Alfonso Marnotes - ANÁLISIS

El agua en Vigo, una prórroga con alevosía

La ciudad del futuro que de forma tan grandilocuente nos promete Abel Caballero, es tan antigua como el muro de Berlín

Alfonso Marnotes

Hace poco, en estas páginas de ABC, decíamos que la nueva ordenanza de abastecimiento de agua en Vigo suponía que pagaríamos el agua más cara. Denunciábamos también que el alcalde estaba dejando pasar el tiempo deliberadamente sin tramitar una nueva concesión del abastecimiento y saneamiento, en manos de una empresa privada desde hace 30 años . Nos temíamos que con ello se estaba preparando una nueva prórroga de la actual concesión. Y así ha sido, el último día hábil del año, de forma extraordinaria y urgente, es decir, en secreto y sin previo aviso, el gobierno de Vigo ha prorrogado cinco años más el contrato del servicio. Los vigueses tendremos 35 años de condena a pagar el agua más cara de las ciudades gallegas.

Con nuestro recibo pagamos el agua y algo más: las inversiones de mejora de la red a que viene obligada la concesionaria. Y a pesar de que han pasado 30 años, seguimos padeciendo una red antigua , con cortes y roturas continuas y sin separativa de pluviales y fecales en gran parte de la ciudad. Y tampoco se ha mejorado mucho la potabilizadora de O Casal.

Esta prórroga de cinco años se hace con un plan de inversión en la potabilizadora de más de 20 millones de euros que pagaremos los consumidores. Es un error, podría hacerla el Concello con fondos europeos, pero para ello necesitábamos otro modelo de gestión del agua y no haber prorrogado un contrato de otro siglo. Nunca nos cansaremos de decir que en lo que en una ciudad importa, el urbanismo, movilidad, medioambiente y ciclo del agua, seguimos anclados en los años 90. Tenemos un Plan General de 1993 , una concesión de transporte urbano de 1994 y otra de abastecimiento y saneamiento de agua de 1990.

La ciudad del futuro que de forma tan grandilocuente nos promete Abel Caballero, es tan antigua como el muro de Berlín. Estamos acostumbrados a las continuas exageraciones del alcalde en todo lo que hace: cualquier obra, adorno o pieza del mobiliario urbano se nos anuncia como única en su género, colosal o la mejor de España. Y por eso sabemos que la prórroga que acaba de acordar es mala para la ciudad porque la ha hecho en secreto el último día hábil del año, en la víspera de un festivo para que pase desapercibida y no ha abierto la boca.

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