Coronavirus Galicia
«Los ánimos están encendidos, falta rigor en una tema tan serio»
Entrevista a Antonio Fontenla, presidente de la patronal coruñesa
Los empresarios, que aún asimilan el cerrojazo del Gobierno, denuncian imprecisión y un clima de dudas por el apagón económico e industrial
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Se podría decir que aún en estado de shock, asimilando el nuevo cerrojazo del Gobierno central, los representantes del empresariado gallego se reunieron ayer con el conselleiro de Economía. Francisco Conde les trasladó las medidas adoptadas por la Xunta y les informó de que había solicitado a la ministra de Industria, Reyes Maroto, que aclare qué actividades industriales pueden seguir operativas. En una palabra: «concreción». Antonio Fontenla, como presidente de la Confederación de Empresarios de La Coruña, participó en la reunión.
¿Cómo están los ánimos entre el empresariado?
Los ánimos están, en cierto modo, encendidos. Los ánimos se encendieron el fin de semana. Después de que el presidente del Gobierno, en una breve intervención, nos hable de que va a haber unos cambios y que se va a endurecer mucho más el confinamiento, resulta que se hacen cuatro borradores con lo que era imprescindible, los que tenían que trabajar sí o sí, lo que se podía parar. Cada borrador era distinto. A las doce menos cuarto sacan por fin el decreto. Los empresarios pedimos que se aplazara por lo menos un día, para poder poner en estado de paralización las instalaciones industriales y las obras de construcción. Que no se parara de forma automática. Recoger la maquinaria, todos estos temas que te tienes que adaptar cuando paras 15 días, como mínimo, unas actuaciones industriales y de construcción. Como ya estábamos a esa hora, se tuvo a bien darnos el lunes.
El lunes todavía seguían los vaivenes.
La Confederación, por ejemplo, que es un tema concreto, en los primeros borradores aparecía conjuntamente con los sindicatos que teníamos que estar al servicio de la gente. En el decreto no aparecemos. Y luego volvemos a aparecer [el lunes] por la tarde. A mí la gente me preguntaba: «Estamos o no estamos». «Mirad el decreto, lo que vale es el último decreto». Pero como se cambió después, estamos en una imprecisión que no es normal para un tema tan serio como es suspender una parte importantísima de la industria y todo el sector de la construcción. Se tiene que hacer con más programación y con un poco más de seriedad y rigor. Lo que vale hoy dentro de 10 horas es distinto. Algo que sabemos que posiblemente tengamos que llegar, como llegó Italia, que no tengan preparado el decreto por si las circunstancias exigen... Igual que en este momento, si la gravedad persiste, habría que tomar otras medidas, pero habrá que empezar a programarlas una semana antes.
Esto se abordó en la reunión con el conselleiro.
Se habló de la incertidumbre, de la inseguridad jurídica, que es que todo se cambió en el domingo. Había sectores que se paraban, por ejemplo Alcoa, que no puede parar porque tiene unas cubas que no se pueden parar, porque después eso queda ahí solidificado. Y sobre todo que no se puede hacer una parada abrupta, tan a toque de trompeta. Estuvimos hablando que lo que necesita España. Esto lo dijo también el presidente de la CEOE: lo que deberíamos hacer es tener todo preparado para, cuando toquemos fondo, salir inmunes. Si no, nos pasa lo que nos pasó en 2008, que estuvimos mucho tiempo paralizados.
¿Reciben alguna asistencia de la Delegación del Gobierno?
Lo que hay constancia es que nosotros, duda que tenemos, llamamos a la Delegación. Nos lo suele contestar en un plazo razonable de tiempo. Pero son preguntas como: «¿Este sector está considerado como que puede trabajar o no?». Hoy me llamaba un empresario que tenía un barco en el Puerto Exterior, que tenía que cargar un material. Ese material no era estratégico, pero la actividad del puerto sí es estratégica. La Guardia Civil llegó y dijo: «Este material no, porque no es estratégico». «Oiga, pero el transporte sí, tengo el barco aquí, tiene que salir». Hubo sus más y sus menos, al final salió el barco. Se hizo una pregunta a la Delegación del Gobierno y al final salió el barco. Cuando empezó este tema preguntamos si hacia falta un salvoconducto para la gente que salía a trabajar. Se nos dijo que no hacía falta. Ahora resulta que sí, que hace falta un salvoconducto, un permiso. Se dicen y se contradicen entre la Delegación del Gobierno y Madrid.
El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, lamentó que en Asturias la Delegación del Gobierno hubiera detallado las actividades permitidas, pero no ocurriera lo mismo en Galicia.
Lo que decía Feijóo es bastante grave, porque los criterios que se están aplicando en Asturias son distintos que la aplicación de la normativa en Galicia. Eso sí que sería un tema muy grave porque sería un problema de agravio comparativo. No entendemos cómo teniendo una ministra gallega [por Nadia Calviño, vicepresidenta económica] puede discriminar a Galicia.
Persiste la incertidumbre.
Estamos llenos de incertidumbre y dudas porque esto cambia continuamente. Nosotros, como empresarios, estamos acostumbrados a tener una normativa, saber lo que puedes hacer y lo que no puedes hacer. De repente esto te lo cambian de la noche a la mañana. Lo que le conté de la Confederación. El domingo a las 6 se permitía el trabajo de asesoramiento a la gente, a las 12 de la noche no y a las 6 de la tarde del día siguiente vuelve a ser. Esto a nosotros, que somos una Confederación empresarial. Imagínese una empresa de 250 trabajadores que le dicen que sí, luego que no y al final que sí. Menos mal que al final fue beneficioso, pero puede ser perjudicial.
Que el Gobierno no les escuchara aumenta su malestar.
Lo peor de todo esto es que este decreto lo lógico y normal es llevarlo al diálogo social, donde estamos los sindicatos y los empresarios. Este decreto lo que dice es que los trabajadores de los sectores que no pueden trabajar tenemos que pagar los empresarios los jornales y la Seguridad Social. Que negociaremos con los trabajadores a ver cómo lo podemos compensar. En un momento que estás en crisis, que te hagan pagar 15 días de salario, después de habernos subido el salario mínimo interprofesional, y esa gente vaya a estar 15 días sin producir, no parece muy lógico. Lo que debería marcar es: eso se compensa con vacaciones o con una hora extra durante el tiempo necesario. Se dice solamente: será a negociar entre los trabajadores y la empresa. ¿Qué estamos buscando, un conflicto? Parece ser que hay un doble rasero.
Desde su experiencia y posición, ¿cuál es su percepción, su sensación de por qué el Gobierno actúa de esta forma?
Mi sensación en este momento es que lo que se está es improvisando, no hay una planificación a medio plazo. Estamos en una guerra contra el coronavirus y deberíamos tener una estrategia, sobre todo yendo detrás de Italia, que ya ha tenido una serie de procesos. Deberíamos tener programado qué pasa y qué puede pasar si dentro de una semana no bajan los casos. Deberíamos tener una planificación de cuáles pueden ser los acontecimientos y cómo se desarrollan.