Alberto Varela - CRÓNICAS ATLÁNTICAS
¿Cómo hemos llegado hasta aquí?
El camino que proponen Podemos y las Mareas lo conocemos ya
Ojalá fuese tan sencillo como escoger candidato, pero el dilema de la izquierda moderada va mucho más allá, porque aunque no lo quieran ver se están jugando la su-
pervivencia. En condiciones normales, al día siguiente a unas primarias el ganador toma aspirinas para la resaca y el perdedor llora hasta que se le pase, pero acepta la derrota. No es tan fácil, sin embargo, cuando el problema es la falta de un referente ideológico.
El socialismo gallego, que abrazó la socialdemocracia en los 80, se ha encontrado ahora con competidores que ya no proponen una visión socialista del liberalismo, sino recuperar la utopía de la izquierda de principios del siglo XX, la misma que derivó en totalitarismo y que creíamos superada en el 89 con la caída del muro de Berlín. Ese radicalismo estaba latente, su masa madre la conservaban algunos grupos minoritarios y han aprovechado la frustración que dejó la crisis para colar en una parte de la sociedad su mensaje. Disfrazado, pero su mensaje.
El camino que proponen Podemos y las Mareas —que seduce a algunos en el PSdeG— lo conocemos ya. Buenas intenciones que acaban en la ruina y en el aislacionismo. La historia nos enseña que en cuanto tocan poder sus sindicatos y entidades afines pasan a ser «el pueblo» y en nombre de ellos vale todo. Quieren una sociedad en la que se corte la cabeza de todo aquel que sobresalga y una organización social que venden como más justa pero que acaba siendo cenicienta y desmotivadora. Casi tres décadas después de la caída del muro los países de la órbita soviética aún no se han quitado de encima el trauma que Conforme se estabilice la situación económica ese tipo de planteamientos deberían irse desinflando. Volverá el sentido común y todo quedará en una noche loca. Cuando se enciendan las luces de la discoteca y llegue el momento de volver al mundo real vendrán los lamentos de los que se dejaron arrastrar. ¿Cómo acabamos aquí? ¿Cuándo nos hemos juntado con esta gente? Avisados estaban, incluso por los suyos.