Alberto Varela - Crónicas atlánticas
De lo particular a lo general
Los mismos que justifican todo lo que venga del Gobierno miran con lupa hasta las comas de la Xunta
Como perros de presa se lanzaron los portavoces de la oposición al presidente Feijóo este jueves en la Diputación Permanente del Parlamento. Los mismos que justifican todo lo que venga del Gobierno central (¡vaya sapos que se están tragando!) miran con lupa hasta las comas de lo que hace y deja de hacer el Ejecutivo autonómico.
Estamos en la precampaña electoral más rara de la historia . Sin fecha para las elecciones y con unos representantes políticos que cuando se refieren a Madrid piden responsabilidad y anteponer lo sanitario a la lucha política, pero en cuanto ponen el foco en Santiago apuestan por la guerra abierta. A su juicio la respuesta de la Xunta al coronavirus ha sido nefasta, pero ¿cómo justifican entonces que los datos aquí sean mejores que en la mayoría de comunidades?
Pues fácil, en vez de analizar si la respuesta sanitaria fue buena o mala, o si los enfermos recibieron el trato que merecían, se intenta que el debate gire sobre supuestos planes del centro-derecha para desmantelar la sanidad pública.
Si mirar lo concreto no conviene, pasamos a lo filosófico y a los debates genéricos . ¿Algún representante del PSdeG o de Galicia en Común estos días con datos de gestión sanitaria en la mano? Ninguno. Lo que están diciendo en redes sociales es que han heredado un sistema débil y de ahí la catástrofe. Y quien se lo quiera creer que se lo crea, pero mal vamos si no aprendemos de los errores cometidos.
¿Y en Galicia?. Lo mismo, según su relato Núñez Feijóo es el abanderado de la destrucción de lo público . ¿Pero la respuesta del Sergas ha sido buena o mala...? Eso no interesa, niño.
¿Se han producido muchos casos de Covid-19 en residencias de mayores? Muchísimos, ¿en qué parte de España no? Cierto también que el contagio del personal sanitario es escandaloso y que merece una reflexión para que no se repita. Pero reflexión de todos , no solo del contrario político.
Con estos argumentos no extraña que algunos se echen a temblar en cuanto se baraja que las autonómicas gallegas sean en julio.