Cultura

«Aprendí de lo que había olvidado», el diario que ilustra un confinamiento

El fotógrafo y dibujante Santiago Saiz presentó el pasado lunes el libro recopilatorio de sus viñetas, publicadas cada día a lo largo del estado de alarma

El autor de la obra, Santiago Saiz, en un momento del acto de presentación CEDIDA

Elena Carrera

«Ha habido días donde me han faltado horas para hacer todo lo que quería». Santiago Saiz, fotógrafo de profesión e ilustrador aficionado, inició su confinamiento como el resto de la población española un 13 de marzo que, a pesar de la incertidumbre y la sorpresa, se le planteó como una oportunidad para analizar su vida. De todas las reflexiones y momentos de introspección que ocuparon sus casi tres meses de encierro nace «Aprendí de lo que había olvidado», una recopilación de las viñetas que el artista madrileño de adopción coruñesa publicó diariamente en sus redes durante la cuarentena, creando una especie de diario ilustrado que se presentó el pasado lunes en el Club Náutico de La Coruña.

Saiz se declara un eterno aficionado del dibujo, pero la idea de crear este diario tan especial surgió de un momento de necesidad como fue el obligado encierro . «Mi vida gira alrededor de la fotografía, y me di cuenta de que entre cuatro paredes no podía hacer gran cosa», explicó. Su cuarentena fue similar a la de muchas otras personas a las que la situación les sorprendió solos, con sus familiares y seres queridos lejos y sin posibilidad de volver. «Decidí centrarme en gestionar mi día a día, intentando no mirar más allá, sin imponerme rutinas ni obligaciones»; de esa forma, el fotógrafo consiguió convertir lo que se avecinaba como quince días complicados y en soledad en una vivencia especial que «terminó no siendo para tanto».

El objetivo de crear este diario no se le presentó en ningún momento como una imposición; más bien todo lo contrario. El crear las viñetas, que según sus propias palabras «no supuso nunca ningún sacrificio», se acabó convirtiendo en una vía de escape al aburrimiento o la soledad, y en muchas ocasiones una razón por la que terminar con ánimos el día . «Que las viñetas tuviesen respuestas en forma de comentarios de apoyo también me ayudaba a mí mismo».

Estos trabajos seguían siempre el mismo formato —pequeños dibujos con él mismo de protagonista— pero los contenidos variaban completamente de unos a otros; desde piezas con un tono más humorístico hasta otras donde se intenta concienciar sobre problemas relacionados con la crisis sanitaria . «Nunca he querido dar lecciones con mis dibujos, porque tampoco soy quien para hacerlo» apunta el artista. «Pero este trabajo parte siempre de mis reflexiones, y había días donde me paraba a pensar en temas más serios que otros». Entre sus reivindicaciones más habituales se pueden encontrar diversos agradecimientos al personal sanitario o la petición genérica de actuar «con sentidiño».

La aceptación de sus pequeñas obras fue amplia y muy diversa, aunque la indiscutible mayoría de sus seguidores siguen siendo gallegos. «Son situaciones que todos hemos vivido, da igual la parte de España o incluso del mundo, pero la manera de vivirla es distinta» afirma. Justo de ese apoyo en las redes es de donde comenzó la iniciativa de reunir todas las ilustraciones en un libro , algo que ni él mismo se había planteado hasta los primeros comentarios.

De la insistencia de tanto sus crecientes seguidores como de su propia familia nació la iniciativa de editar este trabajo, culminado con la presentación en el Club Náutico coruñés el pasado lunes. La edición, que reúne todas las viñetas hechas por Saiz durante sus días de encierro, está dividida en tres partes : la primera, donde se recopilan estos dibujos, va seguida de una pequeña sección que el autor dedica a su familia, donde dibuja de qué forma cada uno de ellos pasaron esa cuarentena distanciados entre sí. Por último, la tercera parte concluye con unas hojas en blanco «para que sea el lector el que anote cómo vivió su experiencia y así lo pueda recordar».

Sobre el futuro

El fotógrafo, que con el fin del encierro ya ha recuperado su cámara y ha vuelto a retratar como lo hacía antes, no da la espalda a su faceta de ilustrador que amenizó sus tardes durante tantos meses. «Seguiré dibujando sobre otras cosas, pero también sobre este tema, que no es algo que hayamos pasado sino que todavía estamos pasando» afirma. «No tenemos una vida normal, y no podemos olvidar que el peligro sigue existiendo» .

Sobre qué es lo que ha aprendido de esta experiencia, Saiz es muy claro. « Entré con el propósito de salir siendo mejor persona, y mi intención fue siempre aprovechar esta oportunidad para conseguirlo . Quería analizar lo que sobraba y lo que no en mi vida» explicó. «Y en estos meses he aprendido que la familia y los amigos, a quienes dedico este libro, son lo más importante, y algo que hay que cuidar».

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