Coronavirus Galicia
Los concellos más turísticos encajan un golpe crítico para su economía
No confían en la apertura de terrazas y hoteles en la primera fase de la desescalada
La actividad turística supone en Galicia aproximadamente 10% de la economía. Aunque no está entre las Comunidades españolas más afectadas a causa de la paralización que ha venido obligada por el coronavirus, el impacto de la pandemia es especialmente significativo en algunos de sus ayuntamientos. En municipios como Sanxenxo, por ejemplo, hasta el 80% de su actividad está relacionada con el sector. Los concellos más turísticos de Galicia tratan de adaptarse ante un verano que no se parecerá en casi nada al anterior y de encajar un golpe económico sin precedentes .
El plan de desescalada del Gobierno permitirá gradualmente la apertura de algunos de los establecimientos. Si las provincias gallegas logran el próximo 11 de mayo pasar a la fase 1, podrán abrirse las terrazas con un tercio de su ocupación. «Los bares y restaurantes no van a abrirlas. Si empieza a llover, qué hacen con los clientes», se pregunta el alcalde de Sanxenxo, Telmo Martín. Los hoteles también podrán ir reabriendo con limitaciones en las zonas comunes, pero el regidor asevera que en el municipio la mayoría de empresarios se están planteando retrasar la puesta en marcha hasta principios de julio. Desde Santiago, el concejal de Turismo, Gumersindo Guinarte, añade otra dificultad. « Una cosa es lo que permite la norma y otra lo que sea rentable económicamente» , subraya. «En este punto, el sector está más preocupado por poder mantener los ERTE más allá del estado de alarma», apunta. Guinarte se muestra algo más optimista de cara a la parte central del verano.
La capital gallega es el principal foco turístico de la Comunidad. En 2019, según los datos del Instituto Galego de Estatística, atrajo a 792.986 viajeros. El turismo supone, además, hasta el 20% del Producto Interior Bruto del municipio. « El golpe es tremendo», asegura el concejal . Durante estos días tratan de buscar fórmulas con los hosteleros de la ciudad para intentar amortiguarlo. Analizan caso a caso si es posible ampliar la superficie de las terrazas, pero Guinarte asegura que en la mayor parte de los casos «el espacio que ocupan es ya el espacio ocupable que hay».
De cara al verano, la ciudad busca reorientar su oferta. «Intentamos captar turismo gallego, español y portugués ofreciéndole paquetes integrales», explica el concejal. La idea sería ofrecer estancias de dos noches en hoteles, por ejemplo, con varias comidas en restaurantes de la ciudad, una visita guiada y la asistencia a algún evento cultural como conciertos en el que se cumplirían las distancias de seguridad recomendadas.
Aunque se preparaba para la cancelación de las Fiestas del Apóstol, actualmente el Ayuntamiento trabaja también para «intentar celebrar algún tipo de actividad con la exigencia de aforo y movilidad» e incluso no se descarta buscar alguna fórmula para que los tradicionales fuegos puedan mantenerse. Aunque el Camino de Santiago cuenta con la ventaja de que es una actividad al aire libre, prevén una importante caída de peregrinos. «El principal hándicap es que la mayoría de albergues son espacios pequeños para cumplir con las exigencias», indica Guinarte. La capital gallega tendrá, además, que renunciar a una importante fuente de ingresos, la que procede del extranjero. En Santiago el 43,3% de las pernoctaciones corresponden a los viajeros de otros países. «Nuestra proyección va más dirigida al turismo de proximidad, básicamente español y que se desplace en coche en grupos familiares pequeños», indica el responsable de Turismo.
Sanxenxo
«Aquí lo bueno que tenemos es que al contar con un 90% turismo nacional no vamos a estar tan afectados como Levante o las islas», reflexiona el alcalde de Sanxenxo, Telmo Martín. Aún así, cree que las restricciones al turismo van a «destrozar» la economía municipal. El Ayuntamiento ha hecho cálculos y estima que cada semana de parálisis supone unas pérdidas de 3 millones de euros para el sector. Martín se muestra muy crítico con el plan de desescalada diseñado por el Gobierno de Pedro Sánchez . «Los contagios no se paran con un 30% de ocupación o con cerrar las zonas de jardín de los hoteles. Las distancias de seguridad son lo importante», subraya. Pide al Ejecutivo central que trate de «no improvisar y dé un poco de certidumbre a la hostelería» . Reclama también que en vez de pagar el salario de los ERTE a los trabajadores, se le abone a los empresarios para que puedan ir retomando la actividad y no tener que abrir a pérdidas.
Carlos Gómez Prado, regidor de Baiona, se muestra convencido que lamentablemente en el municipio, una vez se levanten las restricciones de movilidad, habrá negocios que ya no podrán volver a abrir. El ayuntamiento pontevedrés acoge en verano a más del triple de su población habitual. Durante los meses de julio y agosto hay unas 40.000 personas frente a los 12.000 residentes de todo el año. «Para nosotros un verano malo supone una catástrofe», apunta el regidor. Sin embargo, espera que «si todos nos comportamos de forma responsable» se logre amortiguar un «golpe duro» y la reactivación económica «se produzca en la mayor brevedad posible». Gómez cree que la crisis del coronavirus tendrá que ser un «aprendizaje» y obligará a abrir un diálogo social para intentar buscar «otras posibles formas de funcionar y ser eficaces en el sector productivo en nuestro Ayuntamiento» . El alcalde prevé que el verano de 2020 en Baiona sea parecido a la época estival de los años 80, cuando el pueblo no se había consolidado como punto de atracción turística. Entiende el malestar del sector con el Gobierno central ante el plan de desescalada y las peticiones para que la reapertura económica se acelere. Pero afirma que las administraciones «no están para tomar decisiones de hoy para mañana». Para el regidor socialista lo importante es contener la pandemia del coronavirus y poner encima de la mesa como va a funcionar esa nueva normalidad y evitar rebrotes.
Ana Hermida, alcaldesa de la localidad lucense de Barreiros, también se muestra preocupada por el impacto en la actividad turística de esta nueva normalidad. «La incertidumbre es lo que más predomina», asevera. El municipio también triplica su población cada verano y el modelo turístico se basa sobre todo en la segunda residencia. «Tenemos que ver cómo va el sistema de desescalada para ver si podrán llegar desde otras provincias», indica. La regidora del BNG explica que el peso económico del sector es muy importante y se reparte con la producción agraria.
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