Toma de posesión
Alfonso Rueda ingresa en el club de los presidentes populares regionales
Ayuso, Mañueco y López Miras le secundan en su toma de posesión y se ponen «a disposición» del nuevo líder gallego
Rueda se compromete a «preservar Galicia de las tendencias de ruptura» de otros territorios
Alfonso Rueda optó por un acto sin grandes fastos ni oropeles. Sobrio, pero con la solemnidad que la toma de posesión de un presidente de la Xunta, el sexto de la democracia, siempre merece. Se descartó, por celebrarse en mitad de una legislatura, lo que era el broche habitual en las tomas de posesión de sus predecesores después de jurar el cargo en el Parlamento: una pomposa ceremonia en la plaza del Obradoiro amenizada con gaiteros —miles, en los tiempos de Fraga—, de la que Rueda ha preferido prescindir. Pero el medio millar de invitados que este sábado cruzaron la puerta principal de O Hórreo , esa que solo se abre en las grandes ocasiones, para arropar al nuevo presidente gallego, dan cuenta de la importancia del momento. Entre ellos, tres mandatarios regionales de lustre : Isabel Díaz Ayuso (Comunidad de Madrid), Alfonso Pérez Mañueco (Castilla y León) y Fernando López Miras (Murcia), que daban a Rueda la bienvenida al club de los presidente autonómicos populares que su antecesor, Alberto Núñez Feijóo, de alguna manera lideraba. Solo faltó el presidente andaluz, Juanma Moreno, y el de Ceuta, Juan Vivas.
«Nos tiene a su disposición para seguir impulsando magníficas relaciones con Galicia» . La frase es de Mañueco, pero en una breve ronda de declaraciones a las puertas del Parlamento gallego tras la investidura, Ayuso y López Miras tiraron de expresiones y alabanzas similares para apadrinar al nuevo miembro. «Los gallegos van a tener un gran presidente, que se desvive por Galicia, que tiene su personalidad definida y que hará un excelente trabajo», valoró Ayuso. Un político de garantías que tendrá en Murcia a un «aliado leal», recalcó el presidente de esta región. Y Feijóo, que le deja su silla en el club de presidentes populares, también se prodigó en halagos hacia su sucesor. Galicia, dijo Feijóo, «disfrutará de un nuevo presidente con muchísima experiencia política y experiencia de gobierno, que seguro será aprovechada por los gallegos».
«¡Presidente, presidente!»
No hubo colofón en el Obradoiro, pero en O Hórreo no faltaron los gaiteros. Rueda y el presidente del Parlamento autonómico, Miguel Santalices, con Feijóo y la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, inmediatamente detrás, bajaron la principal escalinata al compás de los acordes del himno del Antiguo Reino de Galicia, interpretado por la Real Banda de Gaitas de Orense. Y Rueda entró en el Salón dos Reis, el de las grandes ocasiones, para jurar el cargo y transustanciarse en presidente . Allí estaban para verlo y escucharlo, entre otros, el expresidente del Gobierno Mariano Rajoy. No faltaron los líderes de los partidos de la oposición, Ana Pontón (BNG) y Valentín González Formoso (PSdeG). Y, por supuesto, tampoco las mujeres del nuevo presidente: su madre, su esposa y sus dos hijas, orgullosas de su padre .
Pero eran más de 500 invitados, y en el Salón dos Reis no cabían todos . El resto se distribuyeron en otras salas, siguieron el acto por las pantallas. Tras la jura, y la interpretación del himno gallego, Rueda y Díaz —que tuvo el detalle de acompañarle— recorrieron esas estancias para que no quedara nadie sin saludar. Frente a la sobriedad del Salón dos Reis, en ellas Rueda encontró un ambiente más distendido y corbatas más aflojadas , como en las mesas de los amigos de los novios en una boda. Allí resonó bien fuerte el grito de «¡presidente, presidente!» .