TENSIÓN EN EL RUPTURISMO
Las elecciones de mayo siembran dudas en los críticos ante una fractura final con En Marea
Algunas voces dudan de si abrir la creación de otra marca con listas locales por cerrar
Entre los factores que han llevado a los rivales de Luís Villares a reflexionar acerca de un ruptura con En Marea, hay uno que gana fuerza en los últimos días: las elecciones municipales y europeas de mayo. O lo que es lo mismo, la meta volante en la que el rupturismo examina el vigor de sus proyectos en los ayuntamientos y un posible desgaste en el nivel de respaldo ciudadano. En este sentido, algunas de las organizaciones que componen este sector, formado por Podemos, Anova, Esquerda Unida o las plataformas lideradas por los alcaldes «rebeldes», hay quienes apuestan por no superponer la creación de una nueva marca a la configuración de las candidaturas locales , y otros que creen que será imposible aguantar dentro de la carcasa de En Marea cinco meses más, en vista de los últimos acontecimientos.
De momento, Podemos ha tomado la iniciativa. El partido morado, que en los últimos días parece haber ganado protagonismo mediático, propuso el pasado martes la apertura de un «proceso de diálogo» interno —con la militancia y los círculos— y externo —con otras siglas del rupturismo—. El objetivo, indican fuentes de entorno del secretario xeral, Antón Gómez Reino, es dar pie a «una reflexión» que desembocaría en una Conferencia de País, del estilo de la Asamblea de Vigo que fundó En Marea allá por el verano de 2016. Tras dar a conocer una auditoría que detecta «graves fallas de seguridad» en las primarias de la confluencia, en Podemos la conclusión es nítida: «No podemos convivir con la gente que la está llevando».
Las mismas fuentes indican que «Tone», como se conoce a Gómez-Reino, mantiene con regularidad contactos informales con los principales dirigentes del resto de partidos, conversaciones en las que se abordan los principales problemas internos de En Marea. Sin embargo, en Podemos se muestran cautelosos para que cualquier movimiento llamado a establecer una confluencia «bis» no hipoteque el clima de entendimiento con el resto de actores ; y menos, a cinco meses de pasar por las urnas.
La prevención es compartida por otras voces. Las hay, por ejemplo, pendientes de las posibilidades de que En Marea trace una alianza con Compromís, como ha venido deslizando en los últimos meses su líder, Mónica Oltra —presente junto a Villares en los actos del Día de Galicia—, y también hay quienes no quitan ojo a un excesivo afán de protagonismo por parte de Podemos a la hora de «capitalizar la alternativa» a la actual En Marea, a la que achacan una cierta transformación ideológica hacia convertirse un «partido moderado y de orden». En mitad de todo este rompecabezas, también existe otro peligro: la presentación de más de una candidatura rupturista en los concellos . En Ferrol, por ejemplo, se preparan tres.
Por lo pronto, la organización que más reacia se muestra en público a romper abruptamente con la disciplina de En Marea es Esquerda Unida (EU).Ayer, su líder y vicepresidenta segunda en el Parlamento autonómico, Eva Solla, dejó claro en una entrevista en la Radio Galega que el partido se situará al margen de En Marea, sí, pero que una cosa es la situación orgánica de la confluencia y otra muy distinta la disciplina del grupo parlamentario , para la que hizo un llamamiento a la «responsabilidad».
Ataques de Villares
Mientras, el líder y ganador, Luís Villares, arremetió ayer contra los movimientos efectuados por Podemos . «No están los tiempos en Galicia ni en el Estado español para andar jugando con rupturas» , advirtió en una entrevista en la TVG. El magistrado en excedencia se deshizo en críticas contra la posibilidad de una segunda confluencia de las autodenominadas fuerzas de «unidad popular». «Sería injustificable que Antón Gómez-Reino o Pablo Iglesias intentasen romper el espacio político de En Marea». Especialmente —recalcó— después de que hicieran «un llamamiento a sus bases para participar activamente» en el proceso de primarias. «Uno piensa que porque tenga mucha notoriedad va a decir a quién votar y la gente obedece como brazos de madera. Pero no, aquí no hay mesías: aquí la gente vota lo que le da la gana ».
Para Villares, además, la auditoría revelada por Podemos no ofrece pruebas de manipulación en las votaciones. «No demuestra nada; son acusaciones de mal perder», sentenció el dirigente del partido instrumental