Un exdirectivo del PP de Santiago salta de un coche en marcha para huir de dos timadoras

Ocurrió el miércoles en pleno centro de Santiago y en las horas centrales del día. El empresario y exsecretario del PP de Santiago David Pillado fue víctima de dos timadoras de las que, una vez descubierto el engaño, consiguió escapar saltando del coche en marcha en el que lo conducían a un destino desconocido. A las lesiones sufridas en la caída se sumaron las infligidas después por las dos mujeres que, antes de huir en el vehículo, se bajaron para golpear al octogenario, y arrancarle los 30.000 euros que inicialmente iban a formar parte del timo. «Se me echaron encima. Fue un secuestro y un robo» , cuenta el empresario a ABC, ya repuesto de la agresión. «Soy fuerte y aguanto bien», sonríe Pillado, que contesta con un «me ví perdido» a la pregunta de cómo decidió saltar del coche en marcha.

El constructor fue abordado en una calle del Ensanche por dos mujeres que desplegaron el conocido como timo del tocomocho : una de ellas afirmaba poseer una serie de boletos de lotería premiados que, por algún motivo que no ha trascendido, no estaba en disposición de cobrar. Su cómplice actuaba como gancho, ofreciéndose a comprar parte de los boletos por un dinero inferior al premio para ayudar a la primera mujer. Pillado fue convencido para colaborar en la operación a cambio de 30.000 euros, que accedió a ir a buscar a su domicilio para después volver a encontrarse con ellas.

Fue entonces cuando los tres subieron al coche, pero en lugar de dirigirse al banco y formalizar la operación como pretendía el exdirectivo del PP local, las mujeres comenzaron a exigir la entrega del dinero. «No sé adónde me llevaban, ahí ya hablaban poco», explica el promotor inmobiliario. Descubierto el engaño, los hechos se precipitaron, y Pillado, a la altura de la calle Vilar Ponte, en el barrio de O Castiñeiriño, saltó del vehículo.

La investigación está en manos de la Policía Nacional, que trabaja con los datos sobre las mujeres y el coche que aportaron el propio Pillado y los vecinos y transeúntes que presenciaron la agresión y posterior huida.