El AVE discrimina a Vigo

Desde el próximo mes de diciembre ir a Madrid en tren va a ser sustancialmente más rápido de lo que lo es ahora. Dos horas y cuarto desde Orense, tres y veinte si salimos de Santiago, tres cincuenta desde Coruña y algo más de cuatro si el lugar de procedencia es Vigo.

La reducción de tiempos no está mal, hay que reconocerlo, y el tren empieza a ser competitivo con el avión (porque entre ir al aeropuerto, pasar los controles y bajar de Barajas a Madrid uno pierde medio día), pero hay una cosa que llama poderosamente la atención. No puede ser que el viaje entre Orense y Vigo sea de dos horas . En ese tiempo los trenes están ya casi en Madrid. Eso no es alta velocidad.

La primera ciudad en habitantes de Galicia no puede ser la última en tiempos de trayecto porque no es la que está más lejos de la capital, sino la más desfavorecida por el trazado escogido . La discriminación quedaría solventada en parte con la variante de Cerdedo, una especie de paso alternativo de unos 50 kilómetros que uniría Barro, algo al norte de Pontevedra, con O Carballiño y evitaría tener que dar la vuelta a Santiago. ¿Aliviados? Yo no contaría con ella ni a corto ni a medio plazo: es una obra carísima (40 kilómetros son de túnel) y ahorraría solo unos 20 minutos al trayecto que se inaugura en mes y medio. ¿De verdad vale la pena?

¿Por dónde tiramos entonces? Lo más lógico sería asumir que a lo hecho pecho y compensar a Vigo con una buena salida sur que conecte la ciudad con Oporto en una hora y con Lisboa en tres.

Si nos emperramos en Cerdedo estaremos mareando durante años y años y la cosa seguirá igual. Que si estudio del estudio, que si impacto medioambiental… y nos pondremos en 2030 exactamente igual que estamos ahora. ¿Y las cercanías qué? Esa es otra guerra y no va a ser fácil . La alta velocidad ha venido de la mano de la eliminación de las pequeñas paradas. Una pena.