Entrevista a la candidata a la presidencia del PP de La Coruña
Beatriz Mato: «El PP puede hacer un proyecto de esperanza para La Coruña»
Contra la «inacción» de Ferreiro, la conselleira se mueve: ahora pide paso para llevar a su partido a María Pita
Beatriz Mato (Barakaldo, 1965) es una CTV, Coruñesa de Toda la Vida, y dos cosas más. Ostenta el cargo de conselleira, ahora en Medio Ambiente, y aspira a comandar el PP herculino. Al amparo de la Torre, responde a ABC:
—¿Puede ser el antídoto contra el populismo en La Coruña?
—Espero que no se focalice solo en mi persona. ¿Puede ser el partido el antídoto? Sí. Obviamente, el PP ha demostrado allí donde ha tenido responsabilidades de gobierno que no se basa en decisiones asamblearias y que no saca a la calle las demandas que puede resolver un gobierno. Ha demostrado que tiene proyecto, tiene rigor, eficiencia a la hora de gobernar y puede poner solución a los problemas.
—Dice que se está poniendo de moda, ¿el deber de recuperar la ciudad para el PP la llama?
—Muchas cosas han sido. La primera de todo y la que más ha pesado fue ver cómo está la ciudad. Soy coruñesa y no me gusta lo que veo en las calles, la inacción del gobierno, ver que mi ciudad es donde más crece el paro o que sectores que piden una licencia tardan más de un año y medio en tenerla. Llevo afiliada 23 años al PP de la ciudad y, junto con los años de gobierno al lado de Feijóo, hacen una buena combinación para integrar un equipo que dé soluciones. Es el momento de apoyar a los afiliados y sumarme con todo lo que creo que puedo aportar.
—En política uno no suele tirarse a la piscina a menos que no vea el agua dentro, ¿qué respaldo ve dentro de su partido?
—Me siento apreciada y valorada. Por mi manera de ser, creo que todo el mundo está para hacer equipo. Y, tengo muchos años de relación con cargos a nivel regional, provincial y local. Me he sentido confortable.
—Para cambiar La Coruña se necesita el bastón de mando. Entiendo que también aspira a eso.
—(Ríe) Será porque tengo un sentimiento de pertenencia a una familia que nunca entiende que alguien está por encima de otro. Yo a lo que aspiro es a que Coruña esté gobernada por el PP, por un equipo. La Coruña no se merece estar como está y el PP puede construir un proyecto de esperanza en muchos ámbitos.
—2018. ¿Año de su salida de la Xunta?
—Es una fecha que, efectivamente, está ahí porque está próxima a las elecciones. Parece lo prudente en el sentido de que, si cabe, habrá mayor dedicación exclusiva para pelear por convencer a los coruñeses. Pero no seré yo quien diga la fecha. Esto le corresponde a quien tiene la capacidad de decidirlo, que es el presidente de la Xunta.
—Núñez Feijóo pidió «proyectos ilusionantes» para ganar las ciudades, ¿cuál es el suyo?
—Sería demasiado prepotente si digo un proyecto porque entonces no lo construiría, estaría imponiéndolo. Si me preguntan sobre qué ejes lo pivotaría, tengo claro que La Coruña tiene que volver a ser un motor económico en Galicia. Tenemos que ayudar a los sectores empresariales y no poner palos en las ruedas, que es lo que está ocurriendo ahora. Hay que conseguir que la ciudad se convierta en un referente de la tecnología, no perdiendo el tren de las «smart city», que se puso en marcha con el PP. Y otro de los pilares en los que apostaría es en hacer una ciudad culturalmente atractiva. Es lamentable que hayamos perdido el tren de Picasso: tiene vida en esta ciudad.
—¿Se perdió una bala de plata con la moción de confianza para desalojar a Ferreiro de María Pita?
Moción de confianza: «Hubiera llamado a la puerta del PSdeG para ver cómo respiraban. Y solo se oía un hilito de respiración»
—El partido no, porque no tiene la responsabilidad. Desde luego, no la última. Hizo lo que tenía que hacer porque llamó a la puerta del PSdeG para saber si había un punto de acuerdo. Siempre van a encontrar al PP para hablar de temas que interesen a la ciudad, de cualquiera. Si yo soy presidenta del partido, capacidad de diálogo y encuentro podemos tener si estamos hablando de lo que interese realmente a los coruñeses, pero la responsabilidad es de aquellos que en su momento le regalaron la ciudad a las mareas-podemitas: y ése es el PSOE. Lo que ha conseguido es una inestabilidad porque tiró la piedra y escondió la mano.
—¿Usted, en el papel de Rosa Gallego, hubiese hecho lo mismo?
—Sí, hubiera llamado a la puerta del PSdeG, solo para ver cómo respiraban. Y se oía solo un hilito de respiración.
—¿Y cómo respiran?
—Es una pena, es lamentable que un partido que fue un referente en La Coruña durante muchísimos años se encuentre desbancado y sin fuerza interna. Lo más lamentable es que no tengan ni siquiera proyecto. Eso es lo que está provocando que mantengan la vela de las mareas.
—Por frases así dicen en el PSdeG que su relación empieza mal, ¿cómo le gustaría que fuera a usted?, ¿una cooperación necesaria?
—Reconozco que las verdades duelen pero es la realidad. No por que estén ellos mal significa que no se puedan poner temas puntuales encima de la mesa sobre los que debatir y que, incluso, podamos llegar a coincidir. Eso sí es posible. No tengo la más mínima intención de empezar mal ninguna relación.
—Hablemos de urbanismo, ¿promete al sector recuperar el tiempo perdido en este ámbito?
—Prometo la máxima agilidad posible en la tramitación administrativa. Hay una realidad, que fue cómo se resolvían las licencias cuando gobernaba el PP, y cómo se resuelven ahora. Lo que les puedo prometer a los coruñeses, a través del PP, es que efectivamente se puede ser ágil porque ya se ha hecho. Ya lo hizo el gobierno de Carlos Negreira.
—¿Usted votó a favor de la venta de La Solana pero el grupo municipal del PP apoyó frenarla, ¿cómo se explica?
—Muy fácil. El grupo del PP hace su función y yo soy consejera de la Autoridad Portuaria. La Autoridad es un ente que defiende el interés público y hay una serie de 20 consejeros que respondemos ante cualquiera de sus decisiones con nuestro patrimonio. El grupo municipal tiene una moción que se limita a votar sí o no y los consejeros una responsabilidad que acaba siendo personal. Esto la gente lo tiene que saber.
—Y a partir de 2018, ¿con qué intereses se va alinear?
—El interés puede ser el mismo, pero uno tiene responsabilidad y otro no. ¿Con qué posición? Lo tengo clarísimo: no quiero un Palexco II.
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