Luis Ojea - Cuaderno de viaje

Cortina de humo

Da pavor pensar que en la ciudad con más paro de Galicia el alcalde se entretenga en frivolidades

Nunca deja de sorprender la puerilidad de algunos políticos que se creen que pueden tapar con cortinas de humo su incompetencia para resolver los problemas de la sociedad. Es la marca de la casa de los autoproclamados alcaldes rebeldes que llevan casi 10 meses generando polémicas estériles y absurdas para encubrir su nula capacidad de gestión, distracciones circenses como la moción presentada esta semana por Ferrol en Común para reabrir el debate sobre monarquía o república.

Sonroja ver como Jorge Suárez pierde el tiempo en majaderías de este tipo. Sobre todo porque, en cambio, no ha sido capaz de aprobar los presupuestos de la ciudad para este año, ni siquiera de presentar un amago de borrador de las cuentas locales. Es cada vez más evidente que él, Ferreiro y Noriega han tomado el bastón de mando con el único propósito de imponer su visión sectaria de la política. Entre sus prioridades no está abordar las cuestiones que más directamente preocupan a los ciudadanos en el ámbito local. Se creen los Mesías de un nuevo orden y la reparación de baches o la gestión de los servicios públicos de proximidad les resultan tareas aburridas.

Da pavor pensar que en la ciudad gallega con mayor tasa de riesgo de exclusión social y en la que casi el 28 por ciento de su población activa está en el paro el alcalde se entretenga en frivolidades infantiles huyendo de sus verdaderas responsabilidades. Y no es la primera vez. Lo que sucedió en verano con la gestión del agua ya había sido revelador. Gestionar está claro que no es lo suyo. Mejor quitar bustos de la fachada o echarse un pitillo en la bañera. ¡Qué despropósito!

El balance de Suárez es catastrófico, pero no es responsabilidad exclusiva suya. El PSdeG es cómplice directo. El papelón que los socialistas están haciendo en Ferrol es antológico y explica la profunda crisis que atraviesa la agrupación local, donde cada vez son menos los que entienden a que juega Beatriz Sestayo con este bipartito.

Los espectáculos pirotécnicos pueden resultar entretenidos un tiempo. Pero, como todo, en exceso saturan. Y el uso abusivo que los mareantes hacen de este tipo de cortinas de humo produce ya hartazgo. Quizás deberían plantearse que las polémicas estériles no dan de comer y empezar a ocuparse de las verdaderas prioridades de sus ciudades.

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