Juan Soto - EL GARABATO DEL TORREÓN

Centenario de Rodríguez López

En este médico y escritor se puede resumir el paradigma del lucense comprometido

Damos por descontado que el Concello de Lugo no ha dejar pasar en blanco la fecha del próximo 24 de este mes de marzo, día en que se cumple el centenario de la muerte de Jesús Rodríguez López, médico y escritor de mucho renombre en su tiempo y cuyo recuerdo se mantiene todavía muy vivo, gracias a los avatares y reediciones de «Supersticiones de Galicia», el libro que le deparó popularidad y contrariedades a partes iguales. De la desaparecida imprenta Celta salió una tirada particularmente interesante, prologada por García Sabell y epilogada por Otero Pedrayo.

Con oportunidad ciertamente elogiable, el Concello lucense se adelantó al alboroque del centenario con la publicación de una parte sustancial del epistolario del escritor, en una edición rigurosamente preparada por Manuel Calvo López.

Con Rodríguez López sucede lo que con otras personalidades encubiertas por la anécdota. La polémica de las «Supersticiones» y los rifirrafes con el obispo Murúa, difuminaron el auténtico perfil del autor como protagonista de la vida cultural, social y política de su ciudad. Afiliado al Partido Liberal y católico practicante (tuvo a don Avelino González, el bondadoso párroco de San Pedro, entre sus amigos más queridos), concejal y directivo del Círculo de las Artes, presidente del Orfeón Gallego y de la Juventud Antoniana, cervantista impenitente y miembro fundador de la Academia Gallega, en Rodríguez López se puede resumir el paradigma del lucense comprometido con toda iniciativa que beneficie a su ciudad. En Gambetta (hay un retrato de Corredoyra donde se aprecia un cierto parecido entre el médico lucense y aquel masonazo y republicanote que fue Léon Gambetta) encajaría como un guante una paráfrasis de la famosa expresión de Terencio: era lucense y, en consecuencia, nada lucense le fue ajeno.

No sé si en la disparatada tómbola del callejero moderno le tocó algo al doctor Rodríguez López. Supongamos que sí. De lo que estamos ciertos es de que sus papeles fueron entregados por sus herederos a la RAG, con la promesa de dedicarle un Día das Letras Galegas. De esto hace ya diez o doce años mal barajados. Y si te he visto, no me acuerdo.

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