Galicia
Castigan a un entrenador por defender a su portero, de 14 años, al que un padre llamó «gordo»
El árbitro asegura que le agarró y zarandeó, extremo que niega el preparador del cadete B del Arosa, sancionado con 6 partidos
El fútbol vuelve a mostrar su peor cara : el de las actitudes reprobables de adultos en competiciones de menores de edad . Sucedió recientemente en un encuentro de cadetes entre el A Seca y el Arosa B, en el campo de A Xunqueira (Pontevedra), donde, según relata Faro de Vigo, uno de los chicos, de 14 años, fue insultado desde la grada, el entrenador se dirigió al árbitro para instarle a actuar en consecuencia y ahora, para estupor propio y de su club, ha sido sancionado con seis partidos.
Según dicho medio, en el transcurso del encuentro el portero del cadete B del Arosa dio un empujón a un rival tras una entrada a un compañero. Un lance del juego que no habría ido a mayores, de no ser porque se escuchó cómo desde la grada uno de los padres gritaba «gordo» al guardameta . David Míguez, su entrenador, entró de inmediato al campo para interesarse por el jugador que sufrió la entrada y posteriormente se dirigió al colegiado. Le reclamó que hiciera constar en el acta lo sucedido, que al parecer generó un trifulca verbal entre las dos aficiones .
El árbitro mantuvo que no había escuchado el supuesto insulto ; el entrenador defiende que se escuchó en todo el campo. En cualquier caso , éste fue expulsado : primera amarilla por entrar sin permiso al campo, a atender al chico lastimado, y segunda por reclamarle al trencilla que consignara el insulto. Roja. Hasta ahí, nada fuera de lo normal.
La sorpresa ha llegado al conocerse la sanción definitiva: seis partidos . Uno por la tarjeta roja, que asume Míguez; otros cuatro por «agarrar, empujar o zarandear» al colegiado, extremo que niega, así como los padres de los jugadores; y un sexto porque, supuestamente, habría seguido dando instrucciones a sus pupilos una vez expulsado, lo que también rebate, argumentando que se marchó a la grada.
Retirar a los chicos
Desde el club se carga contra el alcance de la sanción, que se espera que se rebaje, pero más lejos aún van los padres, según Faro: aseguran que, si se mantiene el castigo, la próxima vez que uno de sus hijos reciba un insulto adoptarán la decisión de retirar a los chavales del campo y dejar el partido.
Un ejemplo de cómo pueden colisionar la aplicación rigurosa de las normas, en este caso arbitrales, con lo que debería ser una lección de respeto en edades formativas.
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