Caballero lamenta las presiones del Real Madrid para jugar en Balaídos

El alcalde de Vigo, Abel Caballero, tachó de «impropio» el comportamiento de «un club grande como el Real Madrid» tras la suspensión del partido contra el Celta a causa del desprendimiento de una parte de la cubierta del estadio de Balaídos. «Esperaba que lo asumiera cooperando, no metiendo presión», afirmó el regidor.

En la política local, solo un reparto de culpas por el retraso de la reforma del campo rompió el cierre de filas sobre el aplazamiento. El portavoz del gobierno local, Carlos López Font, acusó a la asociación ADEVigo, presidida por el exalcalde Carlos Príncipe de retrasar las obras con un recurso presentado en diciembre y que ayer inadmitió el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales (TARC).

A pesar de que el Concello recuerda que la paralización de los trabajos es «imputable al PP», su presidenta, Elena Muñoz, mostró su «apoyo total» a la decisión de Caballero. «Hay que poner la seguridad por encima de todo», recalcó , y negó que ADEVigo tenga vínculos con el partido. Los populares creen que Balaídos debe someterse a una «auditoría en profundidad» para evaluar su estado. «Que se tomen medidas cuanto antes para arreglar los problemas de los aficionados», demandó. A partir del martes, cuando remitan las precipitaciones, se decidirán las medidas a poner en marcha.

Precisamente los seguidores podrán empezar a reclamar el reembolso de la entrada del choque cancelado. Ajenos a la política, en el mundo deportivo, el director de LaLiga, Javier Tebas, declinó hacer valoraciones sobre la decisión de Caballero: «Lo de ayer (por el domingo) tiene solución y seguro que será banal» .

Riazor, otro de los estadios gallegos afectados , conserva su estructura. El alcalde herculino, Xulio Ferreiro, informó de que «en tres días» se arreglarán los desperfectos para que el Deportivo pueda jugar con normalidad el próximo partido en casa.