Todos a una

Imagen inédita: los tres portavoces de los grupos parlamentarios de Galicia dispuestos a llegar a acuerdos sobre cómo salir de la crisis económica, social y cultural que nos deja en coronavirus.

Acostumbrados a que se tiren los trastos entre ellos da gusto ver cómo por fin reconocen que en esta lucha contra la pandemia son más cosas las que los unen que las que los separan . Es normal, porque no es que esas dificultades vayan a venir, sino que las tenemos encima como una borrasca profunda en forma de paro, de ERTES, de esperas interminables para acceder a ayudas sociales y del mundo de la cultura y el espectáculo que no sabe ya por dónde tirar.

Está constituida ya la comisión sobre reactivación en el Parlamento , y por lo menos en lo que hemos visto en estos momentos iniciales a uno le reconforta la buena voluntad con la que acuden los grupos. «No es momento de pasar rodillos, acudimos con voluntad constructiva…», decían los representantes de la oposición. Las diferencias ideológicas son evidentes entre ellos y el Gobierno autonómico, y así debe ser, pero si en este momento no son capaces de buscar un mínimo común múltiplo que los una a todos apaga y vámonos.

Es lógico que surjan dudas sobre la utilidad de este tipo de mecanismos, y es que el descrédito de algunos modos de hacer política se lo han ganado a pulso. Nos hemos cansado de ver comisiones de investigación y de estudio que lejos de buscar la verdad o herramientas para mejorar las cosas, se han convertido en rings de boxeo donde defender las posturas propias y atacar las del contrario. Prejuicios y conclusiones fijadas de antemano.

La verdad es que la situación que vivimos merece el entendimiento que están mostrando nuestros representantes en el Hórreo y uno no se pregunta por qué no es posible también en otros ámbitos.

La lucha política no está justificada en todo caso. Quienes gestionan estos tiempos pasarán a la historia por las decisiones que tomen, no por el tiempo que hayan logrado mantener a su partido en el poder.