Cultura

Uno de cada tres niños nunca ha ido al cine, mucho menos a ver películas en gallego

Un estudio muestra cómo el consumo cultural de los padres afecta a los menores

Imagen de archivo de una sala de cine RAUL DOBLADO

Ántar Vidal

No hace falta hacer una profunda investigación para llegar a la conclusión de que en las carteleras de los cines de la Comunidad es difícil encontrar títulos en gallego. Aún más si las películas no han sido producidas en este idioma: apenas hay subtitulado ni doblado al gallego de películas en otras lenguas. Considerando esto, no es sorprendente que nueve de cada diez niños menores de 16 años nunca hayan acudido a las salas a ver una obra en gallego. Estos datos los publica en el informe ‘Oferta, demanda y prácticas culturales en los menores de 16 años’ el Consello da Cultura Galega, y precisamente la cultura gallega no sale bien parada de este balance.

No obstante, sin limitarse a las películas en gallego, los datos tampoco son positivos, pues casi uno de cada tres niños nunca han pisado una salda de cine. Y con frecuencia se culpa a las plataformas de ‘streaming’ por la baja afluencia a las salas, pero nada más lejos de la realidad: el estudio del CCG verifica que el consumo de cine en sala en niños aumenta cuando los entrevistados, mayores, están suscritos a alguna plataforma de contenido cultural, con una diferencia porcentual de casi 8 puntos con respecto a las personas que no disponen de ninguna suscripción.

De hecho, esta tendencia se cumple en el resto de ámbitos culturales, sean libros, música o espectáculos. La cultura llama a la cultura, y cuánto más consumen los padres, más consumirán los hijos:«La tendencia a consumir cultura entre los jóvenes aumenta si las personas con las que conviven con ellas también lo hacen», explica Rosario Álvarez, presidenta de la institución. Este efecto llamada es más evidente en la lectura: si los padres leen con frecuencia, el 76% de los niños también lo hará. En cambio, si los progenitores no lo hacen, menos de la mitad de los jóvenes cogerán libros con asiduidad. Lo mismo sucede con otras disciplinas, como espectáculos, museos y cine, y señalan desde el Consello da Cultura Galega que esto también incide positivamente en el consumo de otros productos audiovisuales. De la misma forma que el nivel cultural y de estudios de los familiares, también influye el equipamiento de los hogares. Tener televisiones, ordenadores, portátiles e incluso consolas hace que los niños sean más propensos a consumir productos culturales. En esta línea, podría parecer que estos datos van de la mano con el nivel de renta de los progenitores, pero según el estudio del Consello esta variable afecta menos de lo esperado al interés cultural de los menores.

La música en gallego

Escuchar música nunca fue tan sencillo como hoy en día: desde un móvil se puede acceder a un centenar de ‘apps’ y escuchar canciones en ‘streaming’ de cualquier artista del mundo, pero todavía hay niños —no muchos— que dicen no escuchar música. Un 5,2% no lo hace, pero la cifra se dispara a un 37,4% si se refiere a música en gallego, y la principal causa de esto, según los encuestados, es la falta de oferta. «La demanda en gallego aumenta», dice Álvarez, pero hacen falta más productos al servicio de la población para satisfacer sus necesidades, sobre todo en el cine y videojuegos. Y, además, habría que mejorar su calidad: sobre 10, los encuestados de este estudio valoran con un aprobado raspado la oferta en lengua gallega de productos destinados a menores de 16.

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