INFANCIA
«Cuidamos de bebés que son para otros»
Unas trescientas familias en Galicia acogen a menores con circunstancias familiares complejas. Ésta es la historia de amor y entrega de quienes lo dan todo sin esperar nada
La historia de los benefactores de este relato es la de una familia en la que siempre hay una cuna y un bebé que duerme en ella. María y Javier —nombres ficticios para mantener su intimidad— son padres de acogida desde hace más de dos años. Por sus brazos han pasado tres pequeños a los que, revela Javier, «se les ha caído el cordón umbilical con nosotros». En todos los casos los bebés entraron por la puerta de recién nacidos, cada uno con una historia diferente resumen de su corta vida. «La primera niña que acogimos fue rechazada por su madre nada más nacer, así que nos fuimos al hospital a buscarla en cuanto recibimos la llamada» recuerda María.
La llamada a la que se refiere es la palanca que activa un engranaje de entrega y generosidad en el que la familia de acogida ofrece al menor todos sus cuidados sin esperar nada a cambio. «Haces esto porque te llena, es gratificante saber que has ayudado a un niño cuando más lo necesitaba» coincide la pareja, que ha contribuido de primera mano a la recuperación de bebés maltratados, con síndrome de abstinencia o sin familia. En su caso, saben bien lo que es turnarse para acompañar las 24 horas del día a un pequeño con horas de vida que está hospitalizado y necesita protección inmediata.
Como esta pareja hay en Galicia otras 300 familias dispuestas a abrir las puertas de su hogar para sumar, de forma momentánea, un miembro más. Porque ésa es la clave de la acogida, saber «que no te vas a convertir en su padre, que otra familia llegará», explican. Para formar parte de este programa dirigido por el departamento de Política Social es preciso superar un curso en el que te inculcan que el acogimiento no es una forma de adopción, porque siempre es temporal y no rompe los vínculos del niño con su familia de origen, en el caso de que ésta exista y lo desee.
Cualquier tipo de familia
Los requisitos para acoger a uno de estos pequeños, bajo tutela de la Xunta, no tienen nada que ver con el perfil de núcleo familiar. «Puede ser cualquier persona, matrimonio o pareja de hecho, con o sin hijos, y de cualquier condición social, ideología o creencias» aclaran desde la Consellería de Política Social. Por este acogimiento los padres reciben un ingreso mensual para gastos que varía en función del tramo de edad del menor que acojan. Aunque, asumen, el gasto emocional que supone es impagable.
«En nuestro caso todo empezó valorando la posibilidad de tener un tercer hijo. Dimos un paso más allá al plantearnos adoptar, porque al ser papás nos sensibilizamos mucho con el tema infantil y pensamos en la adopción para ayudar. El último paso fue el del acogimiento, porque entendimos que nuestras ganas de ser padres estaban cubiertas y si de verdad queríamos ayudar, ésta era mejor opción» , explica Javier. La puntilla la dio «un reportaje que leímos en el periódico sobre una familia que estaba acogiendo», matiza María para insistir en la clave. «Pensar en tener un niño, para después dejarlo, cambia totalmente el planteamiento. Es casi la antítesis de la adopción, porque cuidamos a bebés que no son nuestros y que van a ser para otros», confiesa el matrimonio aprovechando la siesta de la pequeña que ahora crían, y con la que han compartido sus primeros siete meses de vida.
Por el momento disfrutan de ella junto a sus dos hijos, de 8 y 10 años, conscientes de que en cualquier momento puede llegar la hora de la despedida. «Es lo que más preocupa, el desprenderte de él. No es fácil, pero también es un poco de conquista porque entiendes que el problema de ese bebé se ha resuelto y nuestra fase se ha acabado», reconocen. Igual de duro es conocer las circunstancias que han llevado a ese pequeño a estar bajo tutela de la Administración. Situaciones de malos tratos como, por ejemplo, la del bebé de Lugo operado la semana pasada de una lesión en el ojo por los presuntos golpes de sus padres. Sobre la gravedad de estas vivencias, María y Javier lo tienen claro. «Nosotros no juzgamos a nadie. Duele ver el daño que puede haber pasado, pero no pensamos en eso porque sería demasiado sufrimiento. Nos centramos en la labor que hemos asumido y, aunque lo ves débil por lo que le han hecho, no juzgas, porque psicológicamente es complicado» se confiesan.
Javier habla de la acogida como una «misión» muy «enriquecedora». «Lo más difícil es tomar la decisión de acoger, pero una vez interiorizada, cuando llega el primer bebé es una sensación de alegría», describe este padre. «Emocionalmente es complicado porque los tienes que cuidar con los problemas que traen, los ves indefensos y lo que quieres es sacarlos adelante», añade María. «En dos de los casos venían con problemas médicos y fuimos sus acompañantes en el hospital», relata sobre los primeros compases de la llegada. Una vez reciben el alta, toca el momento de adaptarse a la nueva situación. «En nuestro caso nos preocupaba mucho cómo reaccionarán nuestros hijos, pero nos sorprendieron para bien. Son mucho más puros que nosotros y lo llevan con total naturalidad. Saben que los bebés están aquí para que los cuidemos». Entre biberones, noches en vela e infinitas muestras de atención, esta pareja reconoce que la implicación con el recién llegado debe ser total y que el vacío que dejan se llena con la satisfacción de haber estado a su lado en los peores momentos.
Finalizada la fase de acogida, algunos pequeños regresan con sus familias biológicas y otros son entregados en adopción. En ambos casos es decisión de estos últimos que el vínculo del niño con sus padres de acogida se mantenga o no. El número de menores que no pueden vivir con sus padres en Galicia ronda los 3.000. Muchos de ellos reciben los cuidados de la familia extensa —parientes cercanos o personas muy próximas—. Otros residen en centros para menores y algunos encuentran en estas familias de acogida un hogar en el que normalizar su día a día. Más la mitad de los padres que se ofrecen como candidatos (alrededor de un 60%) cuidan en estos momentos de uno de estos pequeños.
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