La culpa es de la sociedad

El gobierno municipal de Ferrol se queda sólo. Empezaron casi como un equipo de fútbol, pero a este ritmo de abandonos no les va a dar ni para echar una partida al tute. Primero fueron una parte de los concejales socialistas los que dijeron que aquello era un despropósito y que para formar parte de un ejecutivo es así mejor era estar en la oposición.

Hubo quien entonces acusó a Beatriz Sestayo de torpedear la unión de las izquierdas, pero fíjense ustedes que la que se apea ahora del carro es una mujer de la Marea pura y dura, de las que formó parte de las asambleas constituyentes, y que además se despide con argumentos tan entendibles para ciudadano como que el gobierno local está «de parranda». En otras palabras, no se están tomando en serio la gestión pública y prefieren andar de cañas que solucionar los problemas locales. Como comparsa de carnaval son pura diversión, pero como gestores no valen un duro.

Lo que ha dicho estos días Esther Leira es algo que sospechábamos todos desde el día en que vimos los nuevos gobiernos del cambio, formados por activistas, liberados sindicales y obsesionados con la República, porque una cosa es huir de la tecnocracia y otra no tener ni idea de cómo funciona un ayuntamiento. Quedaba la duda de si aprenderían con el tiempo, de si se iban a esforzar para superar sus carencias, pero nada más lejos de la realidad; a los problemas le han añadido prepotencia y a las debilidades reproches.

¿No les parece raro que hayan sido incapaces de formar gobiernos con el PSOE o con el BNG? Ni a socialistas ni a nacionalistas les ha importado nunca integrar ejecutivos multicolores, pero de los amigos de Podemos no quieren saber nada. Se conocen de sobras y han visto a leguas un fracaso en el que no quieren participar. En las Mareas sobra gente de esa que tiene solución para todo menos para lo suyo, y al final la culpa es de la sociedad, tío. Pues en Ferrol la sociedad debe de ser muy mala.