Feijóo dimite como presidente de la Xunta tras 13 años: «Galicia seguirá siendo parte fundamental de mi camino»

Ya entregado su escrito de renuncia al presidente del Parlamento, ha convocado un Consello extraordinario, al que ha seguido una declaración institucional en el Pazo de Raxoi

Feijóo, en su despedida tras formalizar la renuncia al frente de la Xunta MIGUEL MUÑIZ | Vídeo: ATLAS
Pablo Pazos

Pablo Pazos

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Alberto Núñez Feijóo ha dimitido este viernes como presidente de la Xunta tras 13 años . A primera hora de la mañana ha formalizado en el Parlamento de Galicia su renuncia, tal y como se había comprometido una vez aceptó el reto de asumir la presidencia nacional del PP, y entendió que no podía compatibilizar ambos cargos. Una vez se publique su dimisión en el BOE, pasará a quedar en funciones, y con él, todo el ejecutivo autonómico. A las 12.00 ha presidido una reunión extraordinaria del Consello en el Pazo de Raxoi, sede del gobierno gallego, en el corazón de Santiago de Compostela, ante la Catedral, y a su conclusión, ha realizado una declaración institucional en el Salón Noble, arropado por sus conselleiros, al filo de las 13 horas.

Ha sido un discurso, sin preguntas al término, de unos 24 minutos, que ha cerrado dirigiéndose por última vez a los gallegos con «la sensación del deber cumplido » y asegurando que haber sido «designado presidente de este pueblo secular, y servir a la causa de su libertad, de su prosperidad, y su bienestar, es un honor que nunca podré agradecer lo suficiente a los gallegos».

«Ya no seré el responsable de su gobierno, pero seguiré siendo un gallego más para siempre », ha proclamado. «Dicen que decir adiós es despedirse y olvidar. Esto no lo es. Porque Galicia es y seguirá siendo parte fundamental de mi camino, porque ser gallego es un inmenso orgullo. Porque fue un orgullo servir a Galicia y porque seguirá siendo un orgullo, allá donde este, desde cualquier responsabilidad. Galicia, Galicia, Galicia, y por siempre, Galicia. Gracias por este honor», ha cerrado una alocución en la que la emoción le ha obligado a detener en alguna ocasión y le ha quebrado la voz.

Feijóo, quien antes de comparecer ya informó cumplidamente tanto al Rey como al presidente del Gobierno de su dimisión, que ha dado a conocer en una plaza del Obradoiro donde «concluyen los caminos que cohesionan Europa y España», y que para él, ahora, marcan «un nuevo comienzo»: « Mi andadura como presidente de Galicia acaba aquí ». «Doy fe de que, aunque los comienzos, hace 13 años, en un mes de abril como este, pudieran parecer difíciles, lo más complejo, sin duda, es tener que ponerle fin a este período», ha confesado. «Todos estos años di todo lo que fui capaz, me entregué a Galicia con la modestia de ser un gallego más, pero consciente en todo momento de la confianza, responsabilidad y las expectativas».

Galicia, ejemplo para España

Aunque eminentemente ha empleado el gallego en su discurso final de despedida, ha alterando con el castellano en un tramo donde ha reivindicado que « se puede y se debe servir a España desde Galicia », como cree que se ha demostrado estos 13 años, pues «Galicia es España» y «la nación española que reafirma la Constitución nos hace más fuertes como nacionalidad histórica y nos proporciona el canal adecuado para estar presentes en el concierto de grandes pueblos»; «una Galicia aislada sería algo diferente a nuestra Galicia». Y, al mismo tiempo, « se puede y se debe servir a Galicia desde España », pues «Galicia es una prueba de que la España de las autonomías, lejos de generar problemas, puede ayudar a resolverlos; lejos de disgregar, puede unir; lejos de desvertebrar el Estado, ayuda a coser y armonizarlo».

« No hay que elegir entre dos fidelidades antagónicas , como sostienen los nacionalismos excluyentes», ha defendido. «Se puede seguir siendo discípulo de Galicia asumiendo otras responsabilidades, en las que, sin duda, las muchas lecciones aprendidas aquí servirán para encontrar el camino adecuado».

No ha sido el único momento en que ha puesto su gestión al frente de la Xunta de lo que querría para España. «Los liderazgos no miden su valor por el vacío que dejan, sino por la continuidad y la unidad que garantizan. Los modelos políticos consistentes (...) comienzan y finalizan en grandes mayorías, surgen de un amplio respaldo popular, tienen éxito si finalizan con una sociedad unida y no fracturada», ha dicho. «Me voy tranquilo porque creo que eso lo he conseguido junto al conjunto de los gallegos. La Galicia cordial sigue en pie, más viva que nunca; es el galleguismo entendido como casa común de todos los gallegos, alejado de los nacionalismos intransigentes y de centralismos de otros tiempos, sobre los que se levanta una cohesión social clave para entender el tiempo que vive España. Ser distintos no implica ser hostiles a nadie ni rechazar cambios, ni establecer fronteras ni levantar trincheras. Si los gallegos lo hemos entendido así, tengo fe en que el conjunto de España también vuelva a hacerlo finalmente », ha sentenciado.

Previamente, tras confesar que, hasta hace unas semanas, «nunca concebí pronunciar estas palabras de renuncia», indicó que igualmente «tampoco llegué a imaginar que la política de España, el servicio público, el interés general, iba a ser rehén, y durante tanto tiempo, de la frivolidad, la polarización y el populismo que se ha instalado». «No quiero ni puedo compartir la premisa de que en el conjunto de España es imposible lo que sí fue posible en Galicia. Dejo esta responsabilidad orgulloso de un pueblo que rechazó sucesivamente la fragmentación y la vacuidad, y que en cambio, optó por la unidad y la moderación». Sobre ambos preceptos, combinados, Galicia «participa activamente en las realidades española y europea, y lo hace sin nutrir en su seno la semilla de la división», pues «las autonomías son Estado, y Galicia así lo comprendió, sin fisuras y sin complejos». Y la unidad y la moderación también han propiciado una «estabilidad», ha puesto en valor, «materia prima fundamental para apuntalar en estos años la prosperidad y el bienestar».

Esto, a pesar de « condiciones adversas », ha rememorado, como la crisis financiera presente cuando accedió al cargo o la actual crisis económica, agravada por la guerra en Ucrania, que coincide con su marcha; así como la pandemia de Covid. En estos 13 años, ha completado, no han faltado duras «pruebas», como los centenares de muertos por el coronavirus, las víctimas del accidente ferroviario de Angrois, la tragedia del Villa de Pitanxo o la «crueldad incendiaria» de 2017.

Pese a todo, ha reivindicado, «la estabilidad hizo posible que el avance de Galicia no se detuviera nunca ». La «plena normalidad» con la que se está efectuando su renuncia es, para Feijóo, «una prueba más de la solvencia de nuestra autonomía», convencido como está de que «quien coja ahora el relevo» lo hará «con acierto» y evitará el «retorno a épocas funestas o rupturas traumáticas con la legalidad»; siguiendo la herencia que él mismo recibió de los presidentes Albor, Laxe, Fraga y Touriño a modo de «guía».

«Tristeza y satisfacción»

Tras subrayar que nunca ha gobernado «para alimentar la vanidad personal», sino «sabiendo que cada obra, cada avance que tenía el honor de impulsar, era obra de toda Galicia», ha puesto de relieve que la comunidad que ha presidido desde 2009 deja para los gallegos de 2022 y sucesivos años «un balance del que, humildemente, creo que nos podemos sentir orgullosos todos». Punto en el que ha desglosado los logros de 13 años de gestión, que ha querido compartir con quienes han contribuido a impulsarlos, pues son «colectivos» y «nunca» buscó gobernar «en soledad». En primer lugar, ha dado las gracias a sus conselleiros, con recuerdo emocionado para el difunto Valeriano Martínez, y lo ha hecho extensivo al resto de quienes han contribuido en San Caetano.

De la misma forma, ha tenido palabras de reconocimiento para los trabajadores de servicios públicos, instituciones, asociaciones, sociedades, colectivos, empresas, sindicatos, medios de comunicación y, también, para la oposición, que ha contribuido «con mayor o menor acierto y mayor o menor vehemencia». Y, por supuesto, su familia y seres queridos, «por apoyarme en todo momento y por su comprensión; también en este tiempo viví los mejores y peores momentos a nivel individual», como el nacimiento de su hijo y el fallecimiento de su padre.

En su adiós, ha proclamado también que el «principio inmutable» que le ha movido estos 13 años, su «guía», fue que «los intereses de generales de esta tierra fueron para mí principio y final en mi tarea al frente de la presidencia de la Xunta», su «prioridad más absoluta»; «todo con los gallegos» y «nada sin Galicia». «Fui, soy y seguiré siendo un discípulo de Galicia , Galicia fue mi maestra cuando niño, me enseñó a admirar a una gente educada por la historia en la tolerancia y el diálogo, y de Galicia aprendí que gobernar consiste en dialogar».

Emocionado, ha confesado sentir « una mezcla de tristeza y satisfacción en mi estado de ánimo ». Con visible esfuerzo, ha afirmado que «aportar todo lo que uno tiene a una obra siempre inacabada deja un cúmulo de experiencias inolvidables, que en este momento son más vívidas que nunca». «Siempre sentí la proximidad y el cariño de los gallegos. No es fácil asumir nuevas obligaciones que requieren una inevitable distancia física, aunque no anímica», ha proseguido. «Este sentimiento se ve compensado por la certeza de que las pautas que el pueblo gallego marcó con su voluntad soberana se van a mantener. Porque el protagonista de esta peregrinación que se inició en 2009 fue el pueblo gallego. Yo solo fui un intérprete de una partitura escrita por los gallegos y para los gallegos». «El pueblo que goberné y del que me siento profundamente orgulloso».

Escrito de renuncia en el Parlamento

Feijóo pone el punto final tras más de una docena de años al frente de la Xunta . Por delante, unas semanas de interinidad hasta que el sucesor de Feijóo, que será Alfonso Rueda, tome posesión como presidente. Se estima que sucederá hacia finales de la primera quincena de mayo, tras el pertinente pleno de investidura; un mero trámite, dado que el PP cuenta con una holgada mayoría (42 de 75 escaños) en la Cámara autonómica. En la segunda mitad del mes se prevé que Rueda designe a su equipo de gobierno, en el que se espera que continúe el grueso de los actuales conselleiros.

El mandatario gallego ha arrancado la jornada accediendo al Parlamento autonómico minutos antes de las 10 de la mañana. Lo primero que ha hecho ha sido despedirse del Grupo Popular en O Hórreo. A las 10.30 tenía cita en el despacho del presidente de la Cámara, Miguel Santalices, para mantener una reunión y entregarle formalmente un escrito de renuncia .

Ha llegado «emocionado pero tranquilo», según sus propias y breves palabras a los medios de comunicación agolpados en la sede parlamentaria. «Gracias, muchas gracias a todos los gallegos por darme el honor de servir a la tierra madre. No importa dónde, Galicia siempre », redactó Feijóo, de su puño y letra, al final del escrito de renuncia.

Detalle del texto manuscrito en la renuncia de Feijóo ante el Parlamento ABC

En este traslada «formalmente» su «decisión de renunciar al cargo de presidente de la Xunta», y solicita que «se tome razón de esta renuncia y se realicen los trámites oportunos con el objetivo de proceder al cese». «Aunque las nuevas responsabilidades políticas que asumí no son incompatibles con la titularidad del Gobierno autonómico, considero que ser Presidente de Galicia y ostentar la representación común del Estado en la Comunidad merece una dedicación absoluta», subraya. «De esa conciencia surge la decisión de dejar un cargo que durante 13 años ejercí con la mayor entrega, responsabilidad y lealtad», prosigue. «Nunca podré olvidar la confianza depositada en mí ni devolver el cariño que recibí de Galicia en estos años », concluye el texto, ya registrado en la Cámara.

Procedimiento para el relevo

Santalices, una vez formalizada la dimisión, debe comunicar la decisión de Feijóo al Rey y al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. A renglón seguido, está previsto que convoque a los representantes de los tres grupos parlamentarios gallegos (PP, BNG y PSOE) para celebrar, en la mañana del próximo lunes, la ronda de consultas para proponer candidato a la presidencia de la Xunta e iniciar el procedimiento de investidura, tal y como recoge el artículo 136.1 de la Cámara autonómica.

Feijóo ha llegado al Parlamento minutos antes de las 10 de la mañana MIGUEL MUÑIZ

Feijóo es el primer presidente de Galicia que cesa por voluntad propia . La dimisión es uno de los supuestos contemplados en la ley, junto con la celebración de elecciones autonómicas, pérdida de confianza parlamentaria, fallecimiento o incapacidad para el ejercicio del cargo; escenario, este último, cuya apreciación corresponde al Parlamento.

La primera vez que tomó posesión fue el 18 de abril de 2009, un hito del que se cumplieron recientemente 13 años. Acababa de lograr su primera victoria en las urnas por mayoría absoluta . Le seguirían otras tres, la última el 12 de julio de 2020, en un caso inédito no solo a nivel español, sino europeo. A la actual legislatura, por tanto, le queda aún la mitad de recorrido, salvo eventual adelanto.

Semana de despedidas

Feijóo ya se despidió del hemiciclo el pasado miércoles, en su último pleno, al término de la que también fue su última sesión de control. Durante más de 16 años ha venido ocupando escaño en el Parlamento gallego, los tres y medio primeros al frente de la oposición. « Desde estas bancadas fui feliz por defender los intereses de Galicia», dijo el miércoles. «Llevo con orgullo mi condición de gallego allá donde esté. De la misma forma que serví a los gallegos estos últimos años, seguiré sirviendo a los gallegos allá o acá. Porque todos los que estamos aquí, y yo el último, en este caso, el primero, seguiré sirviendo a la tierra madre».

En una semana en la que c ada acto ha tenido un inevitable aroma a despedida , aún más, incluso, que en todas estas semanas previas que han servido para ir pavimentando su asumido adiós, este jueves presidió también el último Consello plenipotenciario. Los que resten serán ya en funciones y, por tanto, testimoniales, si bien ha emplazado a ese momento para, ya sí, despedirse de los medios de comunicación que siguen su agenda.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación