Alberto Varela - CRÓNICAS ATLÁNTICAS
Polémica sobre la violencia
En el Parlamento el Bloque ha vuelto estos días a arrogarse el mérito de la lucha contra el machismo
este lunes se celebra de nuevo el día internacional de erradicación de la violencia de género y lo hace con polémica política. Ninguna novedad. En el parlamento autonómico el Bloque ha vuelto estos días a arrogarse el mérito de la lucha contra el machismo. Mal asunto: intentar arañar votos en un asunto que nos tiene a todos de frente no sólo es estéril sino también contraproducente. Si queremos que las víctimas confíen en el sistema y pidan ayuda, flaco favor les hacemos si lo cuestionamos y acusamos a los responsables públicos de desmantelarlo. Cuando además es mentira. Nunca hubo tantas ayudas como ahora, lo que ocurre es que es un problema tan complicado como los malos tratos no se soluciona en un par de décadas de concienciación.
Este año hemos vivido crímenes tan graves como el de Valga , con tres mujeres de la misma familia asesinadas. Un hogar destrozado por la mala cabeza de un hombre que está en la cárcel pero que jamás podrá pagar por el daño que ha hecho. Estamos también pendientes de la resolución del juicio al Chicle por el caso Diana Quer. Una chica joven, con toda la vida por delante, y que tuvo la mala suerte de cruzarse con Abuín cuando volvía a casa después de disfrutar de las fiestas de A Pobra do Caramiñal. En vez de ir a descansar a casa acabó asesinada y oculta en un pozo a pocos kilómetros de allí.
Son casos que ponen los pelos de punta y que nos hacen preguntarnos en qué hemos fallado como sociedad. Cómo acabar con la violencia de género. No todo es malo, sin embargo. Hemos conseguido que haya un rechazo generalizado a los malos tratos y que conforme pasan los años se denuncien más. Cada vez son menos los que se quedan en la intimidad del hogar y eso se consigue no sólo con educación sino con apoyo a las víctimas. Politizar la lucha contra la violencia de género es un error enorme. Anda que no habrá dónde hacer crítica política sin azuzar un asunto en el que todos estamos de acuerdo.