TRIBUNALES
Culpables de asesinato los dos acusados de matar a un exrecluso por una herencia
Eran compañeros de prisión y urdieron un plan para quedarse con el dinero
El crimen de Fernando Iglesias, el preso de origen pontevedrés que perpretó un triple asesinato en el año 1996 en Las Palmas de Gran Canaria y que hace cuatro años apareció muerto en una granja ha quedado visto para sentencia, después de que un jurado popular haya considerado a los dos hombres culpables de un delito de asesinato y otro continuado de estafa . El tribunal, integrado por nueve miembros y dos suplentes, ha considerado a ambos culpables, aunque con alguna discrepancia, de la muerte del parricida para apropiarse de la herencia, que este acababa de cobrar, de la madre.
Después de día y medio de deliberaciones, el tribunal ha considerado acreditado por mayoría que los dos acusados siguiendo el plan convenido, golpearon a Fernando con un objeto contundente similar a una barra metálica, le mataron y que, acto seguido, trasladaron el cuerpo hasta la finca de la familia del acusado Francisco Javier G.H., donde ocultaron el cadáver y que después retiraron dinero de sus cuentas: 22.490 euros.
Acogiéndose a la tesis de la Fiscalía, el jurado concluye que ambos urdieron un plan para matar a Espiño para hacerse con la herencia rechazando así la suspensión de la condena así como de cualquier tipo de indulto, pese a que Óscar colaboró en la investigación . Las retiradas del dinero, el lugar donde se encontró el cuerpo y la geolocalización de los móviles de los acusados, que les sitúan en las zonas donde se produjeron las retiradas, han bastado para que el tribunal haya considerado a ambos autores del crimen.
El crimen de Fernando Iglesias Espiño se produjo en agosto de 2018 cuando durante un permiso el recluso, que tendría que haber vuelto al centro penitenciario de Pereiro de Aguiar, en Orense, no regresó. Un episodio que hizo saltar todas las alarmas en la prisión ante su posible fuga después de haber cumplido prácticamente toda la condena —le quedaban tres años en prisión de los 25— hasta que finalmente apareció su cadáver cuatro meses después , enterrado en una granja de pollos, propiedad de la familia de uno de los acusados. Entonces, la desaparición arrojó numerosas dudas.
Ayudaba en la granja
En los últimos años, la vida de Espiño se había normalizado y disfrutaba de permisos penitenciarios un fin de semana de cada dos. De hecho, nunca había protagonizado ningún incidente e incluso tenía trabajo y cuando salía de prisión, solía ir a la granja de uno de los acusados, a los que había conocido en la cárcel, para ayudarles con las tareas . Varios testigos que depusieron en el juicio, aseguraron que estaba ahorrando el dinero de la herencia para disfrutar de su jubilación, fuera de la cárcel.
Entonces los investigadores consideraban extraña su desaparición. El hecho de que disfrutase del régimen de tercer grado y que había cumplido 22 de los 25 años fijados , no coincidía con una fuga voluntaria.
El crimen protagonizado por Espiño, que fue condenado a 45 años de los cuales tenía que cumplir 25 años, había causado en aquel momento gran conmoción. El hombre cumplía condena por matar a su mujer y sus hijos. En las crónicas de la época, declaró que los había matado «porque me pusieron de muy mala leche y me cegué» .
El magistrado de la Audiencia Provincial de Orense tendrá ahora que dictar sentencia y las penas para cada uno de los acusados. Por estos hechos, l a Fiscalía solicita para ellos un total de 45 años de prisión , veinte años para cada uno, por el delito de asesinato y dos años —en el caso de Óscar tres, por reincidencia— por estafa. El Ministerio Público les acusa de saquear 22.490 euros.
Por el contrario, las defensas piden que se les apliquen penas inferiores y, en el caso de Francisco Javier G.H., la abogada ha pedido un máximo de 15 años por el delito de asesinato y seis meses por la estafa. El letrado de Óscar G., por su parte, ha interesado siete años y medio de cárcel por el delito más grave al tener en cuenta su «expresa colaboración» en la investigación .
Mientras el jurado se opone a la suspensión de pena o indulto y defiende que los acusados cumplan la condena íntegra que establezca el magistrado , los abogados han avanzado su intención de presentar recurso ante el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG). Durante el juicio celebrado en la Audiencia orensana, ambos pusieron el foco en la falta de vestigios o ADN que permita determinar la culpabilidad de los acusados.
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