Coronavirus
De superar el miedo a lo más extremo, a superarlo al Covid
El turismo activo en Galicia se adapta a la pandemia con aventuras al aire libre
Son infinitas las posibilidades: desde saltar de un puente, de un barranco, de un acantilado o desde un avión, a bucear las aguas gallegas, subirse a una canoa o practicar rafting. Las actividades de aventura se han preparado para acoger de nuevo a aventureros con la llegada del buen tiempo, que mejora las condiciones para muchas de las actividades e impulsa a miles de personas a descargar adrenalina, pese a que el temor a la pandemia se están dejando notar.
El responsable de Vértigo Aventura, Borja Batalla, califica la ocupación este verano como «muy baja». «Estamos moviendo grupos muy pequeños, tenemos una limitación que nos pusimos nosotros mismos , además de la normativa que hay. Tenemos muchos grupos de 3-4 personas, cuando otros años no los movería: antes cogía las reservas, pero siempre va a haber otra a mayores de 3 o 4, por lo que siempre acabas con grupos de 8 para arriba, sino por menos no sale rentbale. Hacemos actividades con la gente que tenemos, aunque en muchos casos no sea rentable. Estamos hasta el último momento para completar grupos». Subraya que «el cliente es de cercanía» y que ha habido ya cancelaciones por este motivo. Tiene claro Batalla que ha sido por el miedo, aunque no se reconozca. Aunque señala que el grueso de cancelaciones fue cuando llegó la cuarentena, no lejos de la Semana Santa. Perdieron en reservas, señala, «30 y pico mil euros».
Desde Arrepións, otra empresa de turismo activo, especialistas en actividades como el rafting, tuvieron más suerte con un julio que en facturación se quedó cerca de un mes normal. Agostó empezó animado, tras un junio flojo. También tuvieron cancelaciones y desde esta empresa, Ricardo Aparicio cuenta a ABC que las reservas son fundamentalmente a corto plazo. « Notas que hay miedo, que la gente no se plantea a hacer cosas a largo plazo », señala, remarcando que en su caso no se limitaron aforos en las excursiones: en las individuales, por razones evidentes, y en el rafting el límite lo marcan la capacidad de la balsa. «No es como un restaurante», explica, donde es un espacio cerrado en el que se tienen que reducir los aforos.
Y aunque sean aventuras al aire libre y en muchos casos grupos de gente con contacto habitual, evidentemente las medidas de seguridad han llegado a estas empresas, que también tienen miedo -lógico- a qué pasaría si uno de sus trabajadores diese positivo. Se acabó en muchos casos el cambiarse en vestuarios del local que, en muchas ocasiones, tiene la empresa cerca de alguna zona donde realizan las actividades. En Arrepións ruegan encarecidamente que no se utilicen. Están limitados a cinco personas y en caso de su uso, se realizan unos laboriosos trabajos de desinfección después de usarlos. Los trajes, cascos y demás material tienen que limpiarse a fondo. Y ahora en actividades como el rafting, donde la distancia es bastante complicada, se ha empezado a portar como un elemento más la mascarilla. Los geles también han ganado protagonismo.
Un sello propio
Para paliar las pérdidas se está creando un sello de calidad específico, un certificado , por «encargo de la Consellería de Turismo», narra Batalla. Este sello contará con un protocolo específico para cada actividad, lo que provoca un gran nivel de detalle: no es el mismo protocolo ni hay que tomar las mismas medidas para hacer «hidrospeed», en el que se navega en un trineo individual por un río, que en espeleología, donde un grupo de personas se introducen en zonas que en muchas ocasiones son verdaderamente estrechas, lo que vuelve a reducir esa posibilidad de mantener el famoso metro y medio de distancia. Otro caso distinto es, por ejemplo, el del surf, donde se debe tener en cuenta otro elemento como es el viento. Además, cabe destacar que cada empresa es un mundo, ya que cada una realiza un número diferente de actividades.
Es un sello que estará preparado para afrontar la que se espera sea parte final de la pandemia, pero como ya se ha asumido con otros aspectos de la vida diaria, ciertas medidas que se aprueben dentro de ese protocolo seguramente permanecerán. «Las medidas se aflojarán en ciertas cosas, pero en otras cosas vienen para quedarse », subraya al otro lado del teléfono. Por el momento, estas empresas se han adaptado para ofrecer emociones, aventuras y diversión con toda la seguridad. Desde el confinamiento se han ido preparando para hacer el retorno posible y para que este tipo de actividad pueda resultar de evasión en tiempos difíciles. También para que la adrenalina se pueda limitar a saltar a una poza o al mar, o a tirarse de un puente y no por temor a un virus que ha puesto en jaque todos los aspectos de la vida diaria de particulares y empresas.