Javier Vizoso | Escritor
«Mis fantasmas siempre viajan conmigo, cada día a cada hora»
El poemario «El tifón en la tormenta» recoge piezas escritas con dos décadas de diferencia, pero vinculadas por el sentimiendo de pérdida
El sentimiento de pérdida funciona como hilo conductor de las historias que componen el poemario «El tifón en la tormenta» de Javier Vizoso, una publicación tan breve como intensa que recoge trabajos separados por más de dos décadas. Se trata, según el autor explica en una conversación con ABC, de «sensaciones y visiones» que ahora abandonan la trastienda para salir a la luz en forma de capítulo cerrado. La posición que ocupan en el poemario no es accesoria, como tampoco lo son las citas introductorias ni la idea final que da portazo al libro.
—La melancolía, lo que dejamos atrás, es un motivo omnipresente en los poemas de este libro...
—Sí, es la sensación de pérdida. La pérdida del amor, del tiempo. Cada uno en esta vida va perdiendo cosas. En el fondo, nos vamos deshojando, nos vamos terminando, y de eso hablo. Precisamente, uno de los relatos trata este tema. Va sobre una persona que cree que repitiendo todos los movimientos de su vida que le llevaron a descubrir a un ser especial volverá a encontrarse con él. Me pareció una imagen bellísima.
—¿Los poetas deben escribir rodeados de fantasmas?
—Yo no me considero poeta, aunque escriba poesías, pero sí. En mi caso mis fantasmas siempre viajan conmigo, todos los días y a cada hora. Tengo claro que sin la literatura no estaría vivo, porque es mi casa.
—¿Qué se esconde detrás del título elegido? ¿Alguno de estos fantasmas?
—Siempre me he sentido a merced de la tormenta de la vida. A veces sale el sol y a veces la tormenta te hace tambalearte. Pero al margen de eso, yo soy un poco tormenta dentro de la tormenta y eso es lo que cuenta el título.
—El poemario recoge algún guiño a Pedro Salinas, y la limpieza de los versos, carentes de rima, evocan la poesía desnuda...
Después del tifón...: «Al día siguiente de presentar el libro ya estaba escribiendo algo nuevo. Me ha ayudado a abrir otras puertas estéticas»
—Todo lo que hay es sincero y real. El estilo nunca me ha preocupado. Es como cuando estás en casa solo y te vistes como te da la gana. También hay un proceso de limpieza, tiré poemas que habían muerto y otros que no me aportaban, que cumplieron su función en su momento y ya no valía la pena.
—¿Ha sido una terapia?
—Creo que era una manera de cerrar algo que llevaba años acompañándome y que quedó superado. Pensé que publicándolo me podría abrir a otras puertas estéticas y así fue. Al día siguiente de presentar el libro ya estaba escribiendo algo distinto.
—Dejamos entonces en suspenso la siguiente pregunta, la de qué camino le ha abierto «El tifón en la tormenta»...
—Trato hecho.