isabel Díaz Ayuso, reclamó que se expulsara a todo aquel que puso en duda su honorabilidad.
« Ya estamos en el futuro . Hemos de analizar el pasado para no cometer los errores del pasado, sin duda, del pasado no podemos renunciar, pero del pasado tenemos que aprender. En este momento estamos absolutamente metidos en el futuro», ha insistido, menos de 24 horas después de proclamar, en Santiago, que su objetivo no es otro que vencer a Pedro Sánchez en las urnas, y que está convencido de que es posible si el PP sale «unido» y fortalecido del congreso extraordinario en la ciudad hispalense.
En cuanto a Casado y García Egea, se ha limitado a comentar que «son diputados en Cortes y tienen su acta», por lo que « les corresponde a ellos ejercer sus derechos» o «tomar otra decisión». «No me corresponde a mí analizarlo, son decisiones indelegables», ha abundado. Tan solo ha añadido que en las próximas semanas o meses se verá qué decisión adoptan y ha dicho que no posee «ninguna información» al respecto.
Incógnitas en Galicia
No han faltado las preguntas a sus planes de futuro, a cómo y cuándo se resolverá su previsible traslado a Génova y cómo afectará esto en casa, en Galicia, tanto a nivel de presidencia de Xunta como al frente del PP gallego. Si la misma persona ostentará ambos cargos y si, a su vez, será quien concurra como cabeza de lista a las autonómicas de 2024. Pero Feijóo ha esquivado todos los charcos insistiendo en que todas las resoluciones que se adopten se producirán tras el 2 de abril y siempre que «cristalice» su candidatura. «Empezaremos a tomar las decisiones que correspondan una vez tomada la fundamental», esto es, la designación del nuevo presidente del PP, ha sintetizado. A modo de pista, y para leer entre líneas, una frase: «Habrá respuestas previsibles dentro de un partido previsible ».
Aunque posteriormente ha terciado que estaba «hablando mucho más de lo que debo», porque a 3 de marzo apenas ha trasladado que concurre al congreso de abril, ha lanzado varios mensajes. Por un lado, que ha tratado de no defraudar nunca a Galicia «y no pienso defraudarla con mis decisiones posteriores». En segundo lugar, que está convencido de que, con la designación de su sucesor (siempre que, como se espera, salga elegido presidente del PP), está convencido de que «vamos a acertar». «Tenemos todos los mimbres para hacer las cosas bien (...). Galicia no nos perdonaría equivocarnos», ha dicho.
En la misma línea contenida, ha afirmado que ninguna de las cuestiones que están encima de la mesa «depende exclusivamente de mí», aunque dará su «opinión» y «con más intensidad si soy consultado»; pero esas preguntas « las tienen que despejar los compañeros del PP », aunque no le cabe duda de que se responderán en aras de «dar seguridad y estabilidad a las instituciones autonómicas»; siempre «con la democracia interna, con los estatutos en la mano y en el momento adecuado y conveniente».
Una vez pase el congreso de Sevilla, ha insistido, «es ahí cuando empezaremos a valorar qué hacemos con el PP de Galicia y cómo el grupo parlamentario elige entre sí a un diputado o diputada para presentarlo a la presidencia de la comunidad autónoma». «En caso de que ese congreso no tenga el resultado que yo pretendo, esas preguntas quedan resueltas», ha añadido con retranca.
Sin mayor concreción, ha replicado que espera contestar a todas las preguntas que le han lanzado « en los próximos meses; digo meses, no digo más que meses », ha subrayado. Y ha enviado un mensaje de llamamiento a la tranquilidad, mientras la oposición le insta a dimitir cuanto antes, todavía sin atreverse a reclamar unas elecciones anticipadas: «Queda garantizada la estabilidad política en Galicia (...), del grupo parlamentario (...) y del partido», ha remachado.
Castilla y León y CGPJ
En cuanto a un posible pacto con Vox en Castilla y León , para que Alfonso Fernández Mañueco siga ostentando la presidencia, ha dejado en manos de su colega regional la decisión que adopte al respecto, tras recordar que su idea es gobernar en solitario: «Espero y deseo que sea la acertada».
Donde no ha querido mojarse es sobre la posibilidad de desbloquear la renovación del Poder Judicial. Antes que nada, porque no era su competencia y desconoce tanto la propuesta del Gobierno como si estaría dispuesto a modificarla. Y a partir de ahí, ha aprovechado para volver a despejar balones: «Si empezamos ahora a actuar ya como presidente del PP, además de que me equivocaría, me produciría, sin duda, una gran tristeza, ver que no estuve a la altura de las circunstancias». «Hay que hablar con propiedad y no se puede nunca hacer en base a un futuro incierto , que es asumir un cargo que no tengo», ha cerrado.
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