Luis Ojea - LA SEMANA
26M: Una batalla electoral con nuevas claves
Lo sucedido en las generales condiciona el punto de partida de cada fuerza en estas municipales
Apenas unos días después de que se apagasen los focos de la campaña anterior, las caravanas de los distintos partidos vuelven a la carretera. Pero el escenario político al que se enfrentan ahora es distinto. Las municipales son otra cosa. Sí, lo sucedido en las generales condiciona el punto de partida de cada fuerza, pero los comicios locales se disputan en coordenadas diferentes. El argumento de la trama cambia, el decorado de la función es distinto, los protagonistas son otros y los actores de reparto tampoco son los mismos. No se puede trasladar los resultados de hace dos semanas a unas elecciones locales. Las claves de estos comicios son diferentes y muy probablemente lo sea también la foto final que salga de las urnas. Por varias razones.
Uno. Galicia es bastante más que siete ciudades. La batalla del 26M se disputa simultáneamente en más de 300 plazas. Y no todos tienen tropa para tanto combate. Vox solo ha sido capaz de presentar listas en 13 concellos y Ciudadanos en 71. Ello puede facilitar que el voto del centroderecha vuelva a concentrarse en el PP, un partido con candidatura en todos los municipios. Es probable que en este escenario el Partido Popular remonte y recupere su hegemonía electoral en la comunidad.
Dos. La atomización política continúa, incluso se acentúa, pero con parámetros distintos. La derecha sufrió el 28A las consecuencias de la división del voto. El 26M, en cambio, ese espacio político reduce su dispersión a las poblaciones de mayor tamaño, mientras que la izquierda multiplica su oferta electoral en todos los ámbitos. En Ferrol, Lugo o Ourense el rupturismo se fragmenta en tres candidaturas, el PSdeG competirá con las listas promovidas por Pachi Vázquez y Manolo Martínez y la hemorragia se completa con la irrupción de fuerzas como Compromiso por Galicia y marcas como la que lidera el alcalde de Oleiros. Muchas siglas que se nutren del mismo espectro sociopolítico. Una dispersión del voto que ahora penalizará a la izquierda.
Tres. La aritmética electoral cambia. El 28A la provincia de Lugo elegía 4 diputados y el 26M selecciona a más de 700 concejales. El sistema electoral es el mismo, sí, pero al modificarse el tamaño de la circunscripción y el número de actas a repartir cambia significativamente la ecuación. El «escaño» sale más barato y habrá menos «votos perdidos», lo que puede variar el equilibrio entre bloques en muchas plazas.
Cuatro. El relato es muy distinto en unas municipales. En las generales el PSOE movilizó al electorado de izquierdas al estimular el miedo a la extrema derecha, pero Vox ahora no se presenta en el 95 por ciento de los concellos gallegos. En todo caso, ese tipo de argumentos se diluyen en unos comicios en los que priman las claves local y personal . En la decisión del ciudadano influye más la percepción que tenga del candidato que la marca de su partido. Abel Caballero, por ejemplo, arrasó en Vigo en el peor momento del PSOE. Sí, puede haber un «efecto arrastre» del 28A que beneficie al socialismo, pero el «efecto Sánchez» será más limitado de lo que pueda parecer a priori.
Y cinco. Los protagonistas y actores de reparto son diferentes a los que salían a escena haces dos semanas. Ni Núñez Feijóo es Casado ni Gonzalo Caballero es Sánchez. Feijóo ofrece un proyecto de amplio espectro que suma tanto a socialdemócratas como a liberales. Votantes que desertaron a Ciudadanos pueden ahora volver al PP. Y algunos que prestaron su apoyo al PSOE para frenar a Vox pueden volver a otras marcas de la izquierda o a la abstención.
Hacer apuestas en un contexto político tan volátil es arriesgado. Pero, a priori, parece probable que el PP pueda remontar; que el PSdeG se consolide como alternativa de cara a las autonómicas; que el rupturismo pague la factura de su divorcio y pierda Santiago, La Coruña y Ferrol; que el BNG siga recuperando parte del espacio que había perdido; y que Ciudadanos y Vox mantengan un rol secundario en el nuevo tablero. Las claves que condicionarán estos comicios son diferentes a las que influyeron en las generales y por ello también pueden ser distintos los resultados.