Feijóo apunta a la «cantera política» del PPdeG para resolver «con rigor y altura de miras» su sucesión
Insiste en que será un proceso «con rigor», con la tranquilidad de contar con «uno de los mejores equipos políticos de las regiones europeas»
Unas 2.500 personas le arropan en un acto simbólico antes de irse a Madrid
De vuelta a casa, más arropado que nunca desde que se lanzó a la carretera para promocionar su candidatura (única)a presidir el PPnacional —unas 2.500 personas abarrotaron este miércoles el Museo Centro Gaiás de la compostelana Cidade da Cultura; «agradezco muchísimo este cariño y este lleno a tope, parece la plaza de toros de Pontevedra», ironizó Alberto Núñez Feijóo—, el líder de facto de los populares dejó para el final la clave más próxima, la que toca a los suyos, los suyos desde hace más de una década. Fue en ese último tramo de un discurso de unos 40 minutos, punteado de gritos de «presidente, presidente»y hasta de «fenómeno», frecuentes aplausos interrumpiendo el speech, cuando Feijóo dedicó unos minutos a la gran pregunta en los confines gallegos:quién le sucederá al frente de la Xunta y del PPdeG. Yahí apuntó a la «cantera política que tenemos en Galicia», que da para «hacer varios gobiernos», dijo, como el motivo de que encare su relevo «muy tranquilo».
Antes tocó la clave nacional, en abundancia, el grueso del discurso. Críticas contundentes a Pedro Sánchez y su Ejecutivo por su gestión de la crisis que ha agravado la guerra en Ucrania. No en vano está haciendo campaña para el conjunto de España y del PP. Otros cambios son más de imagen, como la profusión de banderas españolas en armonía con las gallegas, y el castellano como idioma imperante en el discurso. Fue sin embargo virar al gallego y mirar a la que, como reivindica, nunca dejará de su casa («renunciaré a la presidencia del PPde Galicia, sin duda, así lo señalan los estatutos y así es mi responsabilidad, lo que podéis es estar tranquilos que nunca voy a renunciar es a ser militante del PP», proclamó emocionado), y asomar la emoción en el timbre de su voz, que evidenció empezar a estar bastante castigada después de casi una semana de abundantes alocuciones.
«Tenemos uno de los mejores equipos políticos, no solo de España, sino de las regiones europeas», ensalzó tras dar las gracias a «todo el equipo tan grande que tenemos» en el PP de Galicia. «Por eso me siento muy tranquilo de toda esta cantera política que tenemos en Galicia, aquí hay gente que puede hacer varios gobiernos, gente que tiene una enorme experiencia política y orgánica, que lleva trabajando durante décadas para acrecentar los conocimientos y su preparación», expuso. No hubo nombres. No se esperaba y no dio ninguna pista Feijóo. Pero quien sería su sucesor natural, Alfonso Rueda, encaja perfectamente en esa descripción. «Sé que lo que vamos a hacer en Galicia lo vamos a hacer bien, como siempre. Vamos a hacer las cosas con rigor y con altura de miras», repitió ante los suyos el mensaje de estas últimas semanas que el partido amplifica en cada comparecencia. En primera línea escuchaban el propio Rueda y los otros tres presidentes provinciales (Diego Calvo, Manuel Baltar, Elena Candia), el secretario general, Miguel Tellado, además de Ana Pastor, Jaime de Olano y Marta González, la ‘delegación madrileña’, entre otros.
«Política nacional»
El Feijóo candidato a presidir el PP lanzó varios mensajes en clave interna, tanto para reivindicar un pedigrí de largo recorrido dedicado a hacer «política nacional» desde Galicia como para apostar por trasladar a toda España el modelo que le ha convertido en referente desde la Comunidad, convencido de que en La Moncloa también puede calar su estilo, «sin caos ni división». El discurso ‘machacó’ ideas ya conocidas, como que el suyo es un proyecto de gobierno o la necesidad de unir al centro-derecha sin cerrar la puerta a las diversas sensibilidades.
Pero también se adhirió enormemente a una actualidad marcada por la respuesta al golpe que ha supuesto el escenario bélico europeo. Feijóo lamentó que «en el peor momento, tenemos al peor Gobierno», y que «cuando España necesita respuestas, liderazgos sólidos y gobiernos comprometidos, cuando necesita acciones, resulta que la respuesta son titubeos y perder el tiempo, el tiempo que no tienen las familias españolas». Se empleó a fondo con Sánchez, de quien ironizó afirmando que en una «clasificación de egos», «gana» el presidente del Gobierno, para ponerse después mucho más serio al reprochar a Sánchez que parezca haberse tomado a «broma» los compromisos suscritos en La Palma para rebajar la fiscalidad de energía y carburantes. «¡¿Por qué no bajan los precios ya?!», clamó. «¡¿Por qué el Gobierno se empeña en esperar a fin de mes, si los españoles no podemos llegar a fin de mes (...). No es el momento de aplazar decisiones, es el momento de agilizar decisiones. Yo pido que se tomen ya».
Otro miércoles singular
En el Gaiás santiagués confluyeron cargos y simpatizantes de toda Galicia, algunos tras un viaje de dos horas en coche. No era un acto cualquiera, en medio de unas semanas sin precedentes, por lo excepcional de los cambios que se están gestando. La de este miércoles era una cita cargada de simbolismo, previsiblemente la última de Feijóo al frente del PPdeG. «Hasta el 1 de abril aún soy presidente del PP de Galicia, lo digo para que me hagáis caso durante los próximos 15 días», chanceó.
Esto flotaba y le pesó al propio Feijóo, que hizo esfuerzos para no atascarse en la recta final. Para quitarle hierro, bromeó, sobre dejar de liderar el PP gallego, con que es «mucho mejor tener que renunciar a que te renuncien». Un mero hasta luego: «Nos seguiremos viendo en Galicia siempre, porque Galicia es nuestra casa y porque Galicia es el principio y el fin». Y como el día que confirmó que daba «el paso» de postularse a presidir el PP, se marchó a preparar el Consello, que se celebra este jueves en Lugo. Un curioso paralelismo, otro miércoles que contribuye a reescribir el devenir político en la Comunidad.
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