Ciudadanos se rompe en Galicia a tres meses de las autonómicas
Expedientes y bajas de militantes desangran a un partido cercado por sus escándalos
A tres meses de que se celebren las elecciones autonómicas en Galicia, Ciudadanos se encuentra en uno de los escenarios más complicados posibles para afrontarlas. La formación naranja no se ha conseguido reponer de su última crisis, provocada por la decisión de la dirección nacional de remover a su único diputado electo en diciembre en la Comunidad, el coruñés Antonio Rodríguez, para colocar como cabeza de lista en la provincia a un hombre afín al aparato, José Canedo, que fuera candidato a la Presidencia de la Xunta en 2012 por UPyD.
El hecho de haberse saltado las primarias provocó una rebelión interna en las agrupaciones locales más importantes de La Coruña, que vieron esta actuación como una «cacicada» y una falta de respeto a los principios del partido. «No podemos querer imponer a los demás partidos unas votaciones internas si nosotros no respetamos las nuestras» , repetían los miembros críticos.
El secretario de Organización, Fran Hervías, aseguró en una reunión en Santiago que no se tomarían medidas disciplinarias contra los militantes que se habían alzado contra la dirección. La campaña electoral sirvió de tregua pero, apenas unos días después del 26-J, las notificaciones de apertura de expedientes empezaron a llegar a los coordinadores que habían criticado el descabalgamiento de Rodríguez. Empezó así una «purga» que recordaba a las expulsiones masivas de militantes que se habían producido en el verano de 2015.
Un partido «absolutista»
Junto a los coordinadores locales críticos, empezaron a rescindir su militancia numerosos afiliados, en una sangría que el partido no ha sido capaz de frenar. Pero este fenómeno no solo ha afectado a las bases, y las bajas ya han llegado a la cúpula del partido. La última significativa ha sido la del máximo responsable provincial de Lugo, Juan Manuel Varela, que se marcha entre duras críticas a las ejecutivas gallega y estatal. Varela subraya en conversación con ABC que «muchos nos acercamos a Ciudadanos porque veíamos a un partido liberal, pero nos estamos dando cuenta de que realmente es un partido absolutista» . En el mismo sentido, repite punto por punto las deficiencias que muchos de sus excompañeros observaron en el funcionamiento interno de la formación naranja. «Ahora mismo en Galicia se funciona como la franquicia de la dirección central. Unos pocos tienen el poder y se dedican a laminar a todo el que se atreve a decir algo distinto», recalca.
Una de las personas que ostentan el mando orgánico en la Comunidad es la concejala en la ciudad de Pontevedra, María Rey, que en campaña saltó a la palestra por la información publicada por este diario sobre la falsificación de una tarjeta de discapacitados para poder aparcar. Sobre este hecho, Varela opina que «si a cualquier persona se le descubre algo así no puede estar en política ni un segundo más. En teoría este partido tenía unos principios y ella no creo que los represente».
Sin programa ni proyecto
Ciudadanos es, junto con las Mareas, el único de los grandes partidos que todavía no tiene candidato para la cita con las urnas del otoño . La versión oficial es que la maquinaria del partido está centrada en la redacción del programa electoral, un documento que estaba previsto que se presentase este fin de semana, pero que todavía no se encuentra terminado.
Algunos de los perfiles por los que se había apostado como cabeza de lista terminaron desertando también de las filas naranjas. Para los críticos, la raíz principal de los problemas es que "Ciudadanos no cuenta con proyecto para Galicia, y a los que hemos denunciado esto nos han expulsado".
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