Entrevista

El conselleiro de Sanidade: «El Ministerio tiene la llave para formar especialistas, pero no lo está haciendo»

Mientras los internistas alzan la voz por la sobrecarga de trabajo, Julio García Comesaña recuerda que el objetivo es «preservar» la atención a todos los ciudadanos

Comesaña, con su equipo, en su despacho de San Caetano Miguel Muñiz

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Julio García Comesaña (Vigo, 1968) tomó la riendas del Sergas en el peor momento de la pandemia, cuando la luz al final del túnel ni siquiera se atisbaba y los fallecidos se contaban por días. Dio el salto desde la gerencia del Área de Gestión Integrada de Vigo, después de ocupar varios puestos de dirección dentro del organigrama sanitario. Especializado en Radiofísica, la cautela es una de sus señales de identidad y de su gestión al frente de la Consellería de Sanidade, que heredó de manos de Jesús Vázquez Almuíña.

Hace un año aún estábamos hablando de restricciones por concellos, limitación de aforos, brotes, cribados, y los contagios se medían por olas. Hoy hay unas 26 personas en UCI, la tasa de positividad roza el 30%, pero muchos expertos hablan ya de un escenario postpandemia. ¿Usted es optimista o sigue pecando de prudente?

Yo creo que para un conselleiro de sanidad pecar de prudente es algo recomendable. A nivel hospitalario, que es lo que más medimos, estamos en una situación estable desde enero. Entorno a los 20-30 pacientes en UCI, y en el rango de los 500 ingresados. Son muchos, aunque es cierto que algunos están ingresados «por» Covid, pero la mayoría están hospitalizados «con» Covid. A nivel hospitalario el impacto no es menor, con momentos de 600 ingresos, lo que tensiona los hospitales.

El porcentaje de no vacunados en UCI en Galicia llegó a ser muy alto, ¿cuál es el dato actualizado?

Sí, llegó a ser un dato alto, un 70 por ciento en el Cunqueiro por ejemplo, pero ahora mismo es el 5 por ciento, lo que equivale a un solo paciente.

¿Nos tendremos que volver a vacunar en otoño?

Yo creo que sí, los mayores de 80 sin duda, el resto de población hay dudas. Respetaremos lo que diga la Ponencia de Vacunas, que se está pronunciando más hacia una vacuna con la variante original y la ómicron. Iremos hacia un antídoto más abierto hacia las dos variantes predominantes.

¿Cómo resumiría la fotografía actual?

La situación es estable basada en dos patas: el alto grado de vacunación y las características de la variante. Si alguna de estas dos cosas se alteran, si perdemos la protección por la vacuna o aparece una variante con un comportamiento diferente, correremos otro riesgo. Lo bueno es que esta cepa es muy contagiosa, pero poco letal, pese al porcentaje de positividad. Es un equilibrio estable, pero estamos inquietos por poner la cuarta dosis.

Los vacunódromos se convirtieron en uno de los símbolos de lucha contra el Covid. ¿Habrá que reabrirlos de cara a la nueva campaña?

Si la población diana son mayores de 80 repetiremos con los centros de salud, porque ha funcionado bien. Pero desde luego que los puntos de vacunación masiva fueron un éxito y están ahí para desempolvarlos en caso de que fuera necesario.

La factura del Covid no ha sido menor para Galicia. 1.500 millones más de desembolso, 3.000 nuevos profesionales para hacer frente a las necesidades de la pandemia y listas de espera engrosadas. La oposición habla de colapso, ¿estamos ante una situación nunca vista?

Efectivamente es una situación distinta a otra porque con estos motivos nunca se habían dado, pero después de las Navidades sí estábamos acostumbrados a problemas fruto del virus de la gripe y la demanda en los hospitales, que crecía y obligaba a suspender operaciones. Es cierto que esos 600 pacientes están ocupando camas y plantas, y lo que es más acuciante es la falta de especialistas, sobre todo en la Primaria.

Sin salir de los centros hospitalarios, el incendio con los internistas no es menor...

Sí, vaya por delante nuestro reconocimiento a internistas , neumólogos, microbiólogos y preventivistas, que han jugado un papel fundamental en pandemia. Y si decimos que en Galicia se ha gestionado bien ha sido por los internistas, el servicio más importante para el paciente ingresado. Por eso se han intentado reforzar. Cuando empezó la pandemia contratamos un mes antes de que acabasen su formación a los residentes, y se han quedado todo el tiempo necesario. Hemos reforzado las guardias de Medicina Interna para tener gente disponible y se ha hecho todo el esfuerzo posible. Pero, igual que en el caso de las urgencias, han tenido un sobresfuerzo que se les ha reconocido en público y en privado.

La fricción está en la cláusula por la que estos especialistas deben moverse a otros hospitales comarcales...

La situación es particular porque la Medicina Interna es muy importante en los centros comarcales, donde no hay otras especialidades. Nuestra idea es preservar la atención en estos hospitales donde la población tiene todo el derecho del mundo a recibir la mejor atención posible. En el caso de Orense, ante una negativa de personas que quieran ir a trabajar al Barco de Valdeorras pese a que ofrecemos contratos de larga duración, no conseguimos gente que se quiera ir allí. Por eso los internistas del hospital de Orense están yendo a cubrir las guardias del Barco. Y esto es un inconveniente para ellos. Fruto de esta situación hemos puesto encima de la mesa soluciones para garantizar la cobertura de estos hospitales y a algún servicio de Medicina Interna le está costando asumirlo. Lo que les estamos diciendo es que hay que echar una mano en los comarcales y es lo que genera esta situación que hay que discutir para buscar las mejores alternativas.

Abramos el melón MIR, Galicia oferta 64 plazas más, un aumento del 45% respecto a la última convocatoria, poniendo el acento en la Primaria. El déficit es alarmante.

Hay muchos factores a los que podríamos dedicar horas, pero hay un factor determinante que es que no se puede contratar a nadie que no tenga la especialidad y quien determina, autoriza y saca las plazas al MIR es el Ministerio. Y yo tengo que decir que no están haciendo nada, sobre todo con la medicina de familia. Y me explico. En 2018 el consejo interterritorial llegó a un acuerdo para reformar la normativa del año 95, cuando la situación de los médicos de familia era otra. Es un modelo muy rígido que impide aumentar el número de especialistas, por lo que en el años 2018 se intentó reformar, pero desde que el Gobierno socialista llegó a Moncloa no se ha hecho nada. Ni un incremento de plazas en cuatro años por parte del Ministerio. Galicia hizo una propuesta pública de 30 medidas en octubre, como que los puedan formar médicos más allá de los 62 años (ahora no pueden). Ha pasado más de un año y no sabemos nada. Con los criterios antiguos pedimos colaboración a la unidades docentes solicitando 64 plazas más. Hemos pedido que se sacasen ya en esta convocatoria, pero el Ministerio se ha negado. El mayor problema es la falta de especialistas, pero esa llave la tiene el Ministerio, que no hace nada para formar a más especialistas, ni para adecuarse a la realidad. Lo único que ha hecho es cambiar el sistema de elección de plazas, y eso ha dejado doscientas vacantes en Primaria.

Galicia tiene encima la amenaza de que en los próximos años se jubilarán un 30% de los médicos de cabecera...

Sí, igual que en otras comunidades. No somos un caso único. Galicia incorporó muchos médicos familia en unos años concretos y ahora la situación es la misma.

¿Tienen razón los MIR que se quejan de la precariedad, sobre todo en los primeros años, y por eso se van a la privada? Conoce esta queja...

Nosotros hacemos un análisis de los residentes de familia que hemos formado en los últimos diez años y el 90 por ciento está trabajando en el Sergas. El problema es que como no hay especialidad de urgencias, un 50 por ciento de ellos el año pasado en Galicia optaron por irse a urgencias. Entonces tú estas formando a especialistas para AP, la única especialidad con la que puedes contratar, pero se van a urgencias porque el Ministerio no quiere crear esa especialidad, que es otra de las peticiones que tenemos. Pero el Gobierno central ni está ni se le espera.

No hay médicos y en los concellos de costa tiran de ingenio de cara al verano. ¿Qué les parece el intento de captarlos a través de viviendas gratuitas como en Sanxenxo? La oposición habla de mercadeo y critica que esto solo sobrecarga a los ayuntamientos.

Antes de esta medida destacaría que Galicia ofreció a los 106 MIR que acaban este año una plaza en propiedad. Si el problema era la precariedad, y les estamos ofreciendo un sueldo medio de 65.000 euros al año, no habría problema. El plazo acabó el martes, aún no tenemos cifras, pero es un ejercicio claro y de apuesta por la medicina comunitaria. A nosotros nos parece bien que un ayuntamiento quiera hacer atractivo el destino para médicos de fuera de Galicia, lo están haciendo otras comunidades, y Verín ya lo hizo cuando el conflicto del paritorio. No nos vamos a oponer.

Con los MIR piden que se elimine la nota de corte y también fomentar la contratación de extracomunitarios.

Sí, es por las 218 plazas que han quedado vacantes por el sistema de elección que ha puesto el Ministerio. En Galicia quedaron solo 9 vacantes, muchas menos que en otras comunidades. El problema es el método de elección porque antes se iba en formato presencial a la elección y se venían las plazas disponibles. El sistema de ahora es digital y no funciona bien porque antes de ver las que quedan disponibles tienes que hacer una preselección y eso no permite ver los huecos que quedan en tiempo real. Los sindicatos, los colegios, avisaron de que este modelo corría el riesgo de dejar plazas vacantes y ha pasado. Galicia gasta 61 millones de euros de su presupuesto en formar a los MIR y lo que queremos es que se cubran todas las plazas. Una alternativa es aumentar el cupo de extracomunitarios, si funciona, estupendo, pero que se cubran las 9 plazas y no tengan que irse por problemas de extranjería. Otra opción es que este examen no es de medicina, solo ordena el criterio de elección, lo hacen graduados en Medicina, pedimos que dejen que los siguientes cubran las plazas. No queremos perder a esos 9.

Por el momento se han puesto como objetivo dar cita el 90% para las consultas de Primaria en menos de 4 días. ¿Qué solución tienen los centros de salud más allá de cubrir médicos?

En pandemia los descargamos con los puntos de vacunación masiva y el covid auto. Es en la sexta ola que genera mucho tema administrativo, la que en enero los salpica más. Reforzamos con 75 médicos jubilados, modificamos herramientas para altas y bajas, creamos el autorregistro. También apostamos por la consulta telefónica. En Galicia no tenemos un problema de falta de médicos por carga de pacientes, pero sí hay dos problemas concretos: como no hay sustitutos, cuando se jubila o está de baja no hay médicos. Las vacaciones de los 2.000 médicos de primaria no se sustituyen porque la carga de trabajo baja en verano y se van un 33 por ciento en cada periodo de vacaciones. Pero si uno se va de vacaciones y otro se pone de baja, hay un problema. Otro problema es la sobredemanda, gente que va sin cita y aumenta las citas del día. Son citas que se fuerzan.

Y de ahí el XIDE. ¿Cómo está funcionando?

Es una herramienta que permite ordenar la sobredemanda, esa cita no programada. Un grupo de 50 profesionales definieron los 500 motivos de consulta más habituales, lo que organiza si puede esperar y si tiene que ser presencial. Por ejemplo, un dolor de cabeza se ve presencial en el día, pero un informe para el colegio es una cita demorable y la puede hacer el administrativo. Si el paciente insiste, espera y lo ve el médico, esto no fuerza a nada. Hemos descubierto que hay muchas consultas de sobredemanda que no precisan que un médico los vea, nuestra idea es descargar al medico de cabecera de esas consultas donde su presencia no aporta valor. La mayoría de la sobredemanda es para consultar analíticas.

Asumió el mando de la consellería a los pocos meses de la irrupción de la pandemia. Vivió un terremoto sanitario y ahora uno político. ¿Qué tal con su nuevo jefe?

La verdad es que bien, no hay críticas porque es una persona a la que conocíamos bien porque en pandemia hemos tenido mucha relación con él y con los sectores que dependían de la hostelería y del ocio nocturno y la verdad es que la relación siempre fue muy buena.

Galicia será la primera comunidad en contar con un centro de público de protonterapia, fundamental en el tratamiento del cáncer infantil. ¿Qué plazos se manejan?

Sí, nosotros ya teníamos un proyecto de protonterapia que se aceleró con la colaboración y la compra de la maquinaria por parte de la Fundación Amancio Ortega. Ahora ya tenemos el anteproyecto, la ubicación [en la parcela del Gil Casares del Hospital de Santiago], y esperamos ser el primero de los diez centros públicos que se crearán en España.

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