Coronavirus Galicia: máxima preocupación en turismo y hostelería a la espera de un revulsivo

«El sector está muy preocupado», reconoce Cesáreo Pardal, presidente del Clúster Turismo de Galicia, a ABC. La Semana Santa, como se temía -cierre perimetral, limitaciones de aforos y horarios por el Covid-, no fue el deseado revulsivo, sino otro tren que pasó de largo. Pardal reconoce que le resulta «difícil» hacer una valoración de la semana festiva al partir de una base muy pobre: apenas el 20-25% de alojamientos turísticos abrieron las puertas; y los que estuvieron operativos apenas gozaron de una ocupación del 55-65%. Con matices. Zonas como la Costa de Morte se fueron al 75% de ocupación (80% en Muxía), mientras la Ribeira Sacra se movió en la parte alta de la horquilla (hasta 65%). En cambio, a Sanxenxo la penalizó el nivel alto de restricciones y no llegó al 47%. «Esperábamos mucho más», admite.

Lo que ocurrió en Semana Santa se puede leer como anticipo de lo que está por venir: negocios que no abrieron porque «perdían más» de lo que ganaban. Empresarios echando 16 horas al día para cubrir gastos (impuestos, etcétera). Muchos, explica Pardal, comenzarán a trabajar a finales de este mes, para «engrasar maquinarias» de cara al verano. Un período que siguen viendo con recelo, ante las dudas de que las vacunas avancen al ritmo suficiente para ofrecer la «confianza» necesaria al visitante; y si se darán las condiciones para restablecer la movilidad.

El verano, «con los datos objetivos que tenemos, se presenta bastante feo», apunta a este diario Lois Lopes, directivo de los hosteleros compostelanos. Habla de una situación «límite», con negocios que echan el cierre o están al borde de la «quiebra». En la capital gallega, explica, la Semana Santa distó de ser «excepcional», porque «no hubo esa afluencia turística» que otros años tiraba del carro. Integrado en el sector más crítico con la gestión de la Xunta, Lopes reclama un rescate «más amplio».

Turismo y hostelería son, sin lugar a dudas, los grandes perjudicados por el zarpazo económico derivado de la crisis del Covid. Atendiendo a los datos de desempleo dados a conocer ayer, Galicia acumula a día de hoy 14.490 parados más que justo antes de que el virus hiciese aparición. En ese momento, febrero de 2020, el número de personas con empleo en la Comunidad era de 1.012.354. Doce largos meses más tarde, la cifra araña el millón (998.733). Aunque con los ERTE amortiguando el batacazo, los datos de personas desempleadas dan cuenta de la profunda herida generada por el Covid, aún lejos de sanar.

Así, Galicia cerró marzo con 180.719 parados, lo que supone 14.490 más en la cola del desempleo que en las mismas fechas de 2020. La parte positiva de la evolución del empleo hay que verla a corto plazo, porque Galicia cerró marzo con una caída del paro del 2,43 por ciento, lo que la sitúa como la segunda comunidad autónoma en la que más bajó el desempleo con respecto a febrero.

Esta reducción supone, además, la mayor de la serie histórica, según destacó ayer la directora xeral de Formación e Colocación, Zeltia Lado. Con respecto a las afiliaciones, Lado indicó que crecieron en la evolución mensual un 0,47%, aumento «ligeramente superior» a la subida del Estado (+0,38%). Además, la Comunidad es la quinta con un mayor crecimiento en términos absolutos. Otra lectura positiva la ofrecen los contratos indefinidos, que crecieron un 63,7% (+3.588 contratos), «triplicando este ritmo de subida al reflejado en la contratación temporal (+21,23%)».

En este contexto económico, desde el Gobierno gallego reconocen que «la máxima preocupación está en estos momentos en mantener el mayor número de empleos posibles». «La prioridad pasa por terminar los pagos de las ayudas del segundo plan de rescate y en la activación, lo antes posible, de un tercer plan», se indicó desde la dirección xeral de Formación e Colocación.