La defensa de Porto trata de frenar su traslado ante su debilidad física
La madre de Asunta sigue hospitalizada tras una ingesta masiva de pastillas
La defensa de Rosario Porto, condenada a 18 años de prisión por el asesinato de su hija, tratará de frenar el traslado de su clienta a la prisión de A Lama esgrimiendo su «débil estado de salud » . Según afirmó el abogado José Luis Gutiérrez Aranguren después de visitar a Porto en el Complejo Hospitalario de La Coruña, la inesperada orden de mover a la presa al penal de A Lama explicaría la ingesta masiva de pastillas que el pasado viernes obligó a su ingreso en la UCI. Fue un funcionario el que la halló tendida en su celda en estado de semi-iconsciencia tan solo unas horas después de que la dirección de la cárcel de Teixeiro le comunicase su traslado inminente y le pidiese que hiciera las maletas.
Aunque su intención es revocar esta orden, Gutiérrez Aranguren explicó ayer que al no existir comunicación del traslado de una prisión a otra es imposible formalizar un recurso . Pese a todo, insistió, formalizará su postura ante la dirección del centro para que reconsideren el cambio. Aclara, en esta línea, que esta medida «dificulta el derecho de defensa que ejerce en su caso». Aranguren también se refirió a las manifestaciones de Instituciones Penitenciarias, según las que Porto habría tenido una «mala reacción» al tratamiento psiquiátrico que sigue entre rejas. Ella misma confesó a su letrado —reveló él— que se había tomado los fármacos al saber de este movimiento y que está «hundida». «Ella estaba dando señales. Está completamente hundida y no tiene fuerzas para seguir adelante» , indicó Aranguren tras compartir unos momentos con la presa en la habitación del hospital.
Sin respiración asistida, se desconoce el momento en el que Porto recibirá el alta médica aunque sí se sabe que, si nada cambia, su destino inmediato será la cárcel de A Lama, en Pontevedra. Consultado por el polémico traslado, el delegado del Gobierno en la Comunidad, Santiago Villanueva, insistió ayer en que esta decisión corresponde a Instituciones Penitenciarias, y matizó que «supongo que responde a razones que convienen a los propios presos».
Rosario Porto ingresó en Teixeiro poco después de su detención, en septiembre de 2013. Comparte destino y pena con su exmarido, que también fue condenado a 18 años por el asesinato de su única hija . El veredicto unánime del jurado popular fue ratificado por el TSXG y más tarde por el Tribunal Supremo.
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