Juicio por filicidio en Santiago
Confiesa que mató a su bebé para «salvar al universo» de su maldad
El padre de la niña, de 6 meses, se acogió a su derecho a no declarar en contra de su pareja
La madre acusada de acabar con la vida de su bebé en un hotel de Santiago el pasado agosto se sentó ayer en el banquillo de los acusados para dar cuenta, ante un jurado popular, de los presuntos impulsos que la llevaron a asfixiar a su pequeña y cubrir su cadáver con una toalla y unas piedras . Miembro de una secta denominada Instituto Gnóstico, la autora confesa del crimen explicó que se trasladó a la capital gallega junto a su marido desde Alemania para participar en un congreso del grupo y que durante ese viaje descubrió que su hija de seis meses «era el mal» .
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Ante el tribunal ciudadano que deberá decidir si Marisol S.M. debe ser ingresada en un centro psiquiátrico penitenciario durante 25 años —tal y como pide el Ministerio Fiscal— la acusada desgranó con detalle los días previos al crimen. Explicó que un niño metió un dedo en el ojo a su hija de seis meses y que ese hecho le descubrió la maldad de su bebé. Fue entonces cuando decidió presionarle la zona cervical mientras ésta dormía para poner fin a su vida y, según testificó, «salvar así al universo» . En opinión de la fiscal encargada del caso, la madre, diagnosticada de esquizofrenia paranoide , actuó «afectada por un brote agudo de su enfermedad» por lo que contempla la eximente de trastorno mental en su petición. Por su parte, la defensa pide la libre absolución y unas medidas de seguridad que la abogada aún no ha desvelado.
«Actuó como un robot»
La acusada aseguró durante su relato ante el tribunal que recibe órdenes «que le llegan de forma telepática» y que l a relación con su marido no pasaba por un buen momento por los celos que ella sentía de su anterior pareja y porque no estaba segura de que él fuese el progenitor del bebé. De ahí que incluso llegase a hacer la maleta en dos ocasiones para irse de la ciudad. Sobre el comportamiento del matrimonio, una pareja que los acompañaba en el congreso reconoció ayer que ella se mostró «callada y triste». También explicaron que tras descubrir el cadáver del bebé trataron de hacerle la reanimación cardiopulmonar ante la pasividad de su madre, que permaneció sentada sobre la cama de la habitación. «Cuando nos acercamos para decirle que la niña quizás volviera a respirar y tranquilizarla, ella se levantó y le puso la mano en el cuello, como si fuese un robot », narraron estos testigos.
Ya en el turno de tarde, el padre del bebé fallecido se acogió a su derecho a no declarar en contra de su mujer, que no seguía ningún tratamiento médico . El juicio continuará hoy en Santiago con el testimonio de los agentes que participaron en el caso y la presentación de las pruebas periciales.