Feijóo dice adiós pidiéndole al partido que evite «la nostalgia»
Tellado dio la bienvenida «a dos presidentes» y deseó «larga vida» al PPdeG
Feijóo se sentía extraño en el atril . Como él mismo reconoció, era la primera vez en tres lustros que no participaba en un congreso regional del PP ni como candidato a presidirlo o, precisamente, como presidente aspirando a la renovación. «Hay una carga afectiva, simbólica, que se concreta en este momento». No quiso restarle un ápice de protagonismo a Rueda, hasta el punto que le cedió la intervención de cierre del cónclave, esa que por protocolo le corresponde al líder nacional. Los focos debían ser para el sucesor, después de dieciséis años iluminándole con toda la intensidad.
«Lo fácil sería dejarse invadir por la nostalgia, pero hoy no toca sino invadirnos del futuro», aleccionó a la parroquia popular, «me siento emocionado, orgulloso e ilusionado», no solo de su partido, sino de cómo materializó estas semanas «un relevo ejemplar que estará en los libros de historia de Galicia». Habló de él y de su gestión, de su balance, de lo hecho, de lo cuantificable; habló de Rueda , de ese «triatleta» cuyas tres pruebas superadas son la experiencia, la fidelidad al partido «y que es un buen tipo».
Y se refirió a él sin nombrarse cuando aseguró que «un partido no se puede construir sin grandes líderes, pero son la punta del iceberg de un gran equipo». «Ningún líder, ninguna persona, equipo o proyecto puede serlo sin una organización detrás», esa a la que el ‘nuevo’ PP de Rueda se aferra para que la nueva etapa se encarrile cuanto antes y no se deje invadir de esa «nostalgia» contra la que previno Feijóo. Miró atrás para recordar qué se decía del PPdeG en 2006, tras la marcha de Fraga. «Escuchamos de todo, y si nos lo hubiéramos llegado a creer, seguramente no habríamos conseguido la mayoría absoluta» de 2009. La receta es de confianza y de fe en las capacidades propias.
La de hoy fue también una jornada especial para el secretario general saliente, Miguel Tellado, quien defendió un informe de gestión nada benévolo con Ana Pontón y Yolanda Díaz. El vicesecretario de organización del PP rechazó que este domingo fuera un «día de despedidas»;prefirió verlo como el de la «bienvenida a dos presidentes», Feijóo y Rueda. Su balance se remontó a 2006 y entroncó con el relevo fraguado en el congreso extraordinario del fin de semana. «La historia del PPdeG», reivindicó, es «una historia de éxito», la de un partido «único, unido y fuerte». «Es la historia del presidente Albor, el presidente Fraga, el presidente Feijóo, y es la historia y será la historia del presidente Rueda», añadió. «No somos la suma de cuatro partidos provinciales, no somos la suma de 313 partidos, somos el PPdeG, el gran partido de Galicia, el partido que más se parece a Galicia».
Tras pedir «disculpas» por sus «errores» en los últimos seis años, y posibles ofensas, deseó al PPdeG «larga vida», y a su presidente electo, «muchos éxitos», porque serán, dijo, los del partido y los de Galicia. Un mensaje en la línea de los presidentes provinciales, que coincidieron en la idoneidad del nuevo líder . Diego Calvo auguró que el «estilo Rueda (…) acabará encantando a todos los gallegos» ;Elena Candia ensalzó su «lealtad», que lleva a los demás a sentirse «identificados»;y Manuel Baltar aventuró la frase de cierre de los mítines de las próximas elecciones autonómicas: «Galicia, Galicia, Galicia, Galicia, y por quinta vez, Galicia»
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