Detenido el 'Rambo gallego' tras casi un año de fuga
Un guardia civil fuera de servicio lo ha capturado en una aldea de Valdiviño tras intentar entrar en una casa para alimentarse
El guardia civil Manuel Vilela dormía con el uniforme y la pistola cerca, porque eran muchas las pistas que apuntaban a que el 'Rambo gallego' se escondía por la zona . Por eso, cuando a media noche recibió la llamada de una vecina, en la parroquia de Loira, en Valdoviño (La Coruña), no tuvo dudas de que se trataba de Alfredo Sánchez Chacón, casi un año fugado después de escapar en marzo del año pasado de un centro penitenciario. Esta vecina, que estaba en casa con dos de sus hijos, le llamó asustada porque había alguien intentando forzar una ventana . El agente se visitó el uniforme y se fue «a por él», según ha explicado el propio guardia civil este viernes en una rueda de prensa.
Al llegar, el 'Rambo gallego' ya había huido al oír ruido en la casa, pero una valla doblada indicaba por donde había escapado. El agente, acompañado de dos hijos de la vecina -uno que vivía en casa y otro que reside en una vivienda cercana-, salieron a por él y lo encontraron a unos 200 metros , al otro lado de la carretera. Vilela hizo dos disparos al aire, pero el 'Rambo gallego' no se detuvo, pese a que estaban a apenas diez metros. Así que el agente «cambió de estrategia». Aunque Alfredo Sánchez se deshizo de la mochila cuando el agente se aproximaba para escapar más ligero, este pudo alcanzarle y reducirlo con la defensa extensible ; el fugado trató de resistirse a base de golpes de bastón, pero sin éxito. Los dos hijos de la vecina que le ayudaron a reducirlo, hasta que una patrulla llegó a la zona para llevarlo al hospital para un reconocimiento, primero, y luego a la dependencias de la Guardia Civil de Ferrol.
Alfredo Sánchez Chacón, que tenía tres órdenes de búsqueda activas de juzgados de Pontevedra, Chantada (Lugo) y Valencia, es apodado el 'Rambo gallego' , aunque para el jefe de la Guardia Civil de La Coruña, el coronel Francisco Javier Jambrilla, no es una buena comparación: tiene 63 años, cojea, y no representaba riesgo alguno para los vecinos , ya que siempre evitaba el contacto humano. Por eso, la forma de dar con él era «esperar su error», según ha detallado el coronel en rueda de prensa. «Teníamos que tener paciencia y buscar su tienda de campaña», ha añadido Jambrilla. Sin embargo, pese a que todo apuntaba que desde diciembre el 'Rambo gallego' andaba por la zona, no era fácil encontrarlo. Además, para sorpresa de los agentes, el fugado desmontaba cada día su tienda de campaña y cada noche dormía en un sitio diferente. Finalmente, ha podido ser apresado en un error de cálculo: vio las luces apagadas de esta casa y pensó que no vivía nadie.
El 'Rambo gallego' solo entraba en las viviendas que creía vacías, y lo hacía con un único objetivo: robar comida. No se apropiaba de nada más, ni joyas, ni aparatos electrónicos, ni dinero . Solo una vez cogió dinero, según ha explicado la Guardia Civil: en una casa se hizo con un sobre que contenía 800 o 900 euros. Cuando esta madrugada el guardia civil Vilela lo interceptó, el fugado todavía llevaba el sobre encima. También portaba, además de la tienda de campaña, algunos objetivos para sobrevivir en el monte, como ropa, comida y cuchillos. Ahora, el agente Vilela, con 30 años en el cuerpo, y destinado en el puesto de la Guardia Civil de San Sadurniño, ya no tendrá que dormir con el uniforme y la pistola a los pies de la cama . Después de una brillante actuación, ahora sí podrá dormir tranquilo. Y los vecinos de la zona también, sabiendo que si alguien intenta entrar por la ventana, ya no será Rambo.
El 'Rambo gallego' cumplía condena por un asesinato y esta no era la primera vez que se fugaba. La más llamativa lo llevó a descolgarse con unas sábanas de la ventana de su celda y cruzar la frontera con Portugal a bordo de un BMW. Antes había logrado escabullirse durante dos años de la Guardia Civil ocultándose en los montes de Lugo, donde sobrevivió gracias a la formación militar que recibió en el Batallón de Operaciones Especiales de la Legión en la década de los 80.
Asesinato de un tiro en la cabeza
Profesional de la guerrilla y con una habilidad innata para ocultarse, hijo de guardia civil, el delito de mayor calado que se le conoce fue el asesinato de un tiro en la cabeza de un joven con el que se cruzó en una cervecería de Pontevedra en 1996. Lo hizo delante de una veintena de personas, siguiendo la filosofía de «un hombre, una bala» que mamó en su formación como soldado. El tribunal estimó entonces (2001) que el 'Rambo gallego' era una persona con una carácter «marcadamente antisocial», pero sin atenuantes mentales que justificasen su actuación, por lo que fue condenado a 17 años y medio de presión, a los que se le sumaron otras penas menores por las que tendrían que rendir cuentas hasta el 2025. Fiel a su forma de vida, se negó a estar presente en la lectura del veredicto, tras tachar al tribunal que lo juzgó como una «farsa».
Agentes que se cruzaron en su camino advertían, recientemente, de que Sánchez Chacón es un hombre «de la vieja escuela» que solo necesita «mochila, cuchillo y cuerda» para sobrevivir . Prueba de ello es una lanza tipo indio que fotografiaron cuando fue capturado tras meses en el monte, con la que el exlegionario cazaba animales.
Temor en la comarca
En la comarca coruñesa del Eume se había instalado el temor desde que había corrido la voz de que podía ser él quien estaba detrás de diversos incidentes. Todo empezó cuando el pasado verano algunos vecinos denunciaron robos de comida en sus viviendas . No les faltó dinero, ni joyas, solo comestibles y bebida. Según fuentes del Instituto Armado, algunas de estas sustracciones se produjeron en Pontedeume y otras en el municipio colindante de Cabanas, pero en ninguna de ella se denunció la falta de objetos de valor. Quien entró en las casas solo buscaba alimento. Y ese era, precisamente, el 'modus operandi' de este fugitivo.
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