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Las gestorías gallegas: «Las primeras semanas fue un caos»

Los administrativos hacen balance de la situación y auguran un futuro complicado

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Rosa López, contable del Colegio Oficial de Administrativos gallegos CEDIDA

Estefanía D. Carruébano

«Los primeros días fueron caóticos sobre todo por la incertidumbre que había en cuanto a cómo se iba a desarrollar todo el proceso de estado de alarma», recuerda la gestora de Vigo Rosa L. Balsera. Esto, junto al alto nivel de nueva información terminó por conformar un escenario de « caos » en el que se hacía casi imposible «poder entender todos los procedimientos para trasladárselo a los clientes », reflexiona en una conversación telefónica con este diario. Con el inicio del confinamiento, las empresas que permanecerían cerradas decidieron solicitar un ERTE . Por otro lado, también se solicitó el cese de actividad de los autónomos, puesto que no podrían realizar su trabajo habitual. «Esta primera semana nos encontramos con una carga de trabajo muy grande . Era muy frustrante por la incertidumbre y porque era una situación completamente imprevista. Además, no sabíamos si lo estábamos haciendo bien o no», recuerda.

A partir de la segunda y tercera semana se empezaron a solicitar los ERTE de fuerza mayor para actividades no suspendidas. « A pesar de estar obligados a abrir al considerarse esenciales, como un taller de coches, normalmente con el titular de la actividad se completaban las necesidades del negocio », explica Rosa López, contable del Colegio Oficial de Gestores Administrativos de Galicia. Además, justifica el proceder de los empresarios puesto que, al reducirse el número de clientes, «muchos trabajadores estaban inoperativos». Balsera, por su parte, calcula que el «90 o 95% de las empresas fueron a un ERTE».

Si bien, es cierto que las gestorías son un «colectivo acostumbrado a tener cargas de trabajo fuertes en momentos de declaraciones de la renta, por ejemplo, con picos de trabajo a los que estamos acostumbrados», subraya esta asesora viguesa. Precisamente por ello, desde un primer momento se consideró que las asesorías eran uno de esos «trabajos esenciales para responder ante los problemas de trabajadores, autónomos y pymes», aunque «siempre trabajamos telemáticamente», refiere Florentino Sánchez, trabajador de una asesoría coruñesa.

Otro de los problemas acumulados a los que tuvieron que hacer frente desde las gestorías fue el aplazamiento de los impuestos del primer trimestre. « Nuestra prioridad las primeras semanas del estado de alarma era garantizar que los trabajadores estuviesen informados y transmitirles seguridad », confiesa Balsera. Por ello, se vieron obligados a «dejar a un lado todo el proceso de facturas de los impuestos», relata. «Por suerte, después de mucho insistir, el Gobierno lo demoró», celebra.

Esta situación inicial de tensión e incertidumbre en las gestorías gallegas ya terminó porque «todo se tramitó de golpe, no se repartió a lo largo del tiempo», explica López. «Sin embargo, el problema ahora nos lo encontramos con la página del SEPE , porque está saturada y nos ralentiza el trabajo», asume. «Tenemos que estar en continuo contacto con estos ERTE, trabajando sobre ellos y proporcionando datos», admite. « Es entendible que las páginas web estén saturadas porque todos tenemos que trabajar en las mismas fechas », reporta la contable. «Sí que es cierto que estos problemas con la administración nos tienen un poco más bloqueados, pero la carga de trabajo no es igual que al principio», resume. «Este es un problema generalizado, casi todos los profesionales gallegos se encuentran en una situación muy similar», apostilla López.

Un futuro incierto

Los gestores administrativos asumen la incertidumbre que deben estar sufriendo los empresarios. «Yo creo que están a la expectativa de cómo se va a ir realizando esta apertura», sospecha la contable del Colegio de Gestores gallegos . Además, matiza que «hay que tener en cuenta que la situación de ERTE y la prestación de cese de actividad no termina el día que se reabre el negocio si no que continúan hasta que finalice el estado de alarma. Mientras tanto, aunque abran su negocio, seguirán cobrando la prestación», sostiene. Por su parte, Sánchez asume que, en su opinión, el futuro es muy desalentador: « Podríamos encontrarnos con situaciones dramáticas », alerta para este diario. Balsero, además, asume que, a largo plazo, «muchos se quedarán por el camino», lamenta.

Por su parte, entiende que a partir de ahora será un «nuevo caos» ante la situación de incertidumbre: «El miércoles fue una locura porque muchas empresas no sabían quien podía abrir y quien no», asume. También se queja de que en la desescalada se anuncie que pueden abrir negocios, pero las condiciones no llegan al BOE con los plazos adecuados suficientes para estar preparados.

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