Alberto Varela - Crónicas Atlánticas
La cigarra fumadora
Las encuestas son favorables a los mareantes, a pesar de que sus alcaldes van a escándalo por semana
El votante de izquierdas se debate estos días entre resistir con el PSdeG o el Bloque —ahora Nós Candidatura Galega— o dejarse seducir por Xosé Manuel Beiras, empeñado en acabar su vida política como delegado de Podemos en Galicia.
Las encuestas son favorables a los mareantes, a pesar de que sus alcaldes van a escándalo por semana y que gestionan sus respectivos ayuntamientos cada vez peor. Mientras las ciudades languidecen, ellos fuman en la bañera, y no lo digo en sentido metafórico:miren las fotografías del ferrolano Jorge Suárez repantingado en el aseo de la Alcaldía pitillo en mano junto a su concejal de Cultura. Como dos jóvenes burgueses tras una noche de fiesta. Y dirán que es lucha obrera.
A ellos que no les vengan con trabajo duro o con solucionar problemas, lo suyo es darle al cigarrillo en lugares prohibidos. Ahora bien, supongo que no se les ocurrirá multar a nadie que se salte una ordenanza en la ciudad departamental… «¿Por qué tengo que pagar esta multa —les dirán— si tú te olvidas de la ley antitabaco cuando quieres?».
Si echamos un vistazo por el mundo, los venezolanos por fin se han cansado del populismo de izquierdas, y en Grecia Syriza ha aprendido que el déficit hay que controlarlo. Aquí en Galicia, sin embargo, ganan enteros los que acaban de descubrir que no es lo mismo ser activista social, organizar manifestaciones y después ir a tomar los vinos que pasarse catorce horas al día en la casa consistorial para intentar que funcione el complicado engranaje municipal.
Las aguas bajan turbias entre el electorado de la izquierda y por ahora las encuestas son favorables a Podemos. Es una pena porque uno puede estar en desacuerdo con las propuestas de Nós Candidatura Galega o del PSdG, pero ambos han demostrado —con algunas excepciones— que no les asusta el trabajo. Corren malos tiempos para el sentido común y por ahora van ganando las cigarras, pero no se preocupen, que llegará el invierno y pondrá a cada uno en su sitio. Se acabará lo de fumar en la bañera mientras otros trabajan.