Política
Los críticos de Democracia Orensana deciden expulsar al alcalde de su propio grupo municipal
Gonzalo Pérez Jácome rebaja la decisión a «desbarres de indocumentados», «desvarío» y «colmo de surrealismo»
Nuevo revés para Gonzalo Pérez Jácome. El alcalde de Orense y presidente de Democracia Orensana ha sabido este lunes que los críticos de su propio partido han acordado su «expulsión» del grupo municipal de DO en el consistorio de la ciudad de As Burgas. Así se lo han hecho saber tanto al propio Jácome, que pasaría a ser concejal no adscrito, explican, como al secretario del pleno municipal. El documento lleva la firma de María Teresa Rodríguez Garrido, José Miguel Caride, Manuel Álvarez Fernández y María del Mar Fernández. Cuatro de siete integrantes del grupo, lo que conforma una mayoría en su seno. Cabe recordar que este diario informó recientemente de que el Ministerio del Interior ha activado el procedimiento para la extinción de DO -pidió certificación de que se adaptó a la nueva ley de partidos, pero no fue así-.
El vicepresidente de la formación, Manuel Álvarez Fernández, ha cargado contra Jácome, según informan los críticos de DO, asegurando que «toma las decisiones de forma totalmente unilateral, con mando absolutista, niega cualquier opinión que no sea acorde a sus intereses personales y no conoce lo que es la democracia interna que debe regir el funcionamiento tanto del partido como del grupo municipal». De ahí que hayan adoptado esta decisión, alejada de lo que habría hecho « cualquier partido político que funcione con normalidad ». De ser así, «se habrían planteado y discutido en el seno de los órganos colegiados del propio partido», argumenta, «todas las decisiones que afectasen a la actuación del mismo, su estrategia política, las cuestiones relativas a la gobernabilidad tanto del Concello como de la Diputación, así como las responsabilidades del propio» Jácome.
En dicho escrito, remitido a los medios, se desgranan los tres principales motivos de la solicitud de expulsión de Jácome, que son los siguientes:
-« Inadecuada, exclusiva y opaca gestión de las dotaciones económicas del Concello al grupo municipal ». Dejan reflejado que no les «consta» que las «dotaciones asignadas al grupo municipal de Democracia Orensana (...) se estén destinando a fines municipales relacionados con el funcionamiento del grupo, como tampoco nos consta que exista una contabilidad específica de la citada dotación económica con un registro de caja comprensible de las entradas y salidas». Jácome, añaden, es quien gestiona los recursos «de forma exclusiva y excluyente» y «negándose reiteradamente a dar cuenta de las mismas ni permitir otro uso que no fuere el decidido exclusivamente por el mismo».
-« Exigencia de “donaciones” al personal eventual contratado por el Concello y adscrito al grupo municipal ». Jácome, señalan, es quién ha decidido «unilateralmente a qué personas contrata para ocupar los puestos de personal eventual adscrito al grupo»; pero, además, «ha venido exigiendo a la totalidad o parte del mismo, “donaciones”, en forma de participación en los haberes percibidos en nómina, hechos que han sido puestos en conocimiento de la fiscalía de la Audiencia Provincial de Orense» y también «denunciados por, al menos, una de las personas contratadas como personal eventual». ABC informó de que el regidor orensano exigía mordidas de hasta el 60% del sueldo a sus asesores. Además de «donaciones» mensuales, les reclamaba las dos pagas extras de manera íntegra. El dinero, que alegaba que servía para financiar a Democracia Orensana, acababa en la cuenta de la televisión local de su propiedad, Auria TV.
- «Decisión unilateral de romper el pacto de gobierno suscrito con el Partido Popular y retirar competencias a dos concejales de este grupo sin acuerdo previo con el conjunto del grupo político municipal de Democracia Ourensana». Los críticos censuran que Jácome «convierte una crisis interna del grupo municipal en una crisis de gobierno». Añaden: «Lejos de dar las explicaciones pertinentes y justificar el destino de dichos fondos, negándose a ello, da por finiquitado el acuerdo de gobierno, decidiendo gobernar en total minoría -él solo con un segundo concejal, en espera de que se pueda incorporar un tercer concejal-, lo que a criterio de los integrantes de este grupo municipal es absolutamente imposible y deja a la ciudad de Orense en el abismo».
Finalmente, los cuatro ediles críticos exponen que, «ante la gravedad de los hechos», en tanto «conformantes de la mayoría del grupo político municipal de Democracia Orensana», han «decidido proceder a la expulsión» del alcalde del grupo municipal.
Jácome: «Desbarres de indocumentados»
Jácome ha respondido con un comunicado difundido en redes sociales donde se despacha contra el «grupo de tránsfugas», a quienes comienza acusando de «perversidad» porque, afirma, «intentan apoderarse de la marca DO en sus cartas reivindicativas, siendo personas ajenas al partido». Yendo al documento donde se acuerda su expulsión del grupo municipal, el primer edil orensano lo interpreta como «un colmo de surrealismo» y un «desvarío» orquestado por «personas ajenas a DO». Afirma que esto evidencia su «fiabilidad»: «Todas sus acusaciones y reivindicaciones tienen un alto grado de desatino».
Con ánimo de rebajar el alcance del movimiento de los críticos, Jácome señala que el pasado viernes envió un burofax a Manuel Álvarez Fernández donde «se le comunica que se ha procedido a su suspensión cautelar de sus funciones como vicepresidente y miembro de DO, así como la incoación de un expediente disciplinario que podría conllevar expulsión definitiva de la formación». A partir de ahí, para Jácome los «legítimos representantes» del partido que preside son únicamente él y Armando Ojea . «Actitudes tránsfugas de integrantes de grupos municipales no les puede otorgar representatividad alguna», apostilla.
Para rematar, redobla sus andanadas: «Como los tránsfugas se han quedado sin competencias, al no tener trabajo se dedican a fabular con notas de prensa cuya realidad solo existe en sus cabezas, buscando además entorpecer la labor diaria». Afirma que él «no puede perder tiempo con las acciones desesperadas de quienes han medido mal sus pasos en una trama. Mi obligación como alcalde», remat, «es seguir trabajando y no prestar atención a desbarres de indocumentados ».
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