INDUSTRIA DEL ALUMINIO
Alcoa y Alliance no logran pactar la venta por un euro de San Cibrao
Los trabajadores acusan a la empresa de no querer ceder la fábrica de aluminio
Alcoa y CFG Alliance no han logrado pactar las condiciones generales de venta de la factoría de aluminio de San Cibrao . La multinacional estadounidense y la filial del grupo británico Liberty House se habían dado de plazo hasta el pasado 30 de agosto, pero por el momento no hay acuerdo. Ambas compañías aceptan que la cesión se realice por el precio simbólico de un euro, pero discrepan sobre los costes que debe asumir Alcoa y también sobre el papel de la refinería de alúmina de San Cibrao.
Desde el principio Liberty House mostró interés por adquirir todo el complejo de A Mariña lucense. En San Cibrao está emplazada la fábrica de aluminio que Alcoa quería cerrar y también la de alúmina, que la abastece de materia prima. En un comunicado, Alcoa explicó hoy que ha ofrecido al grupo inglés «un contrato de suministro de alúmina por cinco años en condiciones estándar de mercado» . Sin embargo, CFG Alliance «pretende obtener un contrato de suministro de alúmina durante 20 años, sin precedentes en el mercado y fuera de los límites de las prácticas habituales de esta industria», según Alcoa. Además, insiste «en obtener opciones exclusivas para controlar la refinería de alúmina».
El papel de la refinería en la que trabajan 510 personas no es el único punto de discrepancia. Como ocurrió en el caso de las factorías de La Coruña y Avilés, además de un precio simbólico de venta, Alcoa pone dinero sobre la mesa. Eso sí, se ahorra las indemnizaciones que debería abonar si despidiese a los 534 empleados que tenía previsto. Durante las negociaciones, Alcoa asegura que ofreció aportar 50 millones de dólares a un fondo para tratar de garantizar el éxito futuro de la planta y también a pagar los costes (estimados en hasta 60 millones de dólares) necesarios para la separación de la planta de aluminio de la refinería. CFG Alliance pide que la multinacional norteamericana «asuma costes de hasta 170 millones de dólares en la venta» , informa Alcoa.
«Conforme se comprometió con los representantes de los trabajadores de San Cibrao en el acuerdo firmado el 13 de agosto, Alcoa ha estado negociando de buena fe y de manera diligente con GFG Alliance para llegar a un acuerdo sobre las condiciones generales para la venta de la planta de aluminio», asegura la multinacional. «Hemos superado la fecha de la primera fase y Alcoa ha hecho concesiones sustanciales para facilitar la venta. Sin embargo, GFG Alliance continúa planteando demandas no razonables y fuera de los límites del acuerdo del 13 de agosto », reprocha. Alcoa también acusa al grupo inglés de no proporcionar un plan de futuro para la planta y negarse ahora a asumir todas las pérdidas de la planta por estar operativa en estos momentos. Liberty, siempre según la versión de Alcoa, sólo está dispuesta a pagar un máximo de un millón de euros mensuales.
Negociación dura
Para los trabajadores la falta de acuerdo indica que «Alcoa no está interesada en vender». El presidente del comité de empresa de Alcoa San Cibrao (Lugo), José Antonio Zan, explicó que el proceso de negociación para la adquisición de la fábrica mariñana será «duro». Según Zan, la multinacional estadounidense solo ha accedido a iniciar conversaciones por la «movilización social».
«Todos sabemos que no vende a gusto», aseveró el presidente del comité en declaraciones, según informa Efe. En todo caso, quiso lanzar un mensaje de «tranquilidad» a la plantilla y pidió a los trabajadores que se «mantengan sosegados», porque «es un proceso que va a durar seis semanas y que va ser duro, porque a quien tiene que vender hay que obligarla a llegar hasta ahí». La venta debe contar, puntualizó, con el apoyo inequívoco del Gobierno de España y de la Xunta de Galicia, con un plan industrial y un marco energético que permitan que la operación llegue «a buen puerto».
«Alcoa no está interesada en vender. Se aprecia en cada una de sus cartas e intervenciones, en las que emplea un tono cada vez más severo y contrario a la venta», esgrimió Zan, hasta el punto de «poner en duda» la existencia de un plan industrial por parte de Liberty House.
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