José Luis Jiménez - Pazguato y Fino
Capullitos de rosa
En general, la politización de la juventud es uno de los grandes cánceres de nuestra sociedad
Los cachorros de los partidos políticos han quedado tristemente reducidos a una versión pandillera y cutre de sus mayores. Gritan las extravagancias que los dirigentes de sus partidos no tienen los arrestos de decir por miedo a que la opinión pública los vapulee, y si llaman demasiado la atención con sus barbaridades, siempre se les puede pasar la mano por el lomo y justificarles porque «hay que entenderles la rebeldía, son jóvenes». En general, la politización de la juventud es uno de los grandes cánceres de nuestra sociedad. Porque no se fomenta una ideología, sino que se inocula el sectarismo partidista. No se defienden principios, sino siglas. Y al final acaban convirtiéndose en mano de obra barata de los partidos políticos para las campañas electorales a cambio de la sonrisa y el aplauso —o el pago de una comilona con copas, que todo vale— del líder de turno.
Algunos tienen suerte, y si cumplen con el debido meritoriaje, se les propone para un carguito o un puesto de salida en una lista electoral. Es lógico, deben servir de ejemplo para los que conforman la tropa. Es como una estafa piramidal, en la que el que trepa más alto logra jugar en la liga de los adultos.
Uno de esos con ansia de dedicarse a esto de la política debe de ser Aitor Bouza, la cabeza visible —¿la única?— de las Juventudes Socialistas de Galicia. La última de los capullitos de rosa galaicos es denunciar las «cagadas de Feijóo» y su «mala gestión», para lo que desempolvan las fotos en sepia con Marcial Dorado, tomadas quince años antes de que el actual presidente de la Xunta accediera al poder. ¿Pero qué más da una cosa y la otra? ¿Qué sentido tiene pedir coherencia a estos jóvenes si lo suyo es la provocación, a poder ser con tónica y hielo del bueno? Bien mirado, ¿no será que esta oposición gamberra es la que le gustaría hacer al PSdeG pero no se atreve por simple pudor?
La retahíla de clichés y frases de argumentario de Bouza las ahorro, porque son las habituales del mostrador de político de oposición. Ya saben, todo va fatal, los servicios públicos están al borde de la privatización, las libertades bajo mínimos, Feijóo y los suyos robando a manos llenas... Ni una idea propia, ni una frase sin copiar. Amaestre una mascota para que atraviese un aro dando saltitos y tendrá un espectáculo similar.
La honda preocupación de Bouza y la chavalada socialista por la corrupción y sus efectos podría llevarles también a reflexionar acerca de la imputación del secretario general del PSdeG, un José Ramón Gómez Besteiro que no es capaz de escapar de las rabiosas fauces de la juez De Lara. Pero exigirle esa independencia de criterio a Bouza es similar a pedirle a la mascota que resuelva una ecuación de segundo grado: un imposible. Porque si es honesto y dice lo que piensa, su meritoriaje se queda sin premio. Y si ni siquiera piensa lo que el común de los socialistas gallegos —que su líder está amortizado, a su pesar— sería recomendable que abandonara las Juventudes y se afiliara a la protectora de animales.