Una emprendedora: «Llevaba 18 años pensando en abrir el restaurante, no voy a tirar la toalla ahora»

El confinamiento provocado por el estado de alarma, decretado ante la pandemia de coronavirus, cerró, sin previo aviso, todos los restaurantes gallegos. De un día para otro, la actividad en las cocinas se vio reducida a pedidos a domicilio. Para los nuevos y pequeños negocios hosteleros , la incertidumbre y las primeras jornadas encerrados en casa cayeron como un jarro de agua fría.

Así lo vivió Lyset Machado (47). Llevaba casi dos décadas imaginándose cómo sería tener su propia arepería y, en julio del año pasado, su sueño por fin se hizo realidad. «Cuando por fin parecía que empezábamos a despegar, que ya teníamos clientes fijos y empezábamos a hacernos un hueco en Vigo, llegó el confinamiento», lamenta la dueña de «Arepas da Ría». «Pero el agradecimiento de la gente también compensa», añade con emoción.

Fueron muchos los productos que perdieron tras el cierre temporal: «Tenía muchos productos perecederos que, al final, terminé por repartirlos entre los conocidos», desvela durante una conversación con ABC. Sin embargo, y a pesar de la situación, Machado no pierde la sonrisa ni la alegría: «Llevo 18 años pensando en abrir este negocio, no es momento de tirar la toalla tan fácilmente» , confiesa. «Estoy muy positiva, yo creo que aún podemos solucionar esta situación entre todos», argumenta con ilusión.

Después de más de un mes con la cocina cerrada, han vuelto a ponerse el delantal -«¡y los guantes y la mascarilla!», añade-. «Nos piden todas las medidas de seguridad, solo puede estar una persona y el repartidor de nuestra aplicación», explica Machado para este diario. «No todo el mundo está acostumbrado a utilizar las aplicaciones para pedir comida a domicilio», entiende. «Muchos clientes no saben cómo hacer los encargos y nos afecta, pero saldremos de esta», sentencia en la misma línea positiva.