Luis Ojea - Cuaderno de viaje
La cabra siempre tira al monte
El problema de Pablo Iglesias y Yolanda Díaz es que Xosé Manuel Beiras es impredecible
Hacía falta ser muy ingenuo para pensar que era posible reunir en una misma plataforma a las tribus rupturistas que llevan toda la vida odiándose cordialmente y que la historia no acabara en un formidable caos. Mutatis mutandis es la misma tragedia que sufrió el BNG hasta que la UPG renunció a que aquello fuese un frente y se quedaron solos. La patología de fondo es la misma, demasiado ego hipertrofiado y mucha ambición desmedida.
La única diferencia es que la guerra civil que han iniciado ahora los clanes de la caverna no va de ideología. No es un debate sobre si las Mareas tienen un perfil más o menos nacionalista. Xosé Manuel Beiras sabía antes del 20D que no tendrían grupo propio en el Congreso y en aquel momento no solo tragó sino que sacó para la ocasión su traje de federalista. Si ahora no está dispuesto es porque lo que está en cuestión tiene una magnitud muy superior. Se están jugando quién podrá capitalizar el eventual éxito de la marca en las autonómicas. A Beiras le tienta volver a ser protagonista de un segundo sorpasso al PSOE y quizás poder incluso dormir en Monte Pío. Lo que no ha asumido todavía es que las otras tribus, incluso la suya, le han dado ya por amortizado y han empezado a repartirse la herencia.
El problema de Iglesias y Yolanda es que Xosé Manuel Beiras es impredecible. No le importó en su día romper el Bloque. Y si le cierran la puerta quizás tampoco ahora tenga mucho problema en apretar el botón de detonación de la Marea. Y sin él la potencia electoral de la coalición se vería significativamente mermada. Podemos e Izquierda Unida están repitiendo el mismo error de la U, menospreciar el valor que aún tiene el viejo pianista entre la clientela de este espacio político.
La asamblea de este fin de semana servirá para que las tribus empiecen a medir fuerzas. La batalla definitiva aún tardará semanas en llegar, pero las cartas están ya sobre la mesa. Beiras ha lanzado su órdago. De momento, sus socios mantienen la jugada porque creen que va de farol. Pero la cabra siempre tira al monte. Y a Xosé Manuel Beiras nunca le ha importado demasiado qué y a quién se lleva por delante para tratar de saciar su desmedido ego.