Stellantis se frena

La falta de microchips paralizará la automoción gallega al menos hasta el otoño

Unos 20.000 trabajadores están afectados por ERTEs tanto en Balaídos como en las fábricas de componentes

Los sindicatos creen que la producción caerá más por esta crisis que por la pandemia del coronavirus

Operarios en la línea de producción de Stellantis en Vigo, ahora parada por la falta de microchips STELLANTIS

ABC

Cada uno de los vehículos que se ensamblan en la factoría de Stellantis (antes PSA Peugeot Citroën) en Vigo contiene alrededor de un centenar de microchips. Los semiconductores, sin los que los dispositivos electrónicos no funcionan, se han convertido en imprescindibles en la automoción. Ni el sistema de frenado, ni el control del depósito de la gasolina, ni por supuesto el wifi en el coche pueden prescindir de ellos. La escasez mundial de estos pequeños microprocesadores ha puesto en jaque a uno de los motores económicos de Galicia, el sector de la automoción. El pasado jueves, los trabajadores del turno de noche ya no ficharon en la fábrica de Balaídos. Stellantis avisó de que la producción se paraba hasta nuevo aviso . Según explican los sindicatos, la previsión de la multinacional es que la fabricación de vehículos no pueda normalizarse al menos hasta después del verano.

«La empresa ha confirmado a los trabajadores que, de momento, el sistema 1 no va a tener actividad hasta el próximo viernes y el sistema 2 estará parado al menos hasta el próximo domingo», explica Santiago García, representante de CC.OO. en la factoría viguesa. Pero eso no significa que en esa fecha vaya a retomarse la producción. Dependerá de la disponibilidad de microchips, que también ha paralizado la planta de Mercedes-Benz en Victoria y causa problemas a los fabricantes de todo el mundo. Con la pandemia del coronavirus, el sector del motor —que no se caracteriza por la acumulación de stocks— frenó los encargos de microchips ante la caída de las ventas. Pero el mercado se reavivó antes de lo previsto y los grandes productores de los semiconductores, concentrados en Taiwán y Corea del Sur habían cambiado ya de clientes. El Covid-19 disparó la demanda de los microprocesadores con millones de personas en todo el mundo comprando nuevos dispositivos para el teletrabajo o con empresas necesitadas de redes. Aparatos como los teléfonos móviles o los televisores inteligentes son cada vez más sofisticados y, por lo tanto, necesitan también más microchips para poder funcionar. «Los productores de semiconductores para cambiar o reorientar sus pedidos necesitan mucho tiempo», explica Santiago García.

Una «muy mala noticia» para el sector

A finales de marzo, la dirección de la planta de Stellantis en Vigo comenzaba a negociar con los sindicatos un ERTE para hacer frente a los parones en la producción. Afecta a la totalidad de la plantilla a tiempo completo. Para los empleados a tiempo parcial, que desarrollan su actividad fundamentalmente los fines de semana, el comité de empresa pactó una garantía salarial por la que recibirán unos 800 euros mensuales aunque no puedan trabajar. En total alrededor de 7.200 trabajadores de Stellantis se han quedado parados. Pero la afectación en el empleo de la crisis de los microchips es todavía mucho mayor. De hecho, en Balaídos no se instala ningún microprocesador sino que ya vienen en las piezas que les suministra la industria de componentes. «En la industria auxiliar, una vez que Stellantis anunció su ERTE, los ERTEs fueron en cascada» , indica el representante de CC.OO. Los sindicatos calculan que en total podría haber unos 25.000 trabajadores afectados en el área viguesa. Una cifra que la patronal del metal, Asime, rebaja ligeramente hasta los 20.000.

«Hace dos tres meses esta situación cogió totalmente por sorpresa a la industria gallega», reconoce el secretario general de Asime, Enrique Mallón. «Esperamos que en dos o tres meses la crisis pueda remitir, pero nadie tiene la seguridad de que vaya a ser así», sostiene. La falta de suministro ha supuesto una «muy mala noticia» para un sector que empezaba a recuperarse del frenazo a las ventas que había supuesto el periodo de confinamiento duro durante la pandemia. «Es un palo muy fuerte, su impacto final va a depender de si hay una solución rápida al problema o no», recalca Enrique Mallón. La industria de componentes gallega no cuenta con Stellantis como su único cliente y, por el momento, producen también para otras marcas como Ford, Opel o Renault. Pero Mallón teme que los problemas de falta de microchips puedan afectarles en el futuro por lo que el número de trabajadores en ERTE seguiría creciendo.

Se dejarán de fabricar más de 50.000 vehículos

Con las paralizaciones que ya ha sufrido la factoría de Balaídos hasta estos momentos, los sindicatos cifran en 28.000 los vehículos que se han dejado de producir. Cada jornada en la planta viguesa se ensamblan hasta 2.300 vehículos, entre ellos las demandadas furgonetas Berlingo, Partner o la nueva Toyota Proace City pero también el todocamino eléctrico Peogeout 2008. Desde Asime calculan que fácilmente se dejarán de fabricar más de 50.000 vehículos por culpa de la crisis de los microchips. Pero todo dependerá del tiempo que permanezca sin actividad. «Empezamos ya a valorar que va a ser mayor la pérdida de coches sin fabricar por esta crisis de semiconductores que el año pasado por la pandemia», indica el representante de CC.OO. en la factoría.

Desde Asime, Enrique Mallón apela a la Unión Europea para que se ponga rápido a trabajar para buscar una solución al desabastecimiento de estos microprocesadores . «Con el Covid se ha demostrado, por ejemplo, que se puede conseguir en tiempo récord una vacuna y, en este caso, que afecta a una industria estratégica para toda la UE, como es la automoción, debieran tomarse medidas estratégicas», indica. Para Mallón la crisis de los microchips evidencia «la interrelación absoluta de la industria a nivel mundial», y recuerda otras amenazas ya presentes, «en estos momentos las materias primas como el acero, el aluminio u otro tipo de metales también tienen escasez y carestía», explica.

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