Galicia
La crisis de los microchips obliga a cerrar el turno de fin de semana de Stellantis Vigo
Cerca de 900 empleados se verán afectados por una medida temporal que fue comunicada esta mañana a la plantilla
Nuevo varapalo, el mayor de los recibidos desde el inicio de la denominada crisis de los microchips, para la factoría de Stellantis en Vigo. Según el grupo informó en la mañana de este lunes a la plantilla a través de un comunicado, las dificultades de aprovisionamiento provocadas por la falta de semiconductores y la incertidumbre sobre cómo evolucionará la situación obligaron a la empresa a suspender el cuarto turno, es decir, el que trabaja durante el fin de semana . Se trata de un cierre «temporal» que dependerá del abastecimiento y del flujo en la llegada de estos elementos fundamentales en la producción de los vehículos, que ahora afecta de lleno a la producción de las furgonetas y los monovolúmenes de la marca.
La suspensión, explicaron desde la factoría olívica, se mantendrá «en cuanto las circunstancias actuales no permitan la reanudación de su actividad». Sobre la drástica medida, que afectará a unos 900 empleados , la dirección señaló que esta decisión tiene por objeto lograr una organización de la actividad productiva más adaptada a la actual situación, adecuando la producción a la disponibilidad de los ansiados componentes.
Con todo en el aire desde que en otoño de 2020 se empezó a reactivar la fabricación de automóviles y los microchips empezaron a faltar, Stellanis confía en que esta suspensión permita mantener un calendario de trabajo «más regular» . Por el momento, y en el plano laboral, la empresa confirmó que en los próximos días se iniciará un proceso de negociación con los sindicatos «para gestionar las necesidades asociadas» a esta suspensión de actividad y para concretar la fecha desde la que se paralizará este turno. Mientras, se mantiene el trabajo del sistema 1 , el que monta el Peugeot 2008 y los modelos Peugeot 301 y C-Elysée.
La factura que esta crisis está provocando en el sector implica, por el momento, un retraso global en la producción de 500.000 vehículos en España. Con la incertidumbre sobrevolando la fabricación, los indicadores apuntan a que la situación no se normalizará hasta finales de 2022, momento en el que las fábricas de semiconductores podrían ponerse al día tras el gran retraso originado por la pandemia y el auge de los pedidos.