ENTREVISTA

Alejandro Sánchez-Brunete: «Seré un portavoz no proyectado sobre unas elecciones municipales»

Releva a Agustín Hernández al frente del grupo municipal del PP en Santiago pero se descarta para liderar el partido al preferir «una posición complementaria»

Alejandro Sánchez-Brunete, en la Plaza de la Quinta de Santiago, tras la entrevista ARXINA

Pablo Pazos

Horas después de que Agustín Hernández se despidiera del Ayuntamiento de Santiago en un pleno extraordinario, como parte del proceso que le desliga de la política para dar el salto a la presidencia del Consello Económico e Social (CES), su sucesor al frente del grupo popular, Alejandro Sánchez-Brunete (Santiago, 1969), se sienta con ABC para departir sobre su nuevo rol y las perspectivas del partido en la capital.

Un cambio repentino

Entraba dentro de lo posible que Agustín pudiera seguir desarrollando todas sus capacidades y ese bagaje ya de largo recorrido político-administrativo en otros ámbitos. Lo que de alguna manera nos cogió un poco de sorpresa, y a él mismo yo creo que le cogió de sorpresa, fue el tiempo o el momento. Sabíamos que esto podía suceder pero quizás pensábamos que el proceso de sustitución de Agustín al frente de la portavocía, y también del PP de Santiago, podía resolverse con un poquito de más tiempo o con menos urgencias.

Usted asume un nuevo papel.

Ahora la posición de portavoz tiene dos dimensiones. Una que no me es desconocida, que es la propia de portavoz, porque venía ejerciendo la portavocía adjunta, pero otra que sí es nueva, que es la de dirigir un equipo y la de interpretar el sentir de ese equipo y el sentir del propio PP de Santiago, y también la de planificar y priorizar determinadas acciones. En esa función de portavoz sí es cierto que puede producirse un cierto cambio de registro, en el sentido de que durante el mandato anterior me venía ocupando de los asuntos que podían ser un poco más polémicos o podía ser la voz más rigurosa del grupo a la hora de denunciar lo que eran los abusos de poder, las arbitrariedades del gobierno de Compostela Aberta. Y ahora, lógicamente, tengo que conciliar un determinado discurso de denuncia, si es que procede hacerlo, con un discurso también de construcción o propositivo.

Las comparaciones son odiosas pero pueden resultar inevitables.

Yo no formularía comparaciones en términos personales porque él [Hernández] tiene mucho más bagaje que yo y sería por mi parte muy pretencioso ni siquiera plantear un debate comparativo en términos personales. Creo que además no procede la comparación porque son dos contextos totalmente distintos. Ahora ya no hay un gobierno antisistema, hay un gobierno socialdemócrata con cierta tendencia al malgasto público, de seguir las pautas que caracterizaron los gobiernos del señor Bugallo durante muchos años. Además, también se da una diferencia que hace que no se puedan comparar las dos portavocías, y es que Agustín era un portavoz proyectado sobre unas elecciones municipales y yo voy a ser un portavoz no proyectado sobre unas municipales. Ahora de lo que se trata no es de proyectar mi imagen, sino de que contribuya a proyectar la imagen de otras personas, otros compañeros de grupo o nuevos perfiles que puedan ir emergiendo del propio PP de Santiago.

Se descarta para liderar el partido.

Sí.

De motu proprio.

Prefiero descartarme. Sinceramente, me siento más a gusto en una posición complementaria que en una posición de liderazgo, porque creo que puede haber perfiles mucho mejores que el mío y personas con una mayor capacidad de atracción social.

¿Alguna preferencia?

Uno puede tener preferencias más a título de vínculo personal pero hay que evitar eso.

Hay margen de maniobra.

Evidentemente. Hasta las próximas elecciones municipales quedan cuatro años y hay tiempo suficiente. La impaciencia es mala consejera y creo que hay que actuar como decía mi tía Pepa, sin prisa pero sin pausa.

Dice de usted Martiño Noriega que era el «poli malo» de Hernández.

Me quedo con el sustantivo porque ser «poli» no es ser malo, es una actividad profesional necesaria y muy digna, y yo reivindico siempre la función policial, que en otras cosas es la de asegurar el cumplimiento de la ley. Por lo tanto, habré sido malo para quien como ya anunció pocos meses antes de llegar a la alcaldía, estaba dispuesto a quebrantar la ley. Mi función fue la de especializarme en controlar determinadas actuaciones sobre las que se proyectaban sombras de arbitrariedad.

En Compostela Aberta escuece la cordialidad entre PP y PSOE. Con Bugallo hay un interlocutor.

Hay un interlocutor como debe ser. Tampoco podemos elevar a la categoría de extraordinario lo que es normal. Que se mantenga una interlocución con nosotros no lo convierte en un alcalde meritoriamente dialogante. Lo que no era normal es que a un partido que representaba a un porcentaje muy alto de los ciudadanos de Santiago, como era el PP, se le excluyera prácticamente por sistema de los asuntos más relevantes de la vida municipal como sucedía con el gobierno de Martiño Noriega.

¿Qué nota le pone a Santiago?

No soy muy de números, no sabría situar a Santiago en una escala del 1 al 10. Sí digo que es una ciudad que quizás se haya apagado. Me da la sensación de que no aprovecha todo su potencial como capital de Galicia

¿Qué resulta más acuciante?

Sería muy grave y muy inminente no estar preparados para el Año Xacobeo. Y tengo serias dudas de que la ciudad, en estos momentos, esté preparada. Porque el fenómeno Xacobeo lo que nos va a traer, ya el año que viene, son unos flujos enormes de turistas y eso va a someter los servicios públicos de la ciudad a una enorme presión. ¿Estamos preparados para absorber ese impacto? Esa es la duda y esa es una preocupación. En eso el Gobierno municipal tiene que ponerse a trabajar ya.

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