Tribunales

«Cállate o te mato»: el instalador de fibra óptica que ocultaba a un depredador sexual

Se valía de su conocimiento de los edificios donde había trabajado para atacar: agredió a una mujer y lo intentó con otras dos

Imagen de archivo de una sala preparada para un juicio EFE

ABC

El instalador de fibra óptica resultó ser un depredador sexual que atacaba a sus víctimas valiéndose de sus conocimientos de los edificios donde había trabajado en la ciudad de Lugo. Así sabía el mejor lugar para ocultarse y, posteriormente, tratar de abusar de quienes caían en sus redes. Agredió sexualmente a una vecina y lo intentó con otras dos, a una de las cuales llegó a forzar, antes de ser cazado. Ahora va a juicio en la Audiencia Provincial de Lugo. La Fiscalía reclama 11 años de cárcel.

El acusado, en prisión provisional desde julio de 2018, y siempre según el escrito de acusación del Ministerio Público, actuó por primera vez el 30 de septiembre de 2016. Al filo de las 5 de la madrugada, abordó a su primera víctima cuando se disponía a entrar en el ascensor de su inmueble. Él estaba escondido en el portal, el rostro oculto hasta parte de la nariz. Sabía cómo y por dónde moverse porque había instalado la fibra óptica meses atrás .

Se colocó tras la víctima, detalla la Fiscalía, «y para introducirle por la fuerza en el ascensor, le sujetó por el cuello, y le tapó la boca para que no gritara, consiguiendo levantarle del suelo en el aire, e introducirle así en el ascensor, al tiempo que tocaba todos los botones para que el ascensor subiera y bajara y ella no pudiera huir». La mujer se resistió. Para aplacarla, le amenazó: «Cállate o te mato» . No solo conocía la distribución del portal y el ascensor; también cómo se accedía al garaje. Por eso pudo introducir la numeración secreta en el ascensor, tras arrebatar las llaves a la víctima, para acceder a la planta -1.

Una vez en el garaje, «con ánimo libidinoso, se dirigió al cuarto de contadores y la introdujo en el habitáculo, cerrando la puerta. Al tiempo, le apretaba el cuello fuertemente, llegando la víctima a perder casi el sentido y casi a desmayarse. El procesado le dijo “si me la chupas te dejo que te vayas”, tras lo cual le obligó a practicarle una felación introduciendo el pene en la boca de su víctima, diciéndole “chúpamela”, y manteniéndolo varios minutos. Acto seguido se masturbó contra la pared en presencia de ella, y una vez finalizó, le lanzó sus llaves y se marchó del lugar».

Es el duro relato que hace la Fiscalía del primer caso, que causó diversas lesiones a la mujer pero no secuelas ni físicas ni psicológicas.

Nuevos ataques

Semanas después, en otro inmueble, el segundo ataque. 23 de octubre, también en torno a las 5 de la madrugada. Esta vez el acusado, según el escrito de acusación, se esconde un trasterio comunitario adyacente al ascensor. Estaba vez no solo cubría su rostro sino que llevaba « parte del pene sobresaliendo del pantalón en estado semi-erecto , lo cual puso en alerta a la víctima».

La mujer actúa rápido. Toma las escaleras. El hombre la persigue y aborda en el rellano previo al primer piso, donde sujeta su cabeza por detrás e intenta tapar la boca con un antebrazo. Ella, sin embargo, forcejea y grita par alertar a su marido y esto lleva a su atacante a emprender la fuga. El saldo, pequeñas lesiones sin secuelas.

El acusado intentaría todavía una tercera agresión sexual en esa misma época, ocultándose en este caso tras una columna. Una actitud que le delató cuando su potencial víctima lo descubrió y optó por fingir una conversación telefónica . Las tres mujeres han sido declaradas como testigos protegidos.

El juicio tendrá lugar entre el lunes y el martes de la próxima semana (9 y 10 de marzo).

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