Educación
Antonio López, rector de la USC: «Llevamos desde junio sin noticias del Ministerio de Universidades»
Todo indica que el curso universitario en Galicia arrancará de forma mixta, mezclando teledocencia y clases presenciales
Estas semanas no es sólo la vuelta al cole, sino también a la Universidad, y mucho alumnos todavía no tienen idea de cómo va a ser. Hasta esta semana, no hubo noticias del recién creado Ministerio de Universidades, que ha programado reuniones con comunidades Autónomas -ayer- y rectores -el jueves-, pero la comunidad universitaria aún no parece satisfecha con lo aportado, al menos desde la Universidad de Santiago de Compostela.
Además, se empiezan a conocer las condiciones en las que los alumnos volverán a las aulas, y no parece que vaya a ser ni parecido a cómo ha sido hasta ahora, según explica el rector de la USC, Antonio López:
—En líneas generales, ¿cómo se ha preparado la USC para volver a las aulas?
—Las cosas cambian mucho a cada rato. Partimos de tres escenarios posibles: el uno es lo más parecido a lo que teníamos antes, pero con higiene de manos y otras medidas de protección, pero sin afectar a la capacidad de las aulas. En el dos, se añaden limitaciones de espacio y aforo, por lo que se nos obliga a compaginar enseñanza presencial con telemática: parte de los alumnos estarán dentro del aula y otros no, con rotación. El tercer escenario sería una situación de confinamiento, igual que en marzo. Hasta ahora, partíamos desde el escenario uno, pero tras los acuerdos del Ministerio de Sanidad con las Comunidades en los que se establecía un metro y medio de separación entre alumnos, eso nos obligaría a ir a un escenario dos, aunque quizá no en todos los centros. Intentamos tener el mayor nivel de presencialidad siempre cumpliendo los criterios sanitarios.
—Otras universidades no están primando tanto la presencialidad. ¿Por qué la USC sí?
—Hay tres razones: en la formación universitaria, el contacto entre alumnos y profesores es esencial en el proceso formativo. Somos seres sociales, y parte de nuestro conocimiento se basa en la interacción. Segundo: la presencialidad introduce una nota de igualdad de oportunidades que de otra forma no la hay. Cuando los alumnos se encuentran en su domicilio con sus propios equipos nos topamos con una serie de diferencias notabilísimas, como tener que compartir ordenador o no tener espacio para trabajar. Por último, la presencialidad tiene un efecto económico y social muy importante. A pesar de todo, y así lo estamos haciendo, las soluciones telemáticas pueden complementar a las presenciales.
—De hecho, hubo huelgas por eso durante el confinamiento. ¿Qué cambiará para evitar esas desigualdad?
Lo hemos hecho en el curso pasado y de volver a pasar, tendremos que hacerlo en este: sacamos una serie de ayudas para que los alumnos tuvieran acceso a redes y contratar servicios, pusimos a disposición equipos informáticos, llegamos a acuerdos con la administración local y autonómica para poner espacios con wifi y equipos para que los alumnos pudieran ir allí a trabajar o hacer exámenes… Si se diese la circunstancia, seguiríamos trabajando en esta misma línea y mejorando nuestros servicios de campus virtual. Por supuesto, también con formación a estudiantado y profesores, que es muy importante.
—¿Está más prepara la USC para afrontar otro confinamiento?
—Indudablemente. En marzo fue una decisión que se tomó un viernes y que se tuvo que aplicar un lunes. Nadie pensaba que iba a ser tan inmediato, se tuvo que hacer todo sobre la marcha. Ahora ya tenemos nuestras guías docentes desde el primer momento, y esta realidad está prevista.
—¿Habrá espacios suficientes para reducir el número de alumnos por aula?
—Tenemos los centros y los departamentos. Cada profesor ha diseñado un plan para cada una de estas situaciones, y dentro de cada centro se tendrán que organizar teniendo en cuenta sus características. Habría que establecer grupos dentro de cada clase, y uno estaría en clase de forma presencial y el otro e forma virtual.
—¿No habría que contratar a más profesores?
—No es cuestión solo de profesorado, sino también de espacios, que sería la primera limitación. La segunda sería multiplicar por dos o por tres todo el profesorado, que sería algo inviable.
—No parece que hay un plan de vuelta conjunto en las universidades. ¿No ha intervenido el Ministerio en estas directrices?
—A todos nos hubiese gustado que estas reuniones que se hacen esta semana se hubieran hecho antes, aunque las cosas cambian mucho. Lo que tenemos son recomendaciones desde junio del Ministerio de Universidades como de Sanidad.
—Entonces, ¿no tienen noticias desde hace casi tres mesesd el Ministerio?
—No. Desde junio no hemos tenido ninguna indicación del Ministerio, aparte de esas recomendaciones de Universidades y Sanidad sobre las que cada universidad ha hecho sus propias directrices.
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