El gallego Iván Mariñas, a la gran final de «Masterchef 8» gracias a su evolución en los postres

Todas las quinielas apostaban por el coruñes, Iván Mariñas , para terminar en el último duelo de Masterchef . Y van por el camino de galar. El próximo lunes, cinco concursantes lucharán por una plaza en el cocinado de un menú, confeccionado por ellos mismos, que decidirá quién es el mejor cocinero de la edición. Entre ellos estará Mariñas, que dejó boquiabierto a Pepe Rodríguez, Jordi Cruz y Samantha Vallejo-Nájera , los jueces de la edición, superándose a sí mismo. «Que alguien que ha venido aquí siendo el rey del mar termine haciendo postres así a mí me sorprende muchísimo. Está espectacular », juzgaba Nájera en veredizto a Iván. Los postres nunca fueron su fuerte, más bien, su punto débil. Ya en el programa previo a la semifinal tuvo que preparar uno y, aunque se vio evolución, los jueces no pudieron darle más que un aprobado « justito ». Pero el nivel demostrado en esta semifinal fue distinto.

Desde el principio, y aunque en la primera prueba no estuvo demasiado inspirado, presentó una receta de Jordi Cruz, con tres estrellas Michelín, bastante « decente ». Tenían que preparar un planto de transición, de lo salado a lo dulce. «Tiene seis distintas infusiones, con las que hacemos seis esféricos que van envueltos en un caldo de doce verduras distintas. Esas verduras las infusionamos a 90 grados para tener un caldo muy muy expresivo que envuelve esas seis bolitas, y a seis complementos que llegan entre verduras y quesos, como la nuez, el plátano...», explicó el cocinero tres estrellas Michelín. La mejor de la prueba , sin embargo, fue Ana , quien se ganó la chaquetilla y, con ella, un puesto en la gran final de esta edición.

La prueba de exteriores , la favorita de Iván, no fue un camino de rosas para el concursante gallego, pero supo actuar de líder, algo que gustó a los jueces, pero que no fue suficiente. La presentación del segundo plato elaborado por su equipo se retrasó hasta 30 minutos y, aunque su trabajo fue bueno, ordenado, y lograron sacar el mejor plato de la prueba , «no perdona el retraso», argumentaron los jueces. Solo había una plaza en juego para la gran y fue para Andy , «el rey de los postres», como a él le gusta autoproclamarse. Y, al menos en esta ocasión, con cierta razón, puesto que preparó el último plato él solo y con un resultado casi brillante. Aunque, eso sí, con algún que otro problema para hacer el helado , que llevó a Jordi Cruz a bromear con el joven abogado.

En la prueba de eliminación, solo había tres plazas en juego para los cuatro concursantes que se presentaban. Ya lo avisaba Mariñas antes de empezar: «Ojalá sea un postre para demostrar mi evolución y meterme en la final con él». Dicho y hecho. Al levantar la famosa caja misteriosa se encontró unas habas de chocolate que serían las protagonistas de la última parte de la noche. Trabajó ordenado y, en la cata, dejó a los jueces emocionados y boquiabiertos con un « postre de final ». «Los jueces han depositado mucha confianza en mí y hoy - por la semifinal - no podía salir nada mal», celebró Mariñas en las declaraciones posteriores al veredicto.

Luna, entre lágrimas , fue la última en subir a la galería, junto a Alberto e Iván. Uno de los favoritos, José Mari, se quedó a las puertas de la final y vio como sus compañeros, Alberto y Luna, junto a Iván, Andy y Ana - que ya tiene su puesto en el gran duelo final - continuarían hasta el cierre de las cocinas de esta edición. El paso por el programa del eliminado fue, cuanto menos, turbulento. « Estás malmentiendo... », le aseguraba Cruz en el cocinado de exteriores. Ya sin la seguridad que le otorgaba el pin de la inmunidad, lo cierto es que criticó las decisiones de su compañera y capitana, Ana, antes y después del cocinado, una actuación que no gustó a los jueces. Pero su paso por el concurso no termina ahí. Fueron varias las acusaciones similares de sus compañeros durante todas las pruebas de exterior.